Mentre el rei En Pere espera la resposta del papa, que bé sap que serà negativa, cosa que li permetrà abandonar Àfrica honorablement, els moros decideixen atacar.
Muntaner ens narra una gran victòria, però si ho llegim atentament endevinem que les forces cristianes es troben sitiades pels moros, sense capacitat militar de trencar les línies enemigues i ampliar mínimament el cap de pont establert El Collo.
Muntaner ens narra una gran victòria, però si ho llegim atentament endevinem que les forces cristianes es troben sitiades pels moros, sense capacitat militar de trencar les línies enemigues i ampliar mínimament el cap de pont establert El Collo.
LV
Ahora los dejaré estar y volveré a los sarracenos, que se preparaban para arremeter el domingo, batalla dispuesta, contra la bastida del conde de Pallars.
Y el sábado por la noche el sarraceno volvió al señor rey y dijo:
- Señor, estad preparado al alba con toda vuestra gente, que la batalla es inminente.
Dijo el rey:
- De lo que nos sentimos muy complacidos.
Y enseguida el señor rey ordenó que al alba se encontrasen todos los caballos armados, y todo el mundo, tanto peones de mesnada como almogávares y marinos, estuviesen listos al amanecer y estuviesen todos en las barreras; y cuando las trompas y las nácaras del señor rey tocasen y se desplegase el estandarte, que enseguida, todo el mundo bajo el grito de: "Sent Jordi y Aragó", atacase.
Y ordenó el señor rey que todos fueran a dormir; y todos sentían tan gran gozo que apenas pudo dormir nadie aquella noche. Y cuando llegó el alba, todo el mundo estuvo preparado, a caballo y a pie, allá donde el señor rey se encontraba, fuera de las barreras. Y tomó la delantera el conde de Pallars, y el noble En Pero Ferrandis, señor de Híxar, y otros ricoshombre. Y en cuanto fue de día, los sarracenos, con sus ejércitos en perfecto orden, atacaron la bastida de la montaña de Picabaralla, pero cuando vieron a los cristianos preparados de tal guisa se asombraron y se tuvieron todos por muertos, y voluntariamente hubieran dado la vuelta si se hubiesen atrevido. ¿Qué os diré? Que cuando el rey vio que rehusaban y se iban deteniendo, se preocupó y ordenó a la vanguardia que atacase, de modo que hizo desplegar el estandarte, y tocaron las trompas y las nácaras, y la vanguardia atacó. Y los sarracenos estaban muy compactos de modo que los cristianos no los podían separar de tanta gente como había. Y el señor rey espoleó con la señera y fue a dar entre los moros, y los moros se turbaron de tal modo que no pudo escapar nadie de los de la vanguardia de los moros, y fueron un sinfín los que allí murieron. De modo que el señor rey quiso llegar hasta la siguiente montaña, pero el conde de Pallars y otros ricoshombre gritaron:
- Ah señor, por Dios, no lo hagáis! Que si seguís adelante, podéis dar por perdido todo lo que en Alcoll haya, tanto las tiendas en las que nadie queda, como las personas enfermas o niños o mujeres. Y si esto perdemos no tendremos provisiones. ¡Y así, señor, por Dios, acordaos de vos mismo, que apreciamos vuestra persona más que nada en el mundo!
Y el señor rey estaba tan lanzado contra los sarracenos, que nada de esto le afectaba; pero cuando comprendió lo que le decían, reflexionó y vio que era cierto, así que se detuvo al pie de la montaña e hizo tocar la trompeta, y todo el mundo se reunió con el señor rey y bellamente y con gran alegría retornaron a Alcoll. Y levantaron el campo (397); y aquel día ganaron tanto sus gentes que durante toda la expedición anduvieron sobrados. Y los sarracenos quedaron de tal modo espantados y perdidos, que se retiraron a más de una legua de allí donde solían permanecer, aunque no por mucho tiempo ya que tanta gente acudía diariamente a ellos que era un sinfín; sin embargo no eran tan valientes ni tantos que osasen pensar en volver otra vez allí donde antes habían estado. Y el señor rey hizo quemar todos los cuerpos de los sarracenos para que la región no fuese malsana.
Ahora dejaré estar al rey y a la hueste y hablaré del noble En Guillem de Castellnou. Sin embargo antes os quiero contar lo maravillados que se encontraban los sicilianos cuando vieron lo que el señor rey de Aragó y su gente habían hecho y hacían cada día. De modo que comentaban entre ellos:
- Si a Dios place que este señor vaya a Sicilia, contad con que todos los franceses serán muertos y derrotados y nosotros quedaremos libres de peligro, que esto es la mayor maravilla que nunca vieron las gentes; ya que van a la batalla con gran alegría y gozo, así como otras gentes van con gran temor y a la fuerza.
Así que el asombro era inacabable, y ellos tomaban buena nota.
NOTAS
Y el sábado por la noche el sarraceno volvió al señor rey y dijo:
- Señor, estad preparado al alba con toda vuestra gente, que la batalla es inminente.
Dijo el rey:
- De lo que nos sentimos muy complacidos.
Y enseguida el señor rey ordenó que al alba se encontrasen todos los caballos armados, y todo el mundo, tanto peones de mesnada como almogávares y marinos, estuviesen listos al amanecer y estuviesen todos en las barreras; y cuando las trompas y las nácaras del señor rey tocasen y se desplegase el estandarte, que enseguida, todo el mundo bajo el grito de: "Sent Jordi y Aragó", atacase.
Y ordenó el señor rey que todos fueran a dormir; y todos sentían tan gran gozo que apenas pudo dormir nadie aquella noche. Y cuando llegó el alba, todo el mundo estuvo preparado, a caballo y a pie, allá donde el señor rey se encontraba, fuera de las barreras. Y tomó la delantera el conde de Pallars, y el noble En Pero Ferrandis, señor de Híxar, y otros ricoshombre. Y en cuanto fue de día, los sarracenos, con sus ejércitos en perfecto orden, atacaron la bastida de la montaña de Picabaralla, pero cuando vieron a los cristianos preparados de tal guisa se asombraron y se tuvieron todos por muertos, y voluntariamente hubieran dado la vuelta si se hubiesen atrevido. ¿Qué os diré? Que cuando el rey vio que rehusaban y se iban deteniendo, se preocupó y ordenó a la vanguardia que atacase, de modo que hizo desplegar el estandarte, y tocaron las trompas y las nácaras, y la vanguardia atacó. Y los sarracenos estaban muy compactos de modo que los cristianos no los podían separar de tanta gente como había. Y el señor rey espoleó con la señera y fue a dar entre los moros, y los moros se turbaron de tal modo que no pudo escapar nadie de los de la vanguardia de los moros, y fueron un sinfín los que allí murieron. De modo que el señor rey quiso llegar hasta la siguiente montaña, pero el conde de Pallars y otros ricoshombre gritaron:
- Ah señor, por Dios, no lo hagáis! Que si seguís adelante, podéis dar por perdido todo lo que en Alcoll haya, tanto las tiendas en las que nadie queda, como las personas enfermas o niños o mujeres. Y si esto perdemos no tendremos provisiones. ¡Y así, señor, por Dios, acordaos de vos mismo, que apreciamos vuestra persona más que nada en el mundo!
Y el señor rey estaba tan lanzado contra los sarracenos, que nada de esto le afectaba; pero cuando comprendió lo que le decían, reflexionó y vio que era cierto, así que se detuvo al pie de la montaña e hizo tocar la trompeta, y todo el mundo se reunió con el señor rey y bellamente y con gran alegría retornaron a Alcoll. Y levantaron el campo (397); y aquel día ganaron tanto sus gentes que durante toda la expedición anduvieron sobrados. Y los sarracenos quedaron de tal modo espantados y perdidos, que se retiraron a más de una legua de allí donde solían permanecer, aunque no por mucho tiempo ya que tanta gente acudía diariamente a ellos que era un sinfín; sin embargo no eran tan valientes ni tantos que osasen pensar en volver otra vez allí donde antes habían estado. Y el señor rey hizo quemar todos los cuerpos de los sarracenos para que la región no fuese malsana.
Ahora dejaré estar al rey y a la hueste y hablaré del noble En Guillem de Castellnou. Sin embargo antes os quiero contar lo maravillados que se encontraban los sicilianos cuando vieron lo que el señor rey de Aragó y su gente habían hecho y hacían cada día. De modo que comentaban entre ellos:
- Si a Dios place que este señor vaya a Sicilia, contad con que todos los franceses serán muertos y derrotados y nosotros quedaremos libres de peligro, que esto es la mayor maravilla que nunca vieron las gentes; ya que van a la batalla con gran alegría y gozo, así como otras gentes van con gran temor y a la fuerza.
Así que el asombro era inacabable, y ellos tomaban buena nota.
NOTAS
397. Continuamente aparece esta expresión "levantar el campo", consistía en revisar el campo después de la batalla y recoger todo el botín que se encontrara en él.
2 comentaris:
Pues vaya tufo. ¡Menuda barbaridad!
Paz, amigo, y gracias por la crónicia de hoy.
Sahh y Obamaesperanza.
Daniel.
Efectivamente, a Muntaner en los tiempos actuales, lo contratarían en publicidad, o sería un buen político.
Ya lo fue, como verás si sigues leyendo esta crónica.
Sahha y esperemos que Obama no solo gane, sino que no nos falle.
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