Continua Muntaner narrant-nos la batalla de Messina, i la fugida de les tropes de Carles a Reggio-Calàbria.
LXVI
Cuando el rey Carles se escabulló del sitio de Messina, que se levantó al primer sueño de la noche, se instaló en la Gatuna, ya que es la tierra más cercana a Calabria, desde Messina, que de Messina a la Gatuna no hay más de seis millas. Y esto hizo para que las galeras y las barcas hiciesen muchos viajes en la noche: sin embargo no pudieron hacer tantos viajes, como para impedir que mucha gente, tanto de a caballo como de a pie, quedasen al alba en Sicilia, todos los cuales murieron a manos de los dos mil almogávares que había en Messina. Y quiero que sepáis además que ninguna tienda, ni vino, ni viandas, ni nada que hubiera en la hueste, se pudieron llevar; que sabed que mientras los almogávares no pensaban más que en las gentes del rey Carles que habían permanecido en tierra, los de Messina se afanaban en recoger la ropa de las tiendas. Sin embargo los almogávares se afanaban en matarlos prontamente, de forma que todavía consiguieron parte de las telas que había en las tiendas. Sin embargo habían obtenido tanto botín de los que habían matado, que no era posible contarlo; y ya podéis imaginar que cuando uno huye y se quiere poner a salvo, no deja oro ni plata, sino que quiere llevárselo consigo. De modo que aquellos que los mataban lo conseguían todo; y así todos ganaron lo indecible.
Sin embargo podéis calcular cuanto poder tenía el ejército del rey Carles que estaba sitiando Messina: que había más de ciento veinte galeras, y un sinfín de leños armados, y barcas armadas, y barcas de ribera, que pasaban seis caballos de una vez cada una; y sin embargo en toda la noche no pudieron pasar a toda la gente; y era en el mes de septiembre, cuando la noche es tan larga como el día, y el trayecto es tan corto como ya os he dicho, de seis millas. Y para que todos entiendan esto, aunque no sepan cuanto son seis millas, quiero que sepan que dista tan poco la tierra de Sant Reiner de Messina del hoyo de la Gatuna, que de una parte a otra veríais un hombre a caballo y sabríais si se dirige a levante o a poniente; para que veáis cuan cerca está, y cuanta gente había, que a pesar de tanto navío no pudieron pasar en una noche.
Por lo que las gentes del mundo critican al rey Carles por no haber querido esperar a la batalla con el señor rey de Aragó, pero aquellos que saben dicen que ningún señor del mundo obró más sabiamente que el rey Carles, por los motivos que ya os he dicho, su temor a la traición de los que con él iban. Por otra parte, conocía el coraje del rey En Pere, que era el mejor caballero del mundo, y que traía consigo a sus buenos caballeros de su tierra, que ni el rey Artús los tenía en la Tabla Redonda, y gentes de a pie, más de treinta mil de su tierra, que cada uno valía por un caballero. Y de este modo, meditando esto, obró muy sabiamente ateniéndose a lo seguro, que él sabía que tan grande era su ejército, que en poco tiempo pensaba recobrarlo todo. ¿Qué os diría? Que ciertamente eligió lo mejor, que si se hubiese quedado, hubiera sido muerto y derrotado, ya que Dios estaba al lado del señor rey de Aragó y de sus gentes y por esto lo había conducido hasta aquel lugar.
Sin embargo podéis calcular cuanto poder tenía el ejército del rey Carles que estaba sitiando Messina: que había más de ciento veinte galeras, y un sinfín de leños armados, y barcas armadas, y barcas de ribera, que pasaban seis caballos de una vez cada una; y sin embargo en toda la noche no pudieron pasar a toda la gente; y era en el mes de septiembre, cuando la noche es tan larga como el día, y el trayecto es tan corto como ya os he dicho, de seis millas. Y para que todos entiendan esto, aunque no sepan cuanto son seis millas, quiero que sepan que dista tan poco la tierra de Sant Reiner de Messina del hoyo de la Gatuna, que de una parte a otra veríais un hombre a caballo y sabríais si se dirige a levante o a poniente; para que veáis cuan cerca está, y cuanta gente había, que a pesar de tanto navío no pudieron pasar en una noche.
Por lo que las gentes del mundo critican al rey Carles por no haber querido esperar a la batalla con el señor rey de Aragó, pero aquellos que saben dicen que ningún señor del mundo obró más sabiamente que el rey Carles, por los motivos que ya os he dicho, su temor a la traición de los que con él iban. Por otra parte, conocía el coraje del rey En Pere, que era el mejor caballero del mundo, y que traía consigo a sus buenos caballeros de su tierra, que ni el rey Artús los tenía en la Tabla Redonda, y gentes de a pie, más de treinta mil de su tierra, que cada uno valía por un caballero. Y de este modo, meditando esto, obró muy sabiamente ateniéndose a lo seguro, que él sabía que tan grande era su ejército, que en poco tiempo pensaba recobrarlo todo. ¿Qué os diría? Que ciertamente eligió lo mejor, que si se hubiese quedado, hubiera sido muerto y derrotado, ya que Dios estaba al lado del señor rey de Aragó y de sus gentes y por esto lo había conducido hasta aquel lugar.
1 comentari:
"En el mes de septiembre, cuando la noche es tan larga como el día...", caray, ¿por qué no usaremos ya expresiones así de bonitas y melancólicas? ¡La culpa la tienen Voltaire y Descartes!
Por cierto, ¿qué decías ayes, que Muntaner tenía por entonces 17 años?
Un abrazo, amigo.
Pau i Salut.
Daniel.
P.D.: Una recomendación literaria: "Azafrán", de José Manuel García Marín.
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