dilluns, 18 d’agost del 2008

Vicent Andrés Estellés. El gran foc dels garbons (XCII)

Torna el cec al bordell.

92

L’orb, al raval, escolliria, encara
que no ho tenia decidit del tot,
mentre bevien i parlaven, nues,
pel menjador. Intentaria l’ama

interpretar el seu silenci august,
i en va seria, com passava sempre;
i es callaria, al capdavall, amb un
secret, dolgut, inexpressat disgust.

Les mans sobre els genolls, callava l’orb
mentre esperaven les xicones, sense
saber a quina triaria. I ell

trencaria el silenci finalment,
i decididament designaria:
“Aquella de la piga en una aixella”.

92

El ciego, en el arrabal, elegiría, aunque
no lo había decidido aún del todo,
mientras bebían y hablaban, desnudas,
por el comedor. Intentaría la madame

interpretar su augusto silencio,
pero sería en vano, como pasaba siempre;
y se callaría, al final, con un
secreto, dolido, inexpresado disgusto.

Las manos en las rodillas, callaba el ciego
mientras esperaban las mozas, sin
saber a cual elegiría. Y él

rompería finalmente el silencio,
y decididamente designaría:
“Aquella de la peca en un sobaco”.

2 comentaris:

  1. Nicky, la gran mayoría de las pecas (excepto para las nórdicas de piel blancuzca, como las inglesas) no son simples manchas, sino que suelen sobresalir de la piel, y tener algún que otro pelo.

    Y el ciego sería muy ciego, pero el tacto, parece que lo tenía bien desarrollado.

    Besos

    ResponElimina