Els sarraïns es preparen per a la batalla. Sort d'un moro valencià de la Valldigna que els avisa.
LIII
Sucedió un día que los sarracenos se pusieron de acuerdo para, con su ejército en orden de batalla, ir contra la bastida del conde de Pallars, y que, de todas todas, o perecer todos, o tomarla. Y mientras ellos decidían esto, un sarraceno que había sido del reino de Valencia, acudió al señor rey aquella noche y le dijo:
- Señor rey, esto están tramando.
Y el señor rey le dijo:
- Qué día quieren hacerlo?
- Señor - dijo él- hoy es jueves, y el domingo por la mañana, que será vuestra fiesta, y ellos imaginan que vos estaréis en misa con gran parte de vuestros barones, es cuando ellos han decidido atacar.
- Ahora - dijo el rey- vete con buena ventura, que mucho te agradecemos lo que has dicho, y nos te prometemos que te heredaremos allá donde naciste, entre tus amigos; y nos place que estés entre esta gente, para hacernos saber todo lo que ellos piensan hacer. El sábado a la noche acudirás a nosotros y nos dirás todo lo que habrán acordado.
- Señor - dijo él -, estad seguro que acudiré.
Y el señor rey le hizo dar veinte doblas de oro, y se marchó.
Y ordenó el señor rey a las guardias que cada noche se realizaban, y a los vigías, que cada vez que viniese a ellos y les dijese "Alfàndec", que lo dejasen libremente ir y venir (ya que era nativo del valle de Alfàndec (396)). Y después de esto se fue.
Y el señor rey reunió su consejo y les comunicó lo que el sarraceno le había contado. Así que ordenó a cada uno de sus vasallos y súbditos que estuviesen listos, ya que el señor rey quería cargar sobre la hueste de los sarracenos. Y si en algún tiempo hubo gozo y alegría en ninguna hueste, fue entre ellos, que un día les parecía un año.
NOTAS
- Señor rey, esto están tramando.
Y el señor rey le dijo:
- Qué día quieren hacerlo?
- Señor - dijo él- hoy es jueves, y el domingo por la mañana, que será vuestra fiesta, y ellos imaginan que vos estaréis en misa con gran parte de vuestros barones, es cuando ellos han decidido atacar.
- Ahora - dijo el rey- vete con buena ventura, que mucho te agradecemos lo que has dicho, y nos te prometemos que te heredaremos allá donde naciste, entre tus amigos; y nos place que estés entre esta gente, para hacernos saber todo lo que ellos piensan hacer. El sábado a la noche acudirás a nosotros y nos dirás todo lo que habrán acordado.
- Señor - dijo él -, estad seguro que acudiré.
Y el señor rey le hizo dar veinte doblas de oro, y se marchó.
Y ordenó el señor rey a las guardias que cada noche se realizaban, y a los vigías, que cada vez que viniese a ellos y les dijese "Alfàndec", que lo dejasen libremente ir y venir (ya que era nativo del valle de Alfàndec (396)). Y después de esto se fue.
Y el señor rey reunió su consejo y les comunicó lo que el sarraceno le había contado. Así que ordenó a cada uno de sus vasallos y súbditos que estuviesen listos, ya que el señor rey quería cargar sobre la hueste de los sarracenos. Y si en algún tiempo hubo gozo y alegría en ninguna hueste, fue entre ellos, que un día les parecía un año.
NOTAS
396. Vall d’Alfàndec. Actualmente se la denomina Valldigna, siendo un valle que baja desde Alzira al Mediterráneo situado entre la Ribera Baixa del Xúquer y La Safor
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