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1 Libro = 1 Euro ~ Save The Children

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Charles Darwin quotation

Ignorance more frequently begets confidence than does knowledge: it is those who know little, and not those who know much, who so positively assert that this or that problem will never be solved by science

Jean-Baptiste Colbert quotation

L'art de l'imposition consiste à plumer l'oie pour obtenir le plus possible de plumes avec le moins possible de cris

Somebody quotation

El miedo es la via perfecta hacia el lado oscuro. El miedo lleva a Windows, Windows a la desesperacion, esta al odio hacia Bill Gates y ese odio lleva a LINUX

Vares Velles

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Això és Espanya (vara seguidilla) per Al Tall

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dimecres, 8 de juliol del 2009

Crònica de Ramon Muntaner (i CCXCVIII)

Arribem a la fi d'aquesta crònica, iniciada el 15 de maig de 1325 i que, pels últims fets que narra en aquests darrers capítols fou acabada amb posterioritat a la coronació del rei Alfons IV, dit el Benigne.

Tres anys, per tant, per escriure aquestes documentades memòries, que no per exagerades deixen de ser autèntiques i comprovables.

Encara continuaria prestant serveis als seus estimats reis del Casal de Barcelona, i moriria als 71 anys, en 1336, exercint el càrrec de batlle d'Eivissa, nomenat pel rei Jaume III de Mallorca, el fill del seu estimat amic i company d'armes, l'infant Ferran de Mallorca a qui havia portat acabat de nàixer de Sicília a Perpinyà, en un accidentat viatge narrat en aquestes pàgines.

I tornant al llibre, el futur Pere II el Cerimoniós, dit també Pere el del Punyalet, que s'enfrontaria al seu parent el rei Pedro el Cruel de Castella, i al seu parent Jaume III de Mallorca, l'elm del qual donaria lloc a l'emblema de la ciutat de València amb el famós ratpenat, també era un lletraferit pel que sembla, autor de serventesis, cançons i poemes de més de 700 versos.

I és que la civilització esdevé imparable quan els diners abunden.


CCXCVIII


Y cuando el señor rey y todo el mundo hubieron comido, se dispuso en el palacio real un trono muy rico y honrado para el señor rey, y él y los arzobispos se sentaron en aquel trono, tal como habían hecho en la mesa. Y el señor rey, con la corona en la cabeza, del mismo modo que se había sentado a la mesa, y con el orbe en la mano derecha, y el cetro en la mano izquierda, se levantó de la mesa y fue a sentarse en su trono, en su palacio; y a sus pies, a su alrededor, se sentaron nobles, y caballeros, y nosotros, los ciudadanos. Y cuando todo el mundo estuvo sentado, En Remasset, juglar, cantó en voz alta, ante el señor rey, un serventesio (1145) nuevo que el señor infante En Pere había compuesto en honor del señor rey. Y la moraleja del serventesio era ésta: que el señor infante le explicaba lo que significaba la corona, y el orbe y el cetro, y el señor rey debería obrar de acuerdo con su significado. Y para que lo sepáis quiero haceros un resumen; pero si lo queréis conocer más detalladamente, acudid al mencionado serventesio y allá lo encontraréis más claro. Y el significado de la corona era éste: la corona es redonda, y un círculo no tiene principio ni fin, de modo que la corona representa a nuestro señor verdadero Dios poderoso, que no tuvo principio ni tendrá fin. Y puesto que representa a Dios poderoso, tiene que ir colocada en la cabeza, y no en el cuerpo ni en los pies, sino en la cabeza, donde se encuentra el raciocinio; y por esto debe recordar a Dios todopoderoso, de modo que con esta corona tengan siempre presente el reino celestial, que es un reino eterno. Y el cetro representa la justicia que debe reinar sobre todo; la cual, del mismo modo que el cetro es larga y recta. Y con el cetro se puede golpear y castigar; de igual modo la justicia castiga e impide que los malvados hagan daño, y hace que los buenos mejoren su condición. Y el orbe significa que tal como él sostiene el orbe en su mano, así debe sostener sus reinos con su mano y con su ejército; y puesto que Dios se los ha encomendado, ha de defenderlos, y regirlos y gobernarlos con verdad y justicia y misericordia, y no consentir que nadie, ni personalmente ni a través de otros, les cause ningún daño. Y de este modo el señor rey entendió bien el citado serventesio, y la moraleja que conlleva; y, si a Dios place, lo pondrá en obra, de modo que Dios y el mundo quedarán satisfechos; y Dios le conceda gracia para ello.

Después, cuando el mencionado Remasset hubo recitado el serventesio, En Comí cantó una canción nueva que había compuesto el señor infante En Pere, y se la dio a él, ya que En Comí es el mejor cantor en toda Catalunya. Y cuando la hubo cantado, calló, y se levantó En Novellet, juglar, y recitó setecientos versos rimados que el mencionado señor infante había compuesto para la ocasión. Y tanto la canción como los versos hablaban todos ellos del comportamiento que el señor rey debe guardar en la ordenación de su corte y de todos sus oficiales, tanto en su propia corte como en todas sus provincias. Y el señor rey escuchó esto como señor que es de los más sabios del mundo; por esto, si a Dios place, igualmente lo pondrá en obra.

Y cuando se acabó de cantar y recitar ya había llegado la noche. Y así, regiamente, con la corona en la cabeza, y el orbe en su mano derecha, y el cetro en su mano izquierda, subió a sus aposentos a reposar, que mucho lo necesitaba. Y todos regresamos a nuestras posadas; y toda la ciudad estaba alegre, tal como ya os he contado. Y de aquí en adelante se puede decir que nunca se celebró corte tan real ni tan graciosa ni tan alegre ni con tanta solemnidad. Nuestro señor verdadero Dios le permita reinar muchos años, a su servicio, y en bien de su alma, y provecho y exaltación de sus reinos y de toda la cristiandad. Amén.

Y así podéis entender de qué manera el señor rey ha querido parecerse a nuestro señor verdadero Dios Jesucristo, quien reconfortó a la virgen madona santa Maria, y a sus benditos apóstoles y evangelistas, y a sus otros discípulos, en aquella bendita fiesta de Pascua, con su Resurrección; ya que antes iban todos tristes y pesarosos por su Pasión. Y del mismo modo los súbditos del señor rey de Aragón andaban tristes por la muerte del buen rey su padre, y él, en aquel bendito día de Pascua los ha alegrado y reconfortado, de modo que, si a Dios place, todos viviremos alegres y satisfechos, mientras permanezcamos en este mundo. Así plazca a Dios. Amén. Amén.

Finito libro. Sit laus, gloria Christo.

Quien este libro ha escrito, sea bendecido por Dios, y por su madre madona santa Maria y por todos sus benditos santos y santas con su protección; y con su bendita compañía ahora y por siempre. Amén. Amén.

NOTAS



1145. Serventesio. Género de composición de la poética provenzal, de asunto generalmente moral o político y a veces de tendencia satírica.

dimarts, 7 de juliol del 2009

Crònica de Ramon Muntaner (CCXCVII)

Continua la descripció de la festa de coronació. Em resulta molt curiosa la insistència del cronista en dir-nos que el rei es va coronar de la seua pròpia mà, i no com sembla que era costum, de mà del bisbe oficiant.


CCXCVII


Ahora, puesto que os he contado como se reunió la corte con la gracia de Dios, os quiero narrar como el señor rey recibió la orden de caballería él mismo, y la bendita corona, y como fue a velar a la iglesia de Sent Salvador, de Saragossa, y en qué modo se celebró solemnemente la bendita caballería que recibió, y la corona bendita, y como salió de la iglesia, y como fue hasta su palacio de la Aljaferia. Y quiero que sepáis que desde la iglesia de Sent Salvador, que es la catedral de Saragossa, hasta la Aljaferia hay más de dos millas (1139). Y por esto os lo quiero contar, para que todos los que lean este libro, sepan como se ordenó caballero el rey, de su propia mano, y en qué forma se impuso él mismo la corona, y con qué solemnidad de bendiciones y de misas y muy buenas oraciones, y en que modo, llevado de las riendas, volvió a su palacio; y estas cosas es bueno que todo el mundo las conozca, sea cual sea su condición.

Y habéis de saber que el señor rey envió a decir el viernes santo, por la tarde, a todo el mundo, que el sábado por la mañana, víspera de Pascua, en cuanto hubieran rezado el aleluya, que todos dejaran el luto que llevaban todavía por el señor rey su padre, y que todos se arreglaran las barbas, y que empezaran la fiesta; e invitó a todo el mundo en general, tal como antes os he contado, durante tres días. Y así, el sábado por la mañana, en cuanto hubieron rezado el aleluya y tocaron las campanas, todo el mundo estuvo listo, tal como el señor rey había ordenado, para comenzar la bendita fiesta. De modo que con los otros que estábamos en representación de la ciudad de València, con nuestros justadores (1140) delante y nuestras trompas y atabales, y dulzaina, y tambor, y otros instrumentos, los seis, dispuestos de dos en dos, muy ricamente vestidos y enjaezados, cabalgando nuestros caballos, y lo mismo nuestros escuderos, dejamos la posada, que se encontraba dentro de la ciudad, cerca de la mencionada iglesia de Sent Salvador; y comenzamos nuestra fiesta, y fuimos por el centro de la ciudad hasta la Aljaferia. Y en cuanto hubimos comenzado, todo el mundo comenzó, así que de repente se oyó el mayor ruido, de trompas, del mundo, y de todos los otros instrumentos. Y así cabalgando, hicimos esta fiesta hasta la hora del almuerzo; y luego, cuando hubimos comido en la Aljaferia, con la misma solemnidad volvimos a nuestra posada. Y cuando hubieron tocado vísperas, todo el mundo encendió los hachones, cada cual en el sitio que le correspondía; y desde la Aljaferia hasta Sent Salvador no se vio nunca mayor cantidad de hachones. Y los hachones no se movían del lugar que les tocaba, que estaba escrito en las paredes el lugar de cada cual. Y así todos permanecíamos en orden.

Y cuando llegó la hora del toque de oración, el señor rey partió de la Aljaferia para ir a Sent Salvador, ordenadamente en la forma que oiréis. Primero llegaron a caballo todos los hijos de caballero portando las espadas de los caballeros noveles. Y una vez hubieron pasado las espadas, llegaron las espadas de los nobles que debían ser armados caballeros noveles. Y luego llegó la espada del señor rey, llevada por el noble En Ramon Cornell. Y tras la espada del señor rey, venían dos carretas llevando dos cirios, en cada uno de los cuales había más de diez quintales de cera, e iban encendidos, aunque poca falta hacía, ya que las otras luminarias eran tantas, que se podía ver como si fuese día claro. Y tras los cirios, venía el señor rey, cabalgando su caballo, con el más hermoso arnés que nunca saliera de mano de maestros, y la espada que portaban ante él, tal como ya os he dicho, era la más rica y adornada que nunca emperador ni rey llevara. Y luego del señor rey, venían detrás, con sus armas, un noble, y otros dos nobles situados a ambos lados del que portaba las armas; de este modo las armas iban con el que las llevaba entre dos nobles. Y del mismo modo iba el noble En Ramon Cornell, que portaba la espada entre dos nobles. Y después de las armas del señor rey venían todos los nobles que el señor rey debía armar caballeros noveles, y los nobles que el señor infante En Pere debía hacer caballeros noveles, y detrás de ellos los que debían ser armados caballeros por el señor infante En Ramon Berenguer; y luego los que debían ser ordenados caballeros por el noble En Ramon Folc. Y luego de dichos ricoshombre, venían los otros que debían ser armados caballeros noveles, de dos en dos, todos en orden. Y luego de ellos, cuando todos hubieron pasado, venían todas sus armas, ordenadas de dos en dos, y todas las armas de los nobles, y sus espadas eran llevadas por caballeros; y las de los otros caballeros eran portadas por hijos de caballeros. Y así, tal como ya os he dicho, en perfecto orden, iban de dos en dos tras señor rey, cabalgando en sus caballos, vestidos con ricos ropajes de oro, y con hermosos arneses; y ningún otro hombre osaba cabalgar entre ellos, salvo el señor infante En Pere y el señor infante En Ramon Berenguer, que iban vigilando que nadie se saliese del lugar que se les había ordenado.

Y así, con la gracia de Dios, y gran clamor de trompas, y atabales y dulzainas, y címbalos y otros instrumentos, y de los caballeros salvajes que gritaban a una "¡Aragó!, ¡Aragó!" y los linajes de los ricoshombre a los que pertenecían, acudieron a la iglesia de Sent Salvador; y pasaba de la medianoche cuando el señor rey llegó, con dicha compañía a la iglesia. Y allí, todos velaron juntos, unos recitando oraciones, y otros festejando y cantando a nuestro señor verdadero Dios Jesucristo; y así pasaron toda aquella bendita noche, y oyeron muy devotamente los maitines, que fueron cantados por todos los arzobispos, obispos, abades y priores, que con gran devoción rezaron todas las horas.

Y cuando fue día claro, el señor arzobispo de Saragossa se revistió para decir la misa. Y el señor rey, de su propia mano, se puso la corona, en buena hora, en el altar mayor, y la espada, y se vistió una camisa, como si fuera a decir misa; y luego, sobre la camisa se vistió la dalmática real, la más rica que nunca emperador ni rey vistiese. Y a cada prenda que vestía, el arzobispo recitaba una oración, la que figuraba en las canónicas, y es obligado recitar. Y luego se puso la estola en el cuello y sobre los hombros, tal como corresponde; y aquella estola era tan rica y con tantas piedras preciosas, que sería harto difícil decir cuanto valía. Y luego, el manípulo, también muy rico y de gran nobleza.

Y una vez acabado todo esto, el citado arzobispo de Saragossa, dijo la misa con gran solemnidad. Y cuando empezó la misa y la epístola hubo sido leída, hizo que su hermano, el señor infante En Pere, le calzase la espuela derecha, y que su otro hermano, En Ramon Berenguer, le calzase la espuela izquierda; y hecho esto, el señor rey se acercó al altar; y tomó la espada, y con ella en la mano, se echó a tierra ante el altar, en oración, y el señor arzobispo, recitó sobre él una muy buena oración. Y cuando acabó, y el señor rey hubo recitado su oración, besó la cruz de su espada, se ciñó él mismo la espada; y luego, cuando se la hubo ceñido, sacando la espada de la vaina, la blandió tres veces. Y la primera vez que la blandió, desafió a todos los enemigos de la santa fe católica; y la segunda vez que la blandió, se ofreció a proteger a huérfanos y doncellas y mujeres viudas; y la tercera vez que la blandió, prometió que haría justicia toda su vida, tanto al menor como al mayor, lo mismo a los extranjeros que a sus súbditos. Y cuando esto hubo hecho, retornó la espada a su vaina. Y cuando se cantó el Evangelio, se ofreció a si mismo y a su espada a Dios, quien siempre lo tendrá bajo su amparo, y le concederá la victoria contra todos sus enemigos. Y el señor arzobispo lo ungió con los óleos en los hombros y en el brazo derecho, cuando acabó la misa. Y cuando la misa acabó, el señor rey desenfundó la espada, y la dejó sobre el altar, al lado de la corona.

Y una vez que esta misa fue celebrada, el arzobispo de Saragossa, revistió al señor infante En Joan, arzobispo de Toledo, hermano del señor rey. Y en cuanto estuvo vestido y hubo iniciado la misa, el señor rey, personalmente, tomó la corona del altar y se la puso en la cabeza; y cuando se la hubo puesto en la cabeza, el señor arzobispo de Toledo, y el señor infante En Pere, y el señor infante En Ramon Berenguer, se la ajustaron. Y cuando el señor rey se puso la corona sobre la cabeza, los señores arzobispos, y obispos, y abades, y priores, y el señor infante En Pere con ellos, en voz alta, cantando, gritaron "Te, Deum, laudamus"; y al tiempo que recitaban este cántico, el señor rey tomó el cetro de oro con la mano derecha y la espada con la mano izquierda, y luego tomó el orbe de oro con la mano derecha; y cada vez que tomaba cada una de estas cosas, decía el señor arzobispo de Toledo una gran oración. Y cuando todo esto fue realizado y se hubo cantado el Evangelio, el señor rey, de nuevo, con muy grande reverencia, se ofreció a sí mismo y su bendita corona a Dios, y se arrodilló muy humildemente ante el altar. Y el señor arzobispo acabó de decir la misa.

Y cuando acabó la misa y el señor rey hubo tenido cumplimiento de la gracia de Dios, y de su caballería, y de la santa y real señoría, y hubo sido ungido y consagrado rey y señor de los reinos de Aragó, de València, de Sardenya y de Còrsega, y conde de Barcelona, fue a sentarse ante el altar de sent Salvador, en el trono real, y depositó el orbe y el cetro en el altar de sant Salvador; e hizo acudir a todos los nobles que anteriormente os he nombrado, y los armó a todos caballeros, en el orden que antes habéis oído. Y de este modo cada vez que cada uno de ellos era hecho caballero, iban con el ricohombre a la capilla que le había sido asignada, y allí éste armaba a sus caballeros noveles. Y el señor infante En Pere lo mismo, se fue a la capilla que se le había asignado, y ordenó caballeros a los mencionados cuatro ricoshombre; y el señor infante En Ramon Berenguer lo mismo; y el noble En Ramon Folc igualmente. Y los ricoshombre que ellos hicieron caballeros, del mismo modo iban cada cual a su capilla asignada, y armaban a los caballeros que debían. De modo que en cuanto cada ricohombre había armado a sus caballeros, se iba con aquellos a la Aljaferia, tal como antes os he contado.

Y cuando todo esto acabó, el señor rey tomó el orbe en la mano derecha, y el cetro en la mano izquierda; y así, con la corona en la cabeza, y con el orbe y el cetro en sus manos, salió de la iglesia, y montó en su caballo. Y delante le llevaban la espada, y atrás las armas, en el mismo orden que anteriormente habéis oído que habían llevado, la noche anterior, para ir a la iglesia.

Y si queréis saber como era la corona, os puedo contar que era de oro, llena de piedras preciosas, como rubíes, y balajes (1141), y zafiros y turquesas, y perlas tan grandes como un huevo de paloma, y delante tenía un hermoso carbunclo. Y la corona medía de alto un palmo de cana de Montpesller, y tenía dieciséis almenas, de modo que todos la tasaban, mercaderes y lapidarios, en cincuenta mil libras de reales de València. Y el cetro era de oro, y medía de largo tres palmos; y al extremo del cetro había un rubí, el más hermoso que nunca se viera, y tan grande como un huevo de gallina. Y el orbe era de oro, y tenía debajo de él una flor de oro con piedras preciosas; y sobre la flor, una cruz muy rica y honrada, con hermosas piedras preciosas.

El caballo era el mejor enjaezado que nunca se viera. Y así, montó en su caballo, vestido con su dalmática, con la estola y el manípulo, y con la corona en la cabeza, y el orbe en su mano derecha y el cetro en su mano izquierda. Y en el banco del freno del caballo había dos riendas, unas eran las del freno que el caballo tenía al cuello, y de éstas riendas era conducido, por el lado derecho por el señor infante En Pere, y por el lado izquierdo por el señor infante En Ramon Berenguer, y por otros muchos nobles de Catalunya y Aragón; y en cuanto al otro par de riendas, que eran de seda blanca, y tenían cincuenta palmos de largo, de cada una de ellas tiraban ricoshombre y caballeros, y ciudadanos, todos ellos a pie. Y tras los señores infantes y los nobles que los conducían a pie, tal como antes os he contado, ibámos nosotros seis de València, en representación de la ciudad; y otros seis de la ciudad de Barcelona, y otros seis de la ciudad de Saragossa, y cuatro de Tortosa; y lo mismo de otras ciudades, todos tirando de las riendas. Así que todas las riendas estaban cumplidas de conductores a pie; y nadie más cabalgaba cerca, salvo el que portaba la espada delante de los que conducían las riendas, y luego, el que portaba las armas; y cada uno de ellos, iban acompañados de dos nobles, como ya habéis oído antes. Y tras las armas del señor rey venían los ricoshombre a caballo, muy gentilmente vestidos, a los que el señor rey había armado caballeros noveles.

Y así, con aquella alegría, y mostrando su real majestad, ungido y consagrado y bendecido por Dios y por todos, con gran gozo y alegría, tal como ya habéis oído, fue hacia la Aljaferia; y pasó de la hora de nona (1142) antes que él pudiese llegar. Y así, conduciendo su caballo, entró en el palacio, y allí con la corona en la cabeza, y el orbe en la mano derecha, y el cetro en la mano izquierda; subió a sus habitaciones.

Y al cabo de un gran rato salió de su estancia, y vino con otra corona en la cabeza, menor, ya que la mayor pesaba demasiado; pero no era tan pequeña que no tuviese más de medio palmo de alta; y era tan rica y tan bella, que estaba tasada en veinticinco mil libras. Y quiero que sepáis que cuando el señor estuvo montado sobre su caballo y salió de Sent Salvador, entre lo que él llevaba encima y lo que llevaba su caballo, debía valer ciento cincuenta mil libras de reales de València. Y así, tal como ya os he dicho, el señor rey vino con la otra corona menor, y con el orbe y con el cetro, y se sentó a la mesa a comer. Y se le había preparado un trono de oro a mano derecha de la mesa en el que depositó el orbe; y a mano izquierda otro trono de oro en el que dejó el cetro, erguido. Y su hermano el señor infante En Joan, arzobispo de Toledo, se sentó a un lado en su misma mesa, la cual medía dieciocho palmos de largo, y al otro lado, más alejados todavía, se sentaron el arzobispo de Saragossa y el arzobispo de Arborea. Y en otra mesa se sentaron los obispos, y en otras los abades y priores. Y luego, a la otra parte, a mano derecha, se sentaron todos los ricoshombre que aquel día habían sido armados caballeros noveles, y luego se sentaron todos los caballeros noveles que aquel día habían sido armados. De este modo el señor rey se sentaba tan alto, más que nadie, que todo el mundo podía contemplarlo. Y luego fuimos colocados nosotros, ciudadanos, que nos sentamos juntos muy bien ordenados, y cada cual en el lugar que le correspondía. Y había servidores nobles, y caballeros, e hijos de caballeros, sirviendo cada cual según la solemnidad y el honor que a cada cual le correspondía. Y todos fueron muy honradamente servidos y atendidos. Y fue una gran maravilla, que habiendo tanta gente como había, que no os lo podría describir, y no hubo ningún problema.

Y puesto que os he hablado en general de cómo fueron servidos todos, volveré a narraros en detalle como fue servido el señor rey. Debéis saber que el señor infante En Pere quiso ser, aquel bendito día de Pascua, mayordomo, y dispuso todo tal como habéis oído. Él personalmente y el señor infante En Ramon Berenguer sirvieron el agua para que el señor rey se lavara las manos; y fue dispuesto que el señor infante En Ramon Berenguer sirviese al señor rey la copa; y otros doce nobles sirvieron junto con él, en la mesa del señor rey. Y el señor infante En Pere, con dos nobles uno a cada lado y él al medio, llegó primero, cantando una danza nueva que había compuesto; y todos los que traían la comida le respondían. Y cuando llegó a la mesa del señor rey, tomó la escudilla (1143) y la llevó a la credencia (1144), y la puso ante el señor rey; y luego hizo lo mismo con la fuente. Y una vez hubo servido la primera vianda al señor rey, y acabó la danza, se despojó de las vestiduras que llevaba, que eran manto y cota con plumas y armiño, y tela de oro, y muchas perlas, y las dio a un juglar suyo; y enseguida le prepararon otras ricas vestiduras y se vistió. Y el mismo orden siguió en cada una de las otras viandas que se sirvieron en el almuerzo; ya que a cada plato que traía entonaba una nueva danza, compuesta por él, y regalaba los vestidos de gran riqueza y gusto, y esto en cada plato, y se sirvieron diez platos. Y cada vez, en cuanto él había servido un plato al señor rey, y lo había puesto en la credencia, los nobles y los caballeros y los otros sirvientes los servían a las otras mesas tan gentilmente que nadie pudiera quejarse de nada.


NOTAS


1139. Como de costumbre, Muntaner exagera. La distancia es de aproximadamente 2 Km.

1140. Justadores. Los que participan en una justa o torneo.

1141. Balaje. Rubí de color morado.

1142. Hora nona, aproximadamente las tres de la tarde.

1143. Escudilla. Vasija ancha y de forma de una media esfera, que se usa comunmente para servir en ella la sopa y el caldo

1144. Credencia. Aparador en que se ponían los frascos de vino y de agua de que, previa la salva, había de beber el rey o alguna persona principal.

dilluns, 6 de juliol del 2009

Crònica de Ramon Muntaner (CCXCVI)

Continua Muntaner relatant-nos les festes de coronació del rei Alfons.


CCXCVI


Y puesto que os he nombrado parte de los prelados y ricoshombre y otras buenas gentes que a esta fiesta acudieron, razón es que os cite a los nobles que dicho señor, en aquel bendito día, hizo caballeros noveles, y a los nobles que el señor infante En Pere ordenó asimismo caballeros, y el señor infante En Ramon Berenguer lo mismo, y el noble En Ramon Folc. Y cada uno de estos nobles ordenaron muchos caballeros noveles, tal como había sido dispuesto.

Primero, el señor rey hizo caballero aquel día al noble En Jacme de Xèrica, y dicho noble a su vez ordenó a otros veinte. Y luego el señor rey ordenó caballero al noble hijo del juez de Arborea. Y quedó dispuesto que en cuanto el juez vuelva a Sardenya, ordene a veinte caballeros noveles, diez catalanes y diez aragoneses, a los que deberá heredar en Sardenya, ya que en esta corte no los pudo hacer porque no hubo tiempo de poderlos preparar; pero tanto da, puesto que los ha recibido en su casa, y los debe hacer caballeros y heredarlos en Sardenya. Y luego el señor rey hizo caballero al noble En Ramon Folc, vizconde de Cardona, y dicho noble hizo tres nobles caballeros, a saber: el noble En Ramon de Cardona, su hermano, y el noble N'Amorós de Ribelles, y el noble En Pere d'Aragall; y a su vez cada uno de estos nobles hicieron diez caballeros. Y luego el señor rey hizo caballero al noble En Llop de Luna; y dicho noble inmediatamente ordenó a quince. Y luego el señor rey hizo caballero al noble N'Arnau Roger, conde de Pallars; y él inmediatamente a otros veinte. Y luego el señor rey hizo caballero al noble N'Alfonso Ferrandis, señor de Híxar; y dicho noble a su vez a otros quince. Y luego el señor rey hizo caballero al noble En Guillem d'Angleola; y dicho noble inmediatamente a diez caballeros. Y luego el señor rey hizo caballero al noble En Joan Eixemenis d'Urrea; y dicho noble inmediatamente a otros diez caballeros. Y luego el señor rey hizo caballero al noble En Berenguer d'Angleola, y dicho noble hizo enseguida a otros diez caballeros. Y luego el señor rey hizo caballero al noble En Pere Cornell; y este noble ordenó enseguida a diez caballeros. Y luego el señor rey hizo caballero al noble En Guillem de Cervelló; y éste hizo enseguida diez caballeros. Y luego el señor rey hizo caballero al noble En Not de Montcada, y éste a su vez a doce caballeros.

Y una vez el señor rey hubo hecho caballeros a estos ricoshombre, el señor infante En Pere ordenó caballero al noble En Dalmau, vizconde de Castellnou; y dicho vizconde hizo diez caballeros. Y luego el señor infante En Pere hizo caballero al noble En Guillem d'Erill, y dicho noble a otros diez caballeros. Y luego el señor infante En Pere hizo caballero al noble vizconde de Vilamur, y dicho vizconde a otros diez caballeros. Y luego el señor infante En Pere hizo caballero al noble En Gilabert de Cruïlles, y dicho noble a otros seis caballeros.

Y cuando acabó el señor infante En Pere, el señor infante En Ramon Berenguer hizo caballeros noveles a tres ricoshombre, cada uno de los cuales inmediatamente ordenó a otros, unos a diez, otros a ocho caballeros. Y de los ricoshombre que dicho señor infante En Ramon Berenguer hizo caballeros son estos los primeros que hizo.

¿Qué os diría? Que luego que estos ricoshombre hubieran sido hechos caballeros noveles, muchos otros ricoshombre de Catalunya y de Aragón fueron ordenados caballeros; y os digo que conté doscientos cincuenta y seis caballeros noveles, aparte de los nobles. Y ciertamente hubo muchos más que nadie los hubiera podido contar, tan grande era la aglomeración de la gente.

Y todos estos caballeros fueron vestidos de tela de oro con plumas coloreadas, vestiduras que luego entregaron a los juglares, y luego vistieron otras vestiduras de terciopelo rojo; y todos tenían mantos con plumas de colores y armiños, y cotas y gonelas (1135) y túnicas de terciopelo rojo. Y de los caballos, de sus sillas y frenos no hay ni que hablar, que nunca en ninguna corte se pudo ver tan bellos arneses como en ésta.

Y se dispuso del siguiente modo: que cada ricohombre, conforme salía de la iglesia cabalgaba con sus caballeros noveles, y así iban a la Aljafería (1136), que es el palacio del señor rey; y nadie cabalgaba con ellos sino el ricohombre, que iba delante de los caballeros noveles que había ordenado, todos ellos cabalgando en su buen corcel (que si alguien quisiera ver hermosos caballos bien arreados, allá los hubiera podido ver), y los hijos de caballeros que, delante de ellos, a caballo llevaban sus espadas, cada cual la de su señor o la de su hermano o la de su pariente que fuera caballero novel; y detrás iban los otros hijos de caballero que a caballo les llevaban sus armas. Y nadie más osaba ir a caballo con ellos, y cada uno iba con trompas, y con atabales, y con flautas y con címbalos, y con muchos otros instrumentos, que en verdad os digo que había más de trescientos pares de trompas. Y había entre juglares y caballeros salvajes más de doscientos; que daban tales gritos y hacían tal ruido que parecía que el cielo y la tierra se acabaran.

Y así, por este orden, con gran alegría fueron todos desde la iglesia de Sent Salvador (1137), de Saragossa, hasta el lugar de la Aljaferia. Y en todo momento había más de trescientos caballeros torneadores, y cien caballeros e hijos de caballeros o ciudadanos honrados, tirando a diana; y en otro prado había cien hombres a caballo, del reino de València y de Murcia, que cabalgaban a la jinetía. Y por otra parte, cerca de la Aljaferia había un campo tapiado donde pudiérais ver matar toros; que cada parroquia conducía su toro, adornado con las enseñas reales; y lo conducían con trompas y con gran alegría, y llevaban sus monteros que mataban los toros. Y luego viérais por las calles las danzas de damas y doncellas y de gente honrada.

¿Qué os diré? Que la fiesta era tal, que nadie sabía en qué dirección mirar. Y estaba todo tan bien dispuesto que nadie estorbaba a los otros. Y esta fiesta duró desde la víspera de Pascua hasta el miércoles después de Pascua, con el mejor tiempo del mundo, y con la mayor paz que nunca hubiera entre las gentes; que nadie podrá citar ni una mala discusión entre dos personas, desde el mayor hasta el menor, desde el día que llegamos a Saragossa, hasta el día en que nos marchamos; sino que permanecimos en gran concordia, y en gran concordia y amor nos despedimos. Y todos disfrutamos de buena posada: Ved en qué forma lo habían preparado todo los prohombres de Saragossa.

Y todos comieron con el señor rey la víspera de Pascua, y el día de Pascua, y el lunes, y después, tanto como cada uno quiso comer; que mientras la corte duró, no se cerró la puerta. Pero el señor infante En Pere y el señor infante En Ramon Berenguer, una vez transcurridos los tres días, cada uno hizo gran convite un día distinto; y el martes convidó el señor infante En Pere al señor rey y a todos los ricoshombre, y prelados, y caballeros y ciudadanos; y pudo comer todo el que quiso. Y aquel día el señor infante En Pere celebró corte muy honrada, e hizo muchos regalos a ricoshombre, y a caballeros, y a ciudadanos, y a todo clase de gentes. Y el miércoles siguiente, el señor arzobispo de Toledo hizo lo mismo en la orden de los frailes menores en Saragossa, donde él se hospedaba. Y el jueves hizo lo mismo el señor infante En Ramon Berenguer.

¿Qué os diré? Que de este modo, con gran alegría y fiesta se mantuvo la corte, hasta el jueves por la noche, con un tiempo hermoso y claro. Y el viernes por la mañana llegó, por la gracia de Dios, una buena lluvia, que abarcó todo Aragón, y Catalunya y el reino de València y de Murcia, y duró hasta el domingo todo el día. Y de este modo la tierra, que mucho lo necesitaba, tuvo el cumplimiento de la gracia de Dios, tanto de buen señor, como de buena paz que el señor rey tenía aquel día con todo el mundo (lo que no se puede decir de ningún rey que haya en el mundo), y además gran gozo y paz con todas sus gentes, y encima bien abastecidos de buena lluvia. Y plazca a nuestro señor verdadero Dios que le dé larga vida y salud, y lo mantenga en beneficio de sus súbditos como quien es: el más gracioso señor, y el más sabio, y el mejor caballero que en el mundo haya, y el más católico, y uno de los mejores cristianos del mundo.

Y allí estuvieron sus dos benditos hijos, a saber, el infante En Pere (1138), el mayor, que ha sido jurado rey de Aragón después de él, y el menor, el infante En Jacme, que es conde de Urgell. Y cada uno de estos dos benditos infantes hijos suyos, desciñeron las espadas a gran parte de los ricoshombre que fueron ordenados caballeros, y les dieron muchos regalos y les concedieron muchas mercedes. Y así esta corte fue bendecida por Dios en todas las formas, y por madona santa Maria, y por todos sus benditos santos y santas.


NOTAS


1135. Gonela. Túnica de piel o de seda, generalmente sin mangas, usada por hombres y mujeres, y que a veces vestía el caballero sobre la armadura.

1136. La Aljafería es la sede actual del Gobierno de Aragón.

1137. La Catedral de Zaragoza, o Seo, como se la llama generalmente. No confundir con la Basílica del Pilar, aunque ambas, junto con el Ayuntamiento y la Lonja se encuentran en la misma plaza.

1138. Se trata del futuro rey Pere II el Cerimoniós o el del punyalet.

diumenge, 5 de juliol del 2009

Crònica de Ramon Muntaner (CCXCV)

Preparatius de la festa de coronació a Saragossa. El nostre cronista hi serà present en representació de la ciutat de València de la qual era jurat.


CCXCV


Y hecho esto, partió de Barcelona y fue a la ciudad de Lleida, visitando gran parte de los lugares que había en aquel territorio. Y todo el mundo empezó a prepararse para acudir a la bendita fiesta de su coronación. Y no os diré que se prepararan únicamente los barones de su tierra, sino que de Sardenya acudieron el hijo del juez de Arborea, y el arzobispo de Arborea, y dos sobrinos del juez de Arborea; y junto con ellos acudieron, en tres galeras armadas, el honrado En Boixadors, almirante del señor rey y gobernador de Sardenya, y otros muchos hombres honrados. Y llegaron también embajadores, con grandes presentes y joyas, del rey de Tiremsé (1129), y embajadores del rey de Granada, también con grandes presentes y joyas. Y acudieron muchos hombres honrados de Castella; y muchos más hubieran venido de no ser por la guerra que había entre el rey de Castella y el noble En Joan Manuel, hijo del infante En Manuel. Y además acudieron muchos hombres honrados de Navarra, y de Gascunya, y de Proença y de muchos otros lugares; de modo que fue tan grande la congregación de gentes en la ciudad de Saragossa, el día de Pascua, que todo el mundo calculaba que habría más de treinta mil hombres a caballo.

Y el señor rey acudió a Saragossa la semana de Ramos. Y luego acudió el señor arzobispo de Toledo, su hermano. Luego acudió el señor infante En Pere, su hermano, conde de Ribacurça y de Empúries, con más de ochocientos hombres a caballo; y el señor infante En Ramon Berenguer, también hermano suyo, conde de Prades, que acudió con quinientos hombres a caballo. Luego vino el noble En Jacme de Xèrica, con quinientos hombres a caballo; y su hermano, el noble don Pedro de Xèrica, con doscientos hombres a caballo. Y luego el noble En Ramon Folc, vizconde de Cardona, también con mucha caballería. Luego vino el noble N'Arnau Roger, conde de Pallars, con gran compañía de a caballo y de a pie. Y luego, el noble En Llop de Luna, con gran caballería. Y luego, el noble En Dalmau, vizconde de Castellnou, también con gran compañía de a caballo y de otra buena gente. Y luego, el noble En Not de Montcada, con mucha compañía de buenos caballeros. Y luego, el noble En Guillem d'Angleola, con gran compañía. Y luego acudió el noble En Berenguer d'Angleola, y el noble En Ramon de Cardona, y el noble En Guillem de Cervelló, y el noble N'Eixemèn Cornell, y el noble En Pere Cornell, y En Ramon Cornell, y el noble En Pedro de Luna, y el noble En Joan Eixemenis d'Urrea, y el noble En Felip de Castre, y el noble N'Amoròs de Ribelles, y el noble En Guillem d'Erill, y el noble vizconde de Vilamur, y el noble En Ponç de Caramany, y el noble En Gilabert de Cruïlles, y el noble N'Alfonso Ferrandis d'Hixar, y el noble En Pere Ferrandis d'Hixar, y el noble En Bertran de Castellet, y el noble En Pere d'Almenara, y el noble En Gombau de Trameset, y el noble N'Artalet de Foces, y el noble N'Eixemèn Peris d'Arenós, y el noble En Sadorta d'Arenós, y el noble En Ferrer d'Abella. Y asimismo el noble En Jofré, vizconde de Rocabertí, y el noble En Bernat de Cabrera, vizconde de Montsoriu; y venía muy bien aparejados de buena caballería y buena gente, pero les llegó mensaje que la condesa d'Empúries, tía del noble En Bernat de Cabrera, había muerto, y se tuvieron que quedar; pero de sus compañías muchas acudieron. Asimismo acudió el noble En Pere d'Aragall, y muchos otros nobles de Aragón, y de Catalunya, y del reino de València, y de Murcia y de otras provincias, todos con gran caballería que sería excesivo nombrar y escribir.

Y además vino, con gran caballería, el maestre de la orden de Calatrava, y el maestre de la orden de Montesa, y el comendador de Montalbà, y el noble fraile Sanxo d'Aragón, castellano de Amposta, de la orden de caballería del Hospital de sent Joan. Y también estuvieron, el ya mencionado señor arzobispo de Toledo, y el señor arzobispo de Saragossa, y el arzobispo de Arborea ya citado, y el señor obispo de València, y el señor obispo de Lleida, y el señor obispo de Osca (1130), y el señor arzobispo de Tarragona, y muchos otros obispos, y abades y priores.

E igualmente acudimos nosotros seis que fuimos delegados por la ciudad de València, y que íbamos con gran compañía; y cada día dábamos avena a nuestros propios caballos, que eran cincuenta y dos, y con nosotros iban ciento quince personas. Y llevábamos trompeteros, y atabalero (1131), y añafil (1132) y dulzaina (1133), vestidos con la enseña real, con los pendones reales, y a caballo. Y los seis llevábamos con nosotros a nuestros hijos o a nuestros sobrinos, con armas de justar. Y mantuvimos casa abierta, desde el día que partimos de València hasta que regresamos, para que todo el mundo que quisiera comer con nosotros, pudiera hacerlo, y ya en la corte dimos a los juglares vestidos de tela de oro y otros. Y llevábamos ciento cincuenta hachones (1134) de València, cada uno de ellos de doce libras; y los pintamos de verde, con escudos reales.

Y asimismo había seis prohombres de la ciudad de Barcelona, muy bien arreglados y muy bien vestidos, con muchos hachones. Y lo mismo de la ciudad de Tortosa, que había cuatro; y asimismo de otras ciudades y villas honradas, y de todas las provincias del señor rey, y todos se esforzaban en que acudiesen muy honradamente. ¿Qué os diría? Nunca en España se celebró en ningún lugar tan gran fiesta, con tan buena gente, como lo fue esta.


NOTAS


1129. Tilimsen, en Argelia, al sudeste de Melilla.

1130. Huesca

1131. Atabalero. El que toca el atabal, timbal semiesférico de un parche.

1132. Añafil. Trompeta recta morisca de unos 80 cm. que se usó también en Castilla y otros reinos cristianos.

1133. Dulzaina. Instrumento músico de viento parecido a la chirimía, pero más corto y de tonos más altos.

1134. Hachón. Vela gruesa de cera.

dissabte, 4 de juliol del 2009

Crònica de Ramon Muntaner (CCXCIV)

Abril de 1328. Alfons fixa el dia 3, diumenge de Pasqua pel jurament com a rei a Saragossa.


CCXCIV


Y acabado esto, pensó que igual que los santos apóstoles de nuestro señor verdadero Dios Jesucristo estaban desconsolados y tristes por la pasión de nuestro señor Dios Jesucristo, sus súbditos se encontraban en gran tristeza por la muerte del señor rey su padre; y que del mismo modo que Jesucristo, el día de Pascua, con su resurrección los alegró y reconfortó, igualmente el santo día bendito de la primera Pascua entrante, que cayó el domingo tres de abril del año mil trescientos veintiocho, él se reconfortaría y alegraría a sí mismo, y a sus hermanos, y a todos sus súbditos. Y dispuso que el citado día de Pascua, los ricoshombre, y prelados, y caballeros, y ciudadanos y villanos, acudiesen a la ciudad de Saragossa, y en ese bendito día, se ordenaría caballero y tomaría la bendita y afortunada corona, con la mayor solemnidad y fiesta que nunca hubiese habido en España en ningún tiempo, ni, en mi modesta opinión, en ninguna otra provincia. Y se escribieron cartas que se enviaron por todos sus reinos, a prelados, y ricoshombre y caballeros y villanos.

dijous, 2 de juliol del 2009

Crònica de Ramon Muntaner (CCXCII)

Novembre de 1327, mor Jaume II el Just. Serà enterrat al monestir cistercenc de Santes Creus


CCXCII


Y así el señor rey En Jacme vio a todos sus hijos e hijas buenos, y hermosos, y sabios, para Dios y para el mundo, y bien heredados; y en paz y en amor de todos los cristianos del mundo. Y tras haber contemplado todo esto y haberle concedido Dios tales gracias, le sobrevino una enfermedad tal y tan dura que le produjo muchos dolores. Debido a lo cual, muchas veces, como santo y buen señor que era, y gracioso, y lleno de la santa fe católica, confesó y comulgó, y recibió los santos óleos, y todos los sacramentos de la santa iglesia, y una vez todos recibidos, con pleno entendimiento y memoria, cruzó sus manos, abrazó la santa cruz y entregó su espíritu en manos de nuestro señor verdadero Dios Jesucristo. Y el lunes, dos de noviembre del año mil trescientos veintisiete, a la hora que se encienden las luces, nuestro señor verdadero Dios y su bendita madre madona santa Maria con toda la corte celestial recibieron su alma, y la llevaron a la gloria con los fieles. Y así el señor rey En Jacme d'Aragó abandonó esta vida en la ciudad de Barcelona ese día. Y dejó su cuerpo al monasterio de Santes Creus (1128), donde reposa el cuerpo del bendito señor rey En Pere, su padre; y así, su cuerpo fue llevado con gran solemnidad, y con grandes llantos, y gritos, y con gran dolor de todos sus súbditos a dicho monasterio; y allá fue enterrado, y acudieron sus hijos, y parte de sus hijas, y prelados, y ricoshombre y gran parte de los mejores de sus reinos. Dios por su merced lo tenga en su gloria, para que de ahora en adelante atienda los ruegos de sus hijos y de todo su pueblo; que en buen lugar está. Y en buena hora nació para beneficio de su alma y de todos sus súbditos, que tuvo buen principio, y buena vida, y mejor fin; y por la fe y la verdad en que ha vivido, ved qué gracia le ha concedido Dios. Por lo que cada cual debe esforzarse en obrar bien, que Dios lo ve.

Y es preciso por tanto que de ahora en adelante el señor rey N'Anfòs, rey de Aragó, y de València, y de Sardenya, y conde de Barcelona y de Urgell, su hijo, se esfuerce en hacer mucho bien, ya que tal espejo ha tenido en el señor rey su padre. Y puesto que tal inicio ha tenido, sus asuntos vayan de bien en mejor; y así ocurrirá, Dios mediante. Y que sea como debe ser, padre y gobernador para sus hermanos y hermanas, y que recuerde siempre que no hay en el mundo hijos de reyes y de reinas, nacidos de mejor padre ni de mejor madre que ellos, y todos han salido del mismo vientre. Y asimismo que tenga la merced de sostener siempre al señor rey Frederic, su tío, y a sus hijos, primos hermanos suyos por ambas partes, y que no deje morir su enseña real en Sicília, bajo ningún concepto; que mientras a Dios y a él les plazca, aquella casa estará firme y segura, en honor de Dios, y de él y de todo su linaje, y con gran provecho para todos sus súbditos.

Y puede echar cuentas que él es rey de Aragón y de València, y de Sardenya, y de Còrsega, y de Mallorca y de Sicília; que si él quiere, el reino de Mallorca está a sus órdenes del mismo modo que el reino de Aragón, y lo mismo el reino de Sicília; ya que él es el jefe y mayor de todos estos reinos. Y mientras, que le plazca tener aquellos reinos como cosa propia, y el señor rey de Mallorca y el señor rey de Sicília sean de una sola voluntad y un solo querer, tal como debe ser, pueden contar que serán soberanos de todos los reyes y príncipes del mundo, tanto cristianos como sarracenos, así como de todas las repúblicas; pero si fuera al contrario, Dios no lo quiera, y entre ellos hubiera distanciamiento, tened en cuenta que uno confundiría al otro. Por lo que es menester que el señor rey de Aragó, N'Anfòs, sea de esta voluntad; que toda la alianza y unidad se encuentra en Dios y en él, que es jefe y mayor de todos; y plázcale que recuerde el proverbio catalán que dice: "No todos los que le ríen las gracias a uno, son sus amigos". Y tanto la casa de Mallorca como la de Sicília, llevan su enseña y con aquella han de vivir y morir, y la han de mantener contra todos los hombres del mundo. Y que la gente malvada no meta cizaña en sus corazones; y que recuerden el ejemplo de la mata de junco, que no se les olvide nunca. Dios por su merced les dé coraje y voluntad, y les llene a todos con sus gracias. Amén.

Y si alguien me pregunta: "En Muntaner, ¿cuál es el ejemplo de la mata del junco?", le responderé que la mata del junco tiene la siguiente propiedad, que si atáis bien fuerte toda la mata con una cuerda, y la queréis arrancar unida de tal guisa, ni diez hombres, por mucho que estiren, la podrán arrancar, y seguramente tampoco aunque más se unieran, pero si quitáis la cuerda, un niño de ocho años, de junco en junco, la podrá arrancar toda, y no quedará ni un solo junco. Y así ocurriría con estos tres reyes, si llegara a haber división entre ellos, o discordia, cosa que Dios no quiera, puesto que tienen tales vecinos que los derrotarían enseguida. Por lo que es menester que se cuiden de esta división, que mientras los tres sean de una voluntad, no han de temer a ningún ejército de este mundo, y, tal como antes os he dicho, serán siempre soberanos sobre sus enemigos.


NOTAS


1128. Monasterio cisterciense en Aiguamurcia, provincia de Tarragona.

dimecres, 1 de juliol del 2009

Crònica de Ramon Muntaner (CCXCI)

Continua explicant-nos el cronista la descendència de Jaume II d'Aragó, el Just. Com podrem observar, tots i totes ben situats, bisbes, priors, o casats amb fills de rei.


CCXCI


Y este señor infante N'Anfòs tuvo como esposa a una de las más gentiles damas de España que no fuera hija de rey, y la más rica, a saber, la hija del muy noble En Gombau d'Entença; y con ella adquirió el condado de Urgell, y toda la baronía de Antilló, y toda la baronía de su padre; y todas estas baronías son una gran adquisición. Y así fue bien desposado con dama muy noble y rica que fue una de las más sabias mujeres del mundo, y de su sabiduría se podría escribir un gran libro; y fue muy buena cristiana, e hizo mucho bien en su vida, en honor de Dios. Y de esta tuvo el señor infante, que la sobrevivió, dos hijos muy graciosos, que se llamaron infante En Pere, el mayor, y el menor infante En Jacme. Y tuvo una hija, que es reina de Mallorca, ya que de pequeña a los seis años de edad, la concedieron por esposa a al señor rey de Mallorca, En Jacme, hijo del señor infante En Ferrando de Mallorca. Y todo esto vio cumplido en vida; y luego, tal como a Dios plugo, la señora infanta, esposa del señor infante N'Anfòs, dejó esta vida en la ciudad de Saragossa, el último martes de octubre del año mil trescientos veintisiete, y fue enterrada al día siguiente, fiesta de los bienaventurados apóstoles sent Simon y sent Judes, en la iglesia de los frailes menores de Saragossa. Dios, por su merced, acoja su alma, como bendita y santa y graciosa mujer que era; que comulgó y recibió los santos óleos, y confesó muchas veces, tal como la persona muy católica y graciosa a Dios y al mundo que era; y por eso la quiso Dios en su reino, joven, casi una niña. Y hubo gran duelo y llanto en la ciudad de Saragossa. Y así terminó sus días al servicio de Dios, tal como a éste le plugo disponer.

Y otro hijo del señor rey En Jacme d'Aragó fue el infante En Joan, arzobispo de Toledo, y es uno de los mejores cristianos del mundo, de modo que todavía en vida, Dios obra prodigios a través de él; y bien está que así lo haga, puesto que es uno de los más graciosos prelados del mundo, tanto en sus sermones, como en todas las ciencias y otras gracias que todo señor bueno y honesto debe tener. Dios, por su merced, le dé larga vida.

El cuarto hijo fue el infante En Pere, y es señor muy gracioso y sabio, y el más educado señor en su juventud, lleno de todas las bondades y sabiduría. Y el señor rey su padre lo ha heredado en tal modo, que lo ha hecho conde de Ribacurça (1127) y conde de Empúries, condados ambos muy nobles y buenos; y además, todavía ha de heredar un castillo y lugar muy nobles en el reino de València; por lo que se puede decir que ha sido heredado como ningún hijo de rey que haya en el mundo, que no sea rey.

Y el quinto hijo del señor rey En Jacme es el infante En Ramon Berenguer, el cual, al igual que sus hermanos, es muy sabio y gracioso, y no es posible encontrar a nadie de su edad en este mundo, tan cumplido de toda bondad. Y el señor rey su padre lo ha heredado, nombrándolo conde de Prades y señor de la baronía del noble En Guillem d'Entença; y con un lugar muy bueno en el reino de Murcia; y del mismo modo se puede decir que ha sido heredado muy noble y honradamente, y puede llevar la vida que corresponde llevar a un hijo de rey.

Y así es como el señor rey, en vida, vio heredados a sus hijos. Y heredó así a sus hijas: a la mayor la desposó con el señor infante En Pere, hijo del rey En Sanxo de Castella; y otra hija la concedió al noble En Joan, hijo del infante En Manuel de Castella; y otra hija al duque de Ostelric, que es uno de los mayores barones de Alemanya, la cuarta ingresó en la orden de Seixena, la más honrada orden de mujeres que haya en España, donde esta infanta es la madre priora, y es muy santa y devota dama; y la quinta hija fue entregada como esposa al hijo del príncipe de Tàranto.


NOTAS


1127. Ribagorza. Comarca de habla catalana actualmente en la provincia de Huesca, junto a Lleida

dimarts, 30 de juny del 2009

Crònica de Ramon Muntaner (CCXC)

La rendició de Cagliari ha dut a l'expulsió dels pisans i la pacificació final (de moment) de Sardenya, i Muntaner aprofita per tornar a condemnar la República de Pisa i per establir novament un inici d'arbre genealògic partint de Jaume II d'Aragó, el Just.

Aquesta crònica, iniciada en 1325 per Ramon Muntaner, ja està arribant al seu final.


CCXC


Y así podéis comprender como por sus maldades han sido consumidos; que si no hubieran roto la primera paz que firmaron con el señor rey, todavía mantendrían el castillo de Càller y las otras plazas; pero ellos mismos, tal como antes os he dicho, fabricaron los azotes con los que han sido flagelados. Y tened por cierto que quien rompe la paz, peca contra los mandamientos de nuestro señor Dios Jesucristo, que dejó paz, y paz quería. Y así, cuídese todo aquel que prometa y firme la paz, que ciertamente queda obligado a ella, ya que así lo ha jurado y prometido; y por nada del mundo debe actuar en contra de ello ya que si así lo hace, perderá su beneficio, y Dios lo castigará.

¿Qué os diré? Que los embajadores de Pisa y el noble En Berenguer Carròs, hijo del almirante, y los otros caballeros que el señor rey les había dado como escolta, se apresuraron y llegaron al castillo de Càller, y entregaron el mensaje al juez de Arborea, que era el procurador general de Sardenya en representación del señor rey de Aragón. Y acudió al castillo de Bonaire inmediatamente; y lo mismo hizo En Felip de Boïl, que era capitán de las tropas en nombre del señor rey, y En Boixadors, que tenía el cargo de almirante. Y los embajadores de Pisa hablaron con los del castillo de Càller, y el lunes, a nueve de junio del año de la encarnación de nuestro Señor mil trescientos veintiséis, rindieron el castillo de Càller al señor rey de Aragón, y en su nombre al citado juez de Arborea, y al noble En Berenguer Carròs, y a los otros que con ellos habían entrado en el castillo de Càller, con cuatrocientos caballos armados, y con doce mil peones, todos ellos catalanes. Y entraron por la Porta de Sant Brancaç, y los pisanos salieron por la Porta de la Mar, y embarcaron en cuatro taridas y una nave que dichos oficiales les habían preparado, y que les conducirían a Pisa.

Y cuando dichos oficiales, y el noble En Berenguer Carròs y la compañía del señor rey entraron en Càller, izaron en la torre de Sant Brancaç un gran estandarte real del señor rey, y luego en cada una de las otras torres otro estandarte y muchos pendones reales menores. Y por la gracia de Dios, antes de que dichas señeras y pendones fueran izadas, no hacía nada de viento, pero en cuanto fueron izadas, se levantó un lebeche (1126), el más hermoso del mundo, que desplegó todas las señeras y los pendones. Y fue la más hermosa visión que nunca hubo para los que bien quieren a la casa de Aragón; mientras que para sus contrarios, fue motivo de mucho dolor y rencor. Y se alzó el canto del laudes, y había tantos catalanes dentro y fuera, y tantos sardos, y los de Bonaire que respondían todos juntos al laudes, que parecía que el cielo y la tierra se juntaran. Y los oficiales del señor rey y el noble En Berenguer Carròs establecieron bien la guarnición del castillo, con mucha gente buena y honorable y de buen linaje y de a pie, de tal modo que de aquí en adelante, Dios será servido para siempre; y allí se encontraran las mejores gentes en verdad y justicia, de forma que la casa de Aragón y toda Catalunya, recibirán gran honor y gloria.

Y de aquí en adelante, con la ayuda de Dios, los catalanes pueden estar seguros que serán los señores del mar; con una sola condición, sin embargo: que reconozcan, tal como el señor rey y los señores infantes sus hijos, y todos sus súbditos, que esto les llega por la gracia de Dios, y que no se enorgullezcan ni piensen que este honor y muchos más que Dios les ha concedido y les concederá, les haya venido por su valentía ni por su poder, sino tan solo por el poder y la gracia de Dios. Y si esto lo custodian en su corazón tanto señores como súbditos, tened por seguro que sus asuntos irán de bien en mejor, ya que no hay nada en el mundo por encima del poder de Dios. ¡Bendito sea él y su bendita madre, madona santa Maria, que les han concedido esta gracia!

Y mientras los catalanes celebraban esta gran fiesta en Càller y en Bonaire, los pisanos, dolidos y entristecidos, embarcaron, y zarparon hacia Pisa, una vez rendido el castillo de Càller, y el resto de plazas que poseían en Sardenya. Y Dios, por su merced, nos conceda mayor alegría que la que tuvieron en Pisa cuando vieron entrar a su gente en la ciudad; pero se reconfortaron pensando que habían conseguido la paz con el señor rey de Aragón, ya que todos se daban por muertos, de no haber podido conseguir dicha paz con el señor rey de Aragó. Y de aquí en adelante más les vale ser sabios, ellos y las otras gentes y repúblicas, de forma que no emprendan guerra contra el señor rey. Y de este modo Pisa recuperó todos los prisioneros que se encontraban en Bonaire, y los genoveses de Saona lo mismo.

Y ya podéis ver cómo acabó la alianza que habían hecho los pisanos y los de Saona, por sus pecados y por sus negocios. Y que tal renta esperen obtener de Dios todos los que no obren con verdad y justicia; que igual que Dios los ha confundido y abatido por sus malas acciones, del mismo modo nuestro señor verdadero Dios, a causa de la lealtad y la justicia que ha encontrado en la casa de Aragón, le ha concedido y le concederá tantas gracias como le concede.

Que entre otras mercedes que Dios ha concedido al señor rey En Jacme d'Aragó, le ha hecho la gracia de tener de madona la reina Blanca, hija del rey Carles tal como antes os he contado, la cual fue muy buena y santa mujer, cinco hijos y cinco hijas, a todos los cuales vio crecer y ser heredados en vida. Y os contaré cómo y de qué manera.

El primer hijo, llamado En Jacme: este señor fue procurador general de todos los reinos en nombre del señor rey su padre, y mientras administró dicha procuradoría, hizo muy firmemente justicia, tanto al mayor como al menor. Y al poco de ostentar esta señoría, renunció a ella, y a todos los reinos del mundo, y en honor de nuestro señor verdadero Dios, tomó el hábito de la orden de caballería de Montesa, y vive y vivirá, si a Dios place, mientras tenga vida, en el servicio de Dios y en dicha orden. Por lo que de aquí en adelante no volveremos a hablar de él, que ha renunciado a la señoría que podría tener en este mundo, con el fin de poseer el reino de Dios. Dios, por su merced, le conceda esta gracia.

Y luego, otro hijo llamado señor infante N'Anfòs, que es el que antes os he relatado, y que cuando el señor infante En Jacme renunció a la herencia de su padre, asumió el título de primogénito, y fue jurado, después del señor rey su padre, como señor y rey de todos los reinos del señor rey su padre. Y tuvo y asumió inmediatamente la señoría de todos los territorios, en nombre del señor rey En Jacme su padre; y realizó la conquista de Sardenya, tal como antes habéis oído; y la ha mantenido, y la mantiene, y la mantendrá para siempre, en el camino de verdad y justicia, tal como quien es, el más gracioso y mejor señor, y el mejor caballero en su persona, que nunca hubiera en el reino de Aragón, aunque muy buenos caballeros ha habido; pero así es esta bendita casa, que, por la merced de Dios, siempre va de bien en mejor, y así continuará en adelante, si a Dios place.


NOTAS


1126. Lebeche. En el litoral del mediterráneo, viento sudoeste.

dilluns, 29 de juny del 2009

Crònica de Ramon Muntaner (CCLXXXIX)

Any 1326. Capitulació de Cagliari. Nou tractat amb la República de Pisa, que rendeix el castell de Cagliari i adquireix el dret a comerciar per tota Sardenya.


CCLXXXIX


Cierto es que cuando el señor rey de Aragó y el señor infante N'Anfòs vieron que los pisanos se confabulaban malvada e inicuamente, tanto como podían, con el fin de obtener ayuda de muchas partes con la que poder romper el asedio del castillo de Càller, el señor rey y el señor infante empezaron a arbolar (1125) galeras y taridas, y ordenaron que todos los días saliesen caballeros y peones hacia Sardenya, y además, el señor rey de Mallorca, en cuanto el matrimonio fue firmado, hizo armar seis galeras en Mallorca y dos naves, que envió al castillo de Bonaire con gran tripulación en ayuda del señor rey de Aragón. Y asimismo acudieron muchas naves y leños de Catalunya, todos ellos repletos de buena gente de armas; de modo que en pocos días el señor rey y el señor infante habían enviado tanta caballería y tanta gente y tantas galeras, que los de dentro del castillo de Càller se tuvieron por muertos, y enviaron a decir a la república de Pisa que los socorriesen, ya que si no lo hacían, no podrían resistir más.

Y los pisanos, conociendo el gran ejército que el señor rey de Aragón había enviado, dieron su batalla por perdida, y pensaron que ya no podrían socorrer de allí en adelante al castillo de Càller, e incluso que ya se conformarían con que el señor rey de Aragó los dejase vivir tranquilos en su ciudad de Pisa. Y así, enviaron embajadores con poderes suficientes al señor rey de Aragó, los cuales acudieron a Barcelona, donde encontraron al señor rey; y muy humildemente suplicaron al señor rey y al señor infante que tuviese a bien perdonarles de todo lo que habían hecho contra ellos, y que le rendirían el castillo de Càller y todo lo que poseían en la isla de Sardenya. Y el señor rey y el señor infante, movidos a piedad, tal como ellos y sus antepasados siempre han estado y están llenos de caridad y misericordia, los perdonaron y firmaron la paz con ellos, para que le rindiesen inmediata e incondicionalmente el castillo de Càller y todo lo que poseían en Sardenya. Y el señor rey les concedió la gracia de que pudiesen mercadear a salvo y con seguridad por toda Sardenya, y por el resto de sus tierras, aunque pagando ellos, a su propia costa, los peajes y los impuestos y los derechos que hubiere en vigor, y hayan sido dispuestos o lo fueren en el futuro, por el señor rey; y además que puedan tener cónsules y lonjas en las ciudades del señor rey, tal como los catalanes los tienen y las tendrán en la ciudad de Pisa. Y así, se firmó esta paz, con gran alegría de los pisanos, ya que habían encontrado merced en el señor rey y en el señor infante; y regresaron para rendir al señor rey, y en su nombre a los caballeros que el señor rey dispuso el castillo de Càller; y además a entregar el resto de plazas que todavía mantenían en Sardenya.


NOTAS


1125. Arbolar. Poner los árboles (palos) a una embarcación. Por extensión construir embarcaciones.

diumenge, 28 de juny del 2009

Crònica de Ramon Muntaner (CCLXXXVIII)

Año 1325, Felip de Mallorca, regent i tutor de Jaume III, concerta el casament del seu pupil d'onze anys amb Constança d'Aragó de cinc anys, filla del rei d'Aragó, Alfons IV.


CCLXXXVIII


Y cierto es que, tal como antes os he contado, cuando el señor rey En Sanxo de Mallorca abandonó esta vida (1122), y el señor infante En Jacme, hijo del señor infante En Ferrando, sobrino suyo, fue coronado rey, y desde aquel momento se le llamó, y se le llama y se le llamará, rey de Mallorca, fue dispuesto por los ricoshombre, caballeros, prelados y ciudadanos y villanos, que al citado señor rey En Jacme de Mallorca se le diese como tutor al muy santo y devoto señor monsèñer En Felip (1123) de Mallorca, tío suyo; y así se cumplió. Y luego que monsèñer En Felip fuese nombrado tutor, negoció y llevó a buen fin que el señor rey de Mallorca, sobrino suyo, desposase a la hija del señor infante N'Anfòs (1124), hijo primogénito del muy alto señor rey de Aragó; y para este matrimonio se necesitó la dispensa del santo padre apostólico. Y este matrimonio se formalizó con gran concordia y confirmación del amor y parentesco existente entre la casa de Aragó y la de Mallorca; por cuya causa todos sus súbditos han tenido y tienen en todo momento, gran gozo y placer y provecho. Dios, por su merced, les dé vida y salud (que el citado señor rey de Mallorca, cuando se firmó este matrimonio, no tenía más que once años y pico, y la señora infanta, que se llama madona Constança, no tenía más que cinco años y pico), de modo que este matrimonio llegue a celebrarse y tengan hijos e hijas en honor de Dios y en el de ellos mismos y para provecho de sus pueblos. Y este matrimonio fue firmado por cada una de las partes en el año de la encarnación de nuestro señor verdadero Dios Jesucristo mil trescientos veinticinco.

Ahora dejaré de hablaros del señor rey de Mallorca y de monsèñer En Felip, quien gobierna la tierra en nombre del señor rey sobrino suyo; y volveré a hablar del señor rey de Aragó, y del señor infante N'Anfòs.


NOTAS


1122. El rey Sanç I de Mallorca, murió en 1324

1123. Felip de Mallorca, hermano de Sanç I de Mallorca, era abad en Narbona.

1124. Constança d’Aragó i d’Entença, biznieta de Jaume I como su esposo Jaume III de Mallorca. De ahí la dispensa papal concedida por Juan XXII, segundo papa residente en Avignon.

dissabte, 27 de juny del 2009

Crònica de Ramon Muntaner (CCLXXXVII)

Cagliari i el seu raval Estampace s'han convertit en un gra al cul pels catalans que viuen a Bonaria. Destrucció de Estampace i enduriment del setge sobre Cagliari.


CCLXXXVII


Y tal como lo habían dispuesto así lo hicieron; que al amanecer todos se encontraban alrededor de las murallas, pegados al muro de tal modo que no había peligro de que nada malo les sucediera; y los marineros llegaron a la Llapola, y la batalla fue muy dura, ya que los de dentro se defendían muy fuertemente, y lo tenían todo bien preparado, que no carecían de nada de lo necesario para la defensa. ¿Queréis más detalles? Los marineros derribaron el muro por la fuerza de las armas y empezaron a entrar. Y cuando los de Estampatx se vieron invadidos, acudieron todos allí, y los hombres de a caballo se acercaron a las murallas y empezaron a invadirles. ¿Qué os diré? Que las señeras del noble En Carròs y del noble En Ramon de Peralta empezaron a entrar en Estampatx, y en ese momento se vio la batalla más cruel y felona. Y aunque los de Estampatx, una gran parte de los cuales eran del castillo que habían bajado allí, hicieron un gran esfuerzo por el dolor que tenían de ver morir a sus mujeres y a sus hijos, y se esforzaron sobremanera; nuestro señor verdadero Dios que les quería castigar por sus maldades, les envió la derrota, y ni uno solo quedó con vida, ni sus mujeres, ni sus hijos; y allí mismo murió el capitán y el castellano del castillo con gran parte de sus soldados. Y los catalanes podrían haber entrado en el castillo en aquel momento, pero los que se encontraban dentro viendo la gran mortaldad de su gente y su destrucción empezaron a cerrar las puertas, y a emparedarlas a cal y canto. Y una vez los catalanes hubieron matado a toda aquella gente, empezaron a saquear la ropa que había en la villa, de la que había muchísima, de forma que consiguieron tanto botín, que los que participaron en aquella batalla siempre serán ricos.

Y una vez hecho esto, al día siguiente regresaron todos, y derribaron todos los muros y las casas, y lo asolaron todo. Y dispusieron los nobles que todo el mundo cogiera piedra y madera a voluntad, y que lo llevasen a Bonaire; y todo el mundo empezó a acarrear lo que podía, quién con barcas, quién en carros, y lo llevaron todo a Bonaire, donde edificaron y erigieron buenos albergues. Y decidieron derribar la iglesia de los frailes menores, que era muy rica, y trasladarla a Bonaire, en honor de sant Francesc, y allí construyeron el convento de los frailes; y decidieron que de entonces en adelante no hubiese en dicho convento más que frailes catalanes, y que fuesen una provincia independiente, y que, asimismo, fuesen catalanes todos los de las órdenes establecidas en Sardenya y Còrsega.

Y así, señores que este libro oiréis, temed siempre en vuestro corazón el poder de Dios, que ya podéis ver sin ninguna duda como nuestro señor verdadero Dios tomó venganza en el plazo de un año sobre aquellas malvadas gentes que con falsedad y deslealtad habían retomado la guerra contra el señor rey de Aragón, el cual, benigna y piadosamente había firmado la paz con ellos; y también como ha tomado venganza de esta plaza de Estampatx, que estaba poblada de las más malvadas gentes del mundo y de las más pecadoras, que no hay pecado que imaginarse pueda, que allí no se cometiese, de modo que su hedor ascendía ante la presencia de Dios. Y si me preguntáis: "En Muntaner, ¿qué pecados son los que allí se perpetraban?", yo os contestaré que el orgullo y la soberbia, y el pecado de lujuria en todas su formas, de modo que Dios ha consentido tal destrucción como la que realizó en Sodoma y en Gomorra, que todo lo quemó con su fuego, y lo abatió. Y por otra parte siempre estaba presente la usura. Y en cuanto al pecado de la gula, más que en ningún otro lugar del mundo. Y además, aquel lugar abastecía de hierro, y de acero, y de madera, y de toda clase de provisiones a la Barbaría; de lo que provenía gran daño para la cristiandad. Y por otra parte, todo corsario y ladrón era bienvenido, sin considerar a quien había robado y dañado. Y aquel lugar era el centro de todos los tahúres de juego; y tantas maldades se cometían, que uno no podría escribirlas todas. Por lo que podéis ver como nuestro señor verdadero Dios (¡bendito sea!) tomó venganza en pocas horas. Y está loco quien no siente miedo ni temor de Dios; que nuestro señor verdadero Dios soporta muchas cosas, pero de cuando en cuando conviene que la justicia de Dios actúe sobre los malvados, ya que de no ser así, los buenos no podrían sobrevivir en este mundo.

Y de aquí en adelante dejaré de hablaros del castillo de Càller, que se encuentra asediado, y de los de dentro que se han emparedado; y dejaré de hablaros de Estampatx (1121), que ha sido completamente quemado, saqueado y asolado; y volveré a hablaros del señor rey de Aragó, y del señor infante N'Anfòs y del señor rey de Mallorca.


NOTAS


1121. Actualmente el barrio de Estampace en Cagliari.

divendres, 26 de juny del 2009

Crònica de Ramon Muntaner (CCLXXXVI)

Any 1826, l'infant Alfons, el futur Alfons IV, ha donat per finalitzada la guerra a Sardenya, amb el pacte que ja ens havia explicat al capítol 279, i que ara ens torna a recordar per fer-nos avinent la responsabilitat dels republicans en la continuació de la guerra a Sardenya.


CCLXXXVI


Y al cabo de cuatro días de esto, las galeras de los genoveses y de los pisanos regresaron con gran dolor, y encontraron una nave de catalanes en la que iba el noble En Ramon de Peralta, con sesenta caballeros que el señor rey de Aragón enviaba a Sardenya; y otra nave, en la que viajaban cuarenta y ocho caballeros a las órdenes asimismo de En Ramon de Peralta, iba unas diez millas más adelante. Y así tuvieron su oportunidad al topar con el noble En Ramon de Peralta, y le atacaron dieciséis veces, aunque no pudieron conseguir nada, sino que encima perdieron trescientos genoveses, que murieron, y tuvieron muchos heridos. De tal modo se separaron de la nave, tan dolidos, que nunca oiréis hablar de ello, si no es con tristeza.

Y podéis entender qué milagro ha obrado Dios, puesto que el almirante En Carròs no perdió sino tres hombres en todas estas batallas, y En Ramon de Peralta no perdió de su nave más que un caballero salvaje (1117). Por lo que todos debe esforzarse en ir con lealtad; que quien con lealtad vaya, Dios estará con él; y quien vaya con deslealtad, Dios lo confundirá y lo guiará a su destrucción. Que todos los días se puede observar, y es un milagro evidente de cada día, que en este mundo Dios es el señor de la venganza; y lo podéis conocer ahora con el asunto de los pisanos. Que el señor infante N'Anfòs (1118) hizo la paz con ellos en el modo que antes habéis oído; y de ningún modo el señor infante N'Anfòs, ni los suyos, hubiera ido contra lo que les había prometido, y con aquella intención hizo la paz con ellos, y partió de Sardenya, y regresó a Catalunya, pensando que de entonces en adelante, no debía temer a los pisanos, ya que se encontraba en paz con ellos. Y los malvados pisanos, toda la paz que firmaron, fue un gran engaño, para que el señor infante regresase a Catalunya, y en cuanto estuviese lejos, imaginaban que podrían derrotar enseguida a los catalanes que habían quedado.

Y que esto es la verdad, comenzaron enseguida a manifestarlo, ya que inmediatamente empezaron a dotar con muchas provisiones el castillo de Càller, e hicieron grandes obras, para fortificar las murallas con contramurallas, e hicieron acudir muchos soldados de a caballo y de a pie, y fortificaron bien el castillo de Càller. Y una vez hecho todo esto, empezaron a romper todos los pactos que con el señor infante tenían, y todas las paces. ¿Qué os podría contar? Que si encontraban un catalán solitario, lo degollaban inmediatamente; así que en poco tiempo, antes de que los catalanes se hubiesen apercibido, a setenta de ellos habían asesinado y echado a un pozo. E igualmente empezaron a armar barcas, y con ellas, si una barca salía del castillo de Bonaire, iban contra ella, y la capturaban, o la hundían. Y así podéis ver cuanto se puede uno fiar de ellos, y que nunca se puede encontrar en ellos fe ni verdad; por lo que nuestro señor verdadero Dios los va destruyendo por sus malas acciones. De modo que ellos han ido fabricando los azotes con los que a sí mismos se flagelarán, y han conseguido que la guerra les vaya de mal en peor, y ya veis lo que hasta ahora les ha sucedido, y a tiempo estáis de ver lo que todavía les sucederá.

Que cuando hubieron combatido a este ricohombre, En Ramon de Peralta, se marcharon apenados, mientras que el mencionado ricohombre, alegre y satisfecho, tomó tierra con ambas naves en el castillo de Bonaire, y desembarcó la caballería que traía, y la peonada; y fueron bien recibidos por el almirante y por todos los de Bonaire, y se les hizo gran fiesta. Y al cabo de pocos días el almirante y el noble En Ramon de Peralta llegaron al acuerdo de que la caballería por tierra, y la peonada y la armada por mar, con los hombres de mar, irían a invadir Estampatx, que es la villa de Càller, la cual ella sola (1119) se encuentra bien amurallada y defendida; que todos los pollinos (1120) se encontraban en Estampatx con sus mujeres y sus hijos, ya que en el castillo de Càller no quedaban más que soldados.


NOTAS


1117. En la época relatada por esta crónica, los caballeros salvajes eran una especie de juglares al servicio de los reyes.

1118. El infante Alfons, futuro rey Alfons IV el Benigne


1119. Cuando habla de Cáller se refiere al castillo de Cagliari, mientras que Estampatx es el pueblo extramuros del Castillo.

1120. Recordemos que pollino tiene aquí el sentido de hijo de pisano y sarda

dijous, 25 de juny del 2009

Crònica de Ramon Muntaner (CCLXXXV)

Nadal de 1325, batalla naval al golf de Cagliari entre els catalans de Bonaire que setgen Cagliari i els genovesos i pisans que volen introduir queviures a la plaça sitiada.


CCLXXXV


Tras partir la flota de Pisa, perdieron una galera en las inmediaciones de Busnaire (1112), la cual embarrancó y de cuyo naufragio escaparon vivos ochenta hombres. Y el juez de Arborea, al saberlo, envió las tropas allá donde la galera había quedado varada, y capturaron a los ochenta hombres, y con una cuerda al cuello los envió a Bonaire, al almirante, quien inmediatamente les hizo poner buenos grilletes, y los empleó también en la construcción de la muralla y el foso de Bonaire. Y del mismo modo, en aquellos días, otra galera de genoveses de Saona, que retornaba de Flandes, debido a una tormenta embarrancó en la isla de Sant Pere (1113) y se hundió, y sobrevivieron ciento cincuenta personas; y el almirante que lo supo capturó a los ciento cincuenta, e hizo con ellos lo mismo que había hecho con los otros.

¿Qué os diré? Que el día de Navidad del año mil trescientos veinticinco, las veintidós galeras genovesas y las cinco pisanas, y seis naves entre leños armados y saetías, llegaron frente a Càller, y el resto de la flota lo habían dejado en Bonifaci (1114). Y habían llegado de forma apresurada, con el intento de atravesar la empalizada de Càller, y pasar las provisiones que traían; pero el almirante había protegido de tal modo la entrada, que nada podía entrar sin su consentimiento. Y así, aquel día de Navidad se encontraban las naves y los leños frente al puerto y toda la flota de los catalanes, y hubo combates todo el día; y el día de sant Esteve (1115), intentaron atacar la flota por el ala, pero sufrieron gran daño, y no pudieron conseguir nada; y al día siguiente, día de sant Joan, lo intentaron por el ala contraria de la flota, pero nada consiguieron tampoco, sino que del mismo modo sufrieron grandes pérdidas; y el día de los Inocentes fueron a Caboterra, y achicaron agua, y regresaron para combatir por un ala de la flota. Y todos estos intentos los realizaban con diez galeras ligeras para que el almirante saliera en su persecución con sus galeras, de modo que cuando abandonara la formación para perseguir las diez galeras (que no lo temían ya que podían escapar a remo) el resto de su flota podría atravesar la empalizada; y de este modo pensaban introducir el socorro en Càller. Pero el almirante bien sabía lo que pretendían, por lo que no se movió de la formación. Y así, el día de Navidad, que era miércoles, y el jueves, y el viernes, y el sábado se mantuvieron en estos ataques; y al domingo siguiente, el almirante hizo que su compañía almorzara temprano, y ordenó que todo el mundo que había en las galeras, que eran dieciocho si descontamos las de doble castillo, se armase y se preparase; e hizo pregonar por todas sus galeras que de entrar en combate, la batalla sería real, y el botín que se obtendría sería de cada uno, salvo los prisioneros y las galeras que serían del señor rey; y que él estaba decidido, si se presentaba la oportunidad, a salirles a batalla. Y así estuvo listo para el combate.

Y una vez todo esto hecho y dispuesto, las galeras de los genoveses y las de los pisanos arribaron dispuestas a la batalla, y al frente de las mismas iban cinco galeras genovesas y dos pisanas, e iban unidas todas ellas, al mando del almirante En Gaspar Dòria; y el resto de las galeras iban a popa. Y las siete galeras se acercaron tanto a las del almirante En Carròs, que sus proas quedaron a tiro de flecha. Y cundo el almirante vio que las siete galeras se encontraban tan cerca, ordenó a sus galeras corriendo la voz boca a boca, que, sin hacer el más mínimo ruído y sigilosamente, soltasen las maromas de las anclas al mar para que si levaban anclas, pudieran zarpar inmediatamente, de modo que con veinte remos navegaran más que las otra con ciento cincuenta. Y así, cada cual, silenciosamente, dejó caer la gúmena (1116) al mar, tan silenciosamente que ni los genoveses ni los pisanos se dieron cuenta; y acto seguido bogaron, de modo que antes de que las siete galeras pudiesen haber rolado en redondo, el almirante les cayó encima, y las abordó, y así mataron a más de mil cien personas; muriendo todo aquel que se encontraba sobre cubierta, y bajo cubierta consiguieron esconderse cuatrocientos genoveses y doscientos pisanos. Y de este modo el almirante capturó las siete galeras, y toda su tripulación fue muerta o capturada. Y el resto de las galeras dio la vuelta en redondo y empezaron a huir. Y En Gaspar Dòria demostrando su valentía, en medio de la batalla, con una barquita que tenía a popa, huyó, y subió a una galera que tenía a popa, que era de un hermano suyo. Y cuando las siete galeras hubieron sido capturadas, el almirante fue tras las otras, pero no era cosa fácil, y no las pudo alcanzar; y así, de todos modos, regresó alegre y satisfecho con los suyos. Y todo el mundo ganó tanto botín, que todos se enriquecieron, y nunca se le quitó a nadie nada de lo que había ganado.

Y cuando los genoveses se encontraban lejos, enviaron una galera al almirante, con un mensajero, y le rogaron que le pluguiese que su embajador pudiese visitar a los prisioneros, para saber cuantos habían muerto y cuantos habían escapado. Y el almirante se lo otorgó, y los pudieron ver a todos. Y habían escapado vivos cuatrocientos trece genoveses y doscientos pisanos, que se habían escondido bajo cubierta, como antes os he dicho. Y cuando los hubieron anotado a todos, quisieron entregar como rescate de los genoveses capturados, todas las provisiones y armas y todo lo que llevaban en las galeras que habían escapado; y el almirante les dijo que no les entregaría ni al más débil, puesto que tenían que ayudar a construir el foso y la muralla de Bonaire. Y así se marcharon con gran dolor. Y ved qué fruto obtuvieron, con sus maldades, de la alianza que habían hecho con los pisanos, que uno pensaba engañar al otro, y llegó el almirante del señor rey de Aragón, y los devoró y los separó.


NOTAS


1112. Seguramente Bonaire

1113. Isola de San Pietro

1114. Bonifacio. Al sur de Córcega

1115. San Esteban. Veintiséis de Diciembre

1116. Gúmena. Maroma gruesa que sirve en las embarcaciones para atar las áncoras y para otros usos.

dimecres, 24 de juny del 2009

Crònica de Ramon Muntaner (CCLXXXIV)

Continua relatant-nos el cronista l'aliança entre pisans i genovesos, i com acabarà devenint contrària als seus interessos.


CCLXXXIV


Cierto es que la alianza que hubo entre ellos fue como la de la rata y la rana (1108), que pensaban engañarse una a la otra, tal como encontraréis en las fábulas de Isop (1109); que, como cada una iba con mala intención, llegó el milano, se las llevó a las dos y se las comió, tal como ha sucedido con los que hicieron la alianza, ambos con engaño y maldad, y con intención de abandonar y de engañar el uno al otro; y el ejército de la casa de Aragón, que es el águila, les atacó inesperadamente, y los ha devorado y destruido del todo, y siempre lo hará, si a Dios place.

Debéis saber que cuando la armada estuvo lista en Pisa para venir a socorrer el castillo de Càller, había veintitrés galeras de genoveses y cinco de pisanos, y seis con doble castillo a popa y a proa, y seis saetías (1110), y una nave, y muchas embarcaciones de pisanos, de forma que fueron al menos sesenta velas las que partieron de Pisa. Y cuando el noble En Francesc Carròs, almirante del señor rey de Aragon, supo que esta flota venía contra él, con intención de socorrer el castillo de Càller, castillo que dicho almirante tenía sitiado, decidió que de ninguna forma dicha ayuda de provisiones y gente podía entrar en el castillo, y se dispuso a impedirlo, como el buen y sabio caballero que era; y por los hechos pasados predijo los futuros, tal como aquí oiréis.

Cierto es que no hacía todavía dos meses, que dos galeras de Pisa, ligeras, llegaron de noche a la empalizada de Càller, y sin que el almirante En Carròs se enterara, entraron dentro de la empalizada, y eran galeras ligeras de remos, y llevaban provisiones que introdujeron en el castillo de Càller. Y cuando el almirante divisó, a la mañana siguiente, las dos galeras dentro de la empalizada, se disgustó mucho; sin embargo, con la ayuda de Dios y su buen sentido, todo se resolvió para bien y con gran alegría y provecho. Ya que él asedió dichas galeras inmediatamente, de modo que no podían salir de la empalizada sin pasar por sus manos; y así las tuvo tan sitiadas, que la chusma de dichas galeras acabó comiendose más de lo que habían traído. Y cuando los vio en aquella situación, una noche, por mar y por tierra, cayó sobre ellos, sorprendiéndoles de tal manera que tomó las dos galeras con toda su tripulación y todo cuanto tenían, y no escaparon vivos más de treinta que habían logrado esconderse bajo el puente. Y a aquellos treinta, cuando se hizo de día, y los encontraron vivos, no los mataron, ya que cuando uno es apresado, no es correcto que se le mate; pero les pusieron grilletes de hierro inmediatamente, y se les puso a trabajar en la construcción de la muralla y del foso que el almirante estaba construyendo en el lugar de Bonaire, el cual en poco tiempo se convirtió en uno de los más hermosos lugares que nunca se pudiera ver acabado en tan escaso tiempo. Que quiero que sepáis que en aquellos días había más de seis mil hombres de armas buenos, todos catalanes, con sus mujeres, y no hacía todavía dos años que el almirante lo empezó a edificar, mientras tenía sitiado el castillo de Càller, y el señor infante N'Anfòs tenía sitiada Viladesgleies; por lo que los pisanos tienen claro que solamente con el fortín de Bonaire se podría tener asediado a perpetuidad el castillo de Càller. Y para que entendáis que la plaza de Bonaire es un buen mercado, quiero que sepáis que cuando el almirante supo que la flota había partido de Pisa, y que eran sesenta velas, tal como antes habéis oído, pasó revista al ejército que había en la plaza de Bonaire, y contó que había catorce naves grandes, de las que doce eran de catalanes, una del rey de França (1111) que había llegado de Xipre, y una de genoveses y güelfos de la ciudad de Gènova que el almirante había capturado; y por otra parte había treinta y seis leños de una cubierta, que eran de mercaderes catalanes, y había veintidós galeras, entre galeras y galeras con dos castillos, y ocho entre leños y taridas que servían para navegar por el lago. Y el almirante situó toda esta flota en fila frente a la empalizada de Càller, ya que recordaba lo que habían hecho las dos galeras, y así se aseguró de que nadie pudiese entrar al puerto.

Ahora dejaré de hablar de la plaza de Bonaire, y del almirante, y volveré a hablar de los genoveses y de los pisanos.


NOTAS


1108. El ratón y la rana (Esopo).

Un ratón de tierra se hizo amigo de una rana, para desgracia suya. La rana, obedeciendo a desviadas intenciones de burla, ató la pata del ratón a su propia pata.
Marcharon entonces primero por tierra para comer trigo, luego se acercaron a la orilla del pantano. La rana, dando un salto arrastró hasta el fondo al ratón, mientras que retozaba en el agua lanzando sus conocidos gritos. El desdichado ratón, hinchado de agua, se ahogó, quedando a flote atado a la pata de la rana. Los vio un milano que por ahí volaba y apresó al ratón con sus garras, arrastrando con él a la rana encadenada, quien también sirvió de cena al milano.

Moraleja. Toda acción que se hace con intenciones de maldad, siempre termina en contra del mismo que la comete.

1109. Esopo, fabulista griego

1110. Saetía. Embarcación latina de tres palos, y una sola cubierta, menor que el jabeque y mayor que la galeota que servía para corso y para mercancía

1111. Por los años de que hablamos tiene que ser Carlos IV de Francia y I de Navarra, el Hermoso. Último de la dinastía de los Capetos al no haber tenido descendencia masculina, por lo que su sucesor será un Valois, Felipe VI de Valois.

dimarts, 23 de juny del 2009

Crònica de Ramon Muntaner (CCLXXXIII)

Muntaner, fervent monàrquic, i absolut partidari del Casal d'Aragó, ens parla en aquest capítol de l'engany, de la traïció soferta, per part dels republicans gibel·lins de Gènova, a qui Frederic de Sicília havia ajudat.


CCLXXXIII


Podéis creer que el señor rey de Sicília, siendo como es partidario de la causa gibelina (1106), ha ayudado a la casa Dòria y la de Espíndola, y a las otras grandes casas que abandonaron Gènova y fueron a Saona (1107), con dinero y caballería, y galeras y provisiones; de modo que Dios y él los han apoyado en la ciudad de Saona contra los güelfos que habían permanecido en la ciudad de Gènova; y es bien cierto que Dios y la ayuda del señor rey de Sicília han permitido que se mantuvieran. Y cuando el duque, hijo del rey Robert, pasó a Sicília, los anteriormente mencionados gibelinos de Saona prometieron ayuda de galeras al señor rey de Sicília, y el señor rey confiaba en ellas; y si hubiera recordado cuantos renuncios le habían hecho al señor rey En Jacme, su hermano, mientras fuera rey de Sicília, y cuantas veces le habían fallado a él mismo, no hubiera confiado lo más mínimo en ellos. Pero con los señores ocurre esto: que cuando Dios les concede su gracia viven largo tiempo, y cambian a menudo de consejeros, por muerte de los mismos, o por otras razones; y los consejeros jóvenes son muy peligrosos para cualquier señor, que por muy sabios que sean no pueden entender tan bien de todos los asuntos como los ancianos, que han visto y participado en muchos asuntos; y es que, con la mitad de ciencia, pueden dar mejores consejos los ancianos que los jóvenes en cualquier asunto de guerra, porque muchas más cosas habrá visto y oído el anciano que el joven; y así, por los hechos pasados se pueden predecir mejor los presentes y los futuros. Por lo que os aseguro que si el buen conde En Guillem Galceran estuviera vivo, o don Blasco d'Alagon, o N'Huguet d'Empúries, conde de Esquilaix, u otros catalanes y aragoneses que ya han muerto, o incluso misser Mateu de Tèrmens, o misser Vinxiguerra d'Apolois u otros hubieran estado vivos, el señor rey de Sicília no hubiera perdido tanto como ha perdido en ayuda de los genoveses, puesto que le hubiesen recordado los tiempos pasados. Y de igual modo que ahora ha sido engañado, lo volverán a ser cada vez, él y cualquier rey que confíe en las repúblicas. Y es bueno que yo os relate el engaño que los genoveses han infligido al señor rey de Sicília, recordando lo que hicieron en esta expedición del duque a Sicília.

Habéis de saber que el señor rey de Sicília envió requerimiento de ayuda de galeras a Saona, y les envió dinero; prometiéndole ellos que lo apoyarían con veinticinco galeras, y él estaba en la confianza de que así sería. Y los genoveses actuaron de tal forma que pasó todo el verano, y el duque abandonó Sicília y pasó desde Messina a Calàbria, tal como antes habéis oído, y cuando se enteraron de que el duque estaba fuera de Sicília, y había pasado a Calàbria, zarparon de Saona con rumbo a Tràpena, que se encuentra a doscientas millas de donde estaba el duque. Y así podéis entender cuánto ansiaban combatir y pelear, y cual fue la ayuda que el señor rey de Sicília recibió de los genoveses, y para qué le sirvió el dinero que les había enviado para que armaran la flota.

Y no bastó este escarnio y este renuncio, sino que incluso pensaron que podían utilizar dichas galeras en contra del rey de Sicília, en vez de en su ayuda; y se confabularon con la república de Pisa para que ésta pudiera ir contra el señor rey de Aragó, con veintidós galeras que habían armado en Saona. Y la república de Pisa les dio mil florines de oro al mes, para que con la armada de Pisa acudiesen a llevar provisiones y ayuda al castillo de Càller; y todavía más: pactaron que En Gaspar Dòria, almirante de dichas galeras de Saona, sería almirante de Pisa; e incluso más, que habría una tripulación de cuatrocientos genoveses, y que todos ellos serían premiados con tierras en Sardenya. Y así se formalizó el pacto entre ellos y la república de Pisa. Ved qué ayuda prestaron al señor rey de Sicília, que pactaron con los pisanos guerrear contra el señor rey de Aragó, hermano mayor suyo.

Y tales hechos, tan desagradables ante Dios y ante el mundo, no me parece que deban dar buen fruto; y nuestro señor verdadero Dios, que es verdad y justicia, juzgará a cada uno según las intenciones que lleve. Por lo que la casa de Aragón, y los descendientes de la misma, siempre han ido, y van e irán con la verdad por delante, y de buena fe; por lo que Dios los exalta, y los acrece, y les concede la victoria en todas sus batallas, mientras que a los que van con falsedad y engaños, confunde y abate.

Ahora os quiero contar el final de esta desleal confabulación entre la república de Pisa y los genoveses de Saona, en qué terminó, y cómo se cumplió la justicia de nuestro señor verdadero Dios sobre ellos, y así sucederá siempre con todos aquellos que van con maldad y falsedad.


NOTAS


1106. Los gibelinos eran una facción política partidaria de los emperadores germánicos, enfrentada a los güelfos que eran partidarios del poder de los papas

1107. Savona. Ciudad italiana en el golfo de Génova.

dilluns, 22 de juny del 2009

Crònica de Ramon Muntaner (CCLXXXII)

Es reinicien les hostilitats entre Frederic de Mallorca i Robert d'Anjou.

Corre l'any 1325


CCLXXXII


Y luego, con la ayuda del diablo que trabaja en hacer siempre el mal, volvió a iniciarse la guerra entre estos dos señores. ¿De quién fue la culpa? No me toca a mí señalar a nadie, porque de tales señores, nadie debiera hablar sino de las cosas buenas que se les conoce; de modo que no es mi intención declarar de cual de ambas partes fue la culpa. Pero volvió la guerra, y las galeras del rey Robert destrozaron almadrabas de Sicília, y capturaron leños y barcas de mercancías sicilianas; y tras esto, los de Sicília hicieron lo mismo con las propiedades del rey Robert. Y el señor rey de Sicília envió a Calàbria a En Blasco d'Alagó, y a En Bernat Senesterra y a otros ricoshombre y caballeros, quienes corrieron gran parte de Calàbria, y tomaron por la fuerza Terranova (1089) y la saquearon, y otros lugares, y luego regresaron a Sicília alegres y satisfechos, con gran botín.

Y cuando esto sucedió, el rey Robert preparó un gran ejército para pasar a Sicília; y el señor rey de Sicília, que lo supo, se preparó para defenderse, y fortificó bien la ciudad de Messina, y Palerm, y Tràpena y todos los lugares de la costa; y lo mismo hizo con todos los caseríos de la isla de tierra adentro, y puso en las villas y los castillos guarnición suficiente, de forma que estuviesen pertrechados y bien defendidos; y así dejó la isla de Sicília bien preparada para la defensa. Y el señor rey dispuso que la caballería de catalanes y de aragoneses y de sicilianos no se separase de los ricoshombre y caballeros sabios; y asimismo ordenó que no se separasen del señor infante En Pere, su hijo, y que todos ellos estuviesen listos para correr a ayudar allá donde se necesitase. Y asimismo ordenó a misser Simon de Vallgornera, un caballero de Peralada que le había servido largo tiempo, que con cien hombres de a caballo, catalanes y aragoneses, y con doscientos almogávares, recorriese toda la isla y que acudiese a cada lugar a donde el ejército del rey Robert llegase.

Y una vez dispuesto ésto, no transcurrió mucho tiempo que el rey Robert envió a su hijo, el duque, con todo su ejército, como jefe y mayor a Sicília; y tomaron tierra frente a la ciudad de Palerm, en el puente del Almirall. Y eran ciento veinticuatro galeras armadas, y seis naves grandes, y muchas taridas, y muchos leños y barcas; y transportaban tres mil caballeros armados, y un sin fin de gentes de a pie. Y una vez desembarcados, y tras pasar cuatro días haciendo daño, se aproximaron a la ciudad; y esto fue en el mes de junio del año mil trescientos veinticinco. Y se encontraba dentro de ella el conde de Clarmunt, y don Blasco d'Alagó, y otros ricoshombre y caballeros y En Simon de Vallguarnera, que en cuanto observó que la flota tomaba tierra en Palerm, acudió con sus cien hombres de a caballo y los doscientos almogávares que con él iban. Y si nunca se viera ciudad bien dispuesta para la defensa, esa era Palerm; que los de dentro dispusieron que nadie se asomara a las murallas cuando alzaran las escalas y las gruas y los otros artefactos que habían construido para combatir, pero que en cuanto las escalas estuviesen colocadas, y los otros artificios, y los hombres estuviesen en ellas, que todas a una tocasen las trompas y nácaras por las murallas, y que todo el mundo, con pedruscos y con ballestas de poleas de palanca, y con brea y con alquitrán fundido, y con fuego, los atacasen. Y así se hizo, de forma que al cuarto día que ellos habían desembarcado, se acercaron a las murallas y levantaron sus escalas y sus aparatos, y una vez los hombres subidos en los mismos, tal como antes habéis oído que se había dispuesto, cayeron sobre ellos los de la ciudad, de forma que aquel día murió el almirante de las veinticinco galeras armadas genovesas, y con él murieron más de mil genoveses; y del mismo modo, murieron más de dos mil personas de las otras gentes. Y sufrieron tal castigo que siempre lo recordarán.

Y tras haber sufrido esta mala jornada, tres días estuvieron sin acercarse a los muros de la ciudad. Y al cuarto día vinieron listos para dar la batalla; aunque si en la primera jornada sufrieron un mal día, mucho peor fue este, en el que del mismo modo perdieron mucha gente. Y cuando el duque vio que nada podían conseguir en Palerm, se marchó de allí descontento y partió, por mar y por tierra, hacia Marsara (1090). Y antes de que pudiera arribar, ya misser Simon de Valgornera había entrado en ella con su compañía, y enseguida les salió al encuentro. ¿Qué os diré? Que intentaron combatir en Marsara del mismo modo, e igual que antes grandes bajas sufrieron. Y alzaron el campamento y fueron a Matzara (1091), y similarmente ya misser Simon de Vallguarnera había entrado antes de que ellos llegaran, y también sufrieron grandes daños. Y luego, abandonando Matzara, fueron a Xaca (1092), y misser Simon con su compañía, como antes, había llegado antes que ellos y también sufrieron gran daño. ¿Qué os diré? Que, partiendo de Xaca, fueron a Calatabel·lot (1093), y a la Crestina (1094), y luego a Gergent (1095), y luego a la Licata, y a Naro, y a Terranova, y al Carseliat, y a Xicle (1096), y a Mòdica, y a Saragossa (1097), y a Not (1098), y a Barsi, y a la Ferla, y a Palasol (1099), y a Baixoma, y a Avola y a Agosta (1100), a Lentí (1101), a Catània. Y en cada uno de estos lugares misser Simon de Vallgornera con su compañía se les adelantó, y causó grandes bajas a su ejército, y luego ayudaba a defender los lugares, y tanto les acosaba que nadie de la hueste se podía alejar, ni para recoger hierba ni para cualquier otra cosa, sin que él inmediatamente no lo capturara o lo matara. Y en cada uno de estos lugares sufrieron grandes bajas, de forma que tuvo que abandonar Catània y llevar su flota a la tierra de Màscara (1102); y saliendo de aquí, tomó tierra en Cobogròs (1103), que esta a quince millas de Messina; y de allí fuese a un monasterio llamado Rocamador (1104), a una legua de Messina. Y allí permaneció algunos días, sin acercarse a la ciudad de Messina; y pasó revista a su compañía, y encontró que, había perdido la mitad de su gente, unos en batalla y otros por enfermedad. Y llegó a sus oídos que el señor rey de Sicília, su tío, se encontraba en la llanura de Millàs (1105), preparándose para acudir a combatir con él; y comprendió que el señor rey llegaría con gente de refresco además de sana, y que encima estaban unidos en un solo corazón y una sola voluntad; y sin embargo él se encontraba con gente cansada y que habían sufrido muchas desgracias, y que eran de diversas naciones y regiones, y de distintas voluntades, por lo que la batalla no se les presentaba favorable; de modo que embarcó y regresó a Calàbria, a la ciudad de Rèjol, muy apenado. Y motivo tenía, puesto que, en toda Sicília, no había podido tomar ni una torre, ni un caserío, ni castillo ni villa; y recordó el gran desastre que había sufrido.

Y así, señores que este libro escucháis, imaginad el tesoro y las gentes que se consumieron en esta expedición, y qué amarga fruta ha sido para los cristianos. Por lo que si pluguiese a Dios, y a los gobernantes, mucho más hubiera valido que este empeño hubiese sido invertido en honor de la santa Fe católica contra Granada, y que allí se hubiese gastado y consumido. Y creed que el mismo fin tendrán todos aquellos que de aquí en adelante decidan arrebatarle la isla al señor rey de Sicília y a los suyos, los cuales sirven a la santa Iglesia romana en todo cuanto deben servirla.

Ahora dejaré de hablaros de estos asuntos de Sicília, y volveré a hablar del gran engaño y gran maldad que hay en las repúblicas. Ya anteriormente os he contado algunas cosas; pero, si alguien quisiese poner por escrito sus maldades, no bastaría para su libro todo el papel que se fabrica en la villa de Xàtiva. Mas a pesar de todo, con el fin de que las maldades de las repúblicas sean conocidas en todo el mundo, os quiero contar lo que los genoveses y la república de Pisa le han hecho al señor rey de Sicília, y también la que le han hecho al señor rey de Aragón. Y por esto obrarán muy sabiamente todos los reyes del mundo si se guardan y no se fían de los hombres de las repúblicas; ya que si lo hacen, siempre acabaran engañados.


NOTAS


1089. Hay un Terranova entre Cirò i Cirò Marina.

1090. Marsala

1091. Mazara del Vallo

1092. Sciacca

1093. Caltabellota

1094. La Crestina. Topónimo no localizado. A medio camino entre Caltabellotta y Agrigento se encuentra Ribera.

1095. Agrigento

1096. Scicli

1097. Siracusa

1098. Noto

1099. Palazzolo Acreide

1100. Augusta

1101. Lentini

1102. Probablemente los alrededores de Mascali

1103. Cobogròs o Cabogròs.Topónimo no localizado. Podría tratarse del cabo en el que se encuentra Torre Achirafi, en el municipio de Riposto.

1104. Rocamador. Podría tratarse de Rocalufera que se encuentar a medio camino entre Mascali y Messina

1105. Milazzo