La flota catalana arriba a Barcelona amb les onze galeres franceses capturades. Exemplar repartiment del botí: els presoners són del rei i la resta, sense quinta, dels mariners que han participat a la batalla.
CXXXIII
Cuando En Ramon Marquet y En Berenguer Maiol vieron que las cincuenta galeras abandonaban la caza, desplegaron las velas, y soltaron la osta (660), y pusieron rumbo a Barcelona. ¿Qué os diría? Que entre aquel día, y la noche, y al día siguiente a hora de tercia, avistaron Barcelona; y cuando los de la ciudad los vieron, les entró gran pánico temiendo que hubiesen perdido las once galeras a manos de los franceses, de modo que todos andaban deprimidos. Pero el señor rey, a quien también oprimía el corazón este temor, acudió con gran acompañamiento de caballería a la playa, y las contempló, y las contó y vio que eran veintidós velas grandes y dos leños. Y lo mismo contaron los demás, y se reconfortaron, por lo que el señor rey les dijo:
- Barones, reconfortaos y tened buen ánimo, que estas son nuestras once galeras, que arrastran otras once; y ved sus dos leños que llegan con ellas.
Y entre tanto tomaron tierra los dos leños y acudieron a presencia del rey, al que vieron que estaba a la orilla del mar; y le dieron la buena nueva, y el señor rey les hizo dar buenas albricias. Y cuando las galeras llegaron a la orilla, desarbolaron y limpiaron la cubierta, y a remo, entraron con las otras, a las que remolcaban de la popa, y con sus señeras arrastrándose. Y grande fue la fiesta que se hizo en Barcelona. Y En Ramon Marquet y En Berenguer Maiol se acercaron al señor rey, y le besaron el pie; y el señor rey descabalgó, y les abrazó, y les recibió con hermoso semblante. Y ellos le dijeron:
- Señor, ¿qué ordenáis que hagamos?
- Os ordeno - dijo el señor rey- que les dejéis conservar a todos el botín que han ganado, y que no hagáis ningún registro en las galeras; y que los prisioneros sean nuestros, y todo lo restante vuestro, y repartidlo y dad lo que queráis a los buenos hombres sobresalientes (661) que iban con vosotros.
Y tras esto ellos le besaron el pie, y volvieron a las galeras con gran alegría, y contaron a todos la gracia que el señor rey les había otorgado. Y todos comenzaron a gritar:
- Señor, ¡Dios os de vida!
Y así todo el mundo bajó a tierra, de franco, y con todo lo que había ganado.
Y una vez acabado esto, En Ramon Marquet y En Berenguer Maiol acudieron ante el señor rey y le dijeron:
- Señor, si lo consideráis oportuno, sacaremos a tierra las veintidós galeras, y las repararemos, porque todas necesitan ser reparadas.
Dijo el señor rey:
- Bien pensado: y poned enseguida nuestro estandarte sobre la mesa (662), y empezad a pagar a todo el mundo paga de cuatro meses; de forma que en cuanto estén reparadas, tengáis armamento y tripulación, ya que en cuanto arribe el almirante, deseo que vayáis con él.
- Señor - dijeron ellos -; esto está hecho, y estad seguro que de ahora en adelante, aunque el almirante no arribara, nosotros, con la ayuda de Dios, los derrotaríamos con estas veintidós galeras.
Dijo el señor rey:
- Plazca a nuestro señor Dios que así sea.
Y así sacaron las galeras a dique seco, y las repararon; y emplazaron la mesa de enganche, y abonaron cuatro meses de sueldo.
Y una vez dispuesto esto, el señor rey partió de Barcelona y fue a donde se encontraban el señor infante N'Anfòs, y los caporales, y los caballeros, y el resto de buena gente que había dejado en la frontera. E iba de unos a otros, con poca gente de a caballo y de a pie, para revistar (663) lo que hacían.
NOTAS
- Barones, reconfortaos y tened buen ánimo, que estas son nuestras once galeras, que arrastran otras once; y ved sus dos leños que llegan con ellas.
Y entre tanto tomaron tierra los dos leños y acudieron a presencia del rey, al que vieron que estaba a la orilla del mar; y le dieron la buena nueva, y el señor rey les hizo dar buenas albricias. Y cuando las galeras llegaron a la orilla, desarbolaron y limpiaron la cubierta, y a remo, entraron con las otras, a las que remolcaban de la popa, y con sus señeras arrastrándose. Y grande fue la fiesta que se hizo en Barcelona. Y En Ramon Marquet y En Berenguer Maiol se acercaron al señor rey, y le besaron el pie; y el señor rey descabalgó, y les abrazó, y les recibió con hermoso semblante. Y ellos le dijeron:
- Señor, ¿qué ordenáis que hagamos?
- Os ordeno - dijo el señor rey- que les dejéis conservar a todos el botín que han ganado, y que no hagáis ningún registro en las galeras; y que los prisioneros sean nuestros, y todo lo restante vuestro, y repartidlo y dad lo que queráis a los buenos hombres sobresalientes (661) que iban con vosotros.
Y tras esto ellos le besaron el pie, y volvieron a las galeras con gran alegría, y contaron a todos la gracia que el señor rey les había otorgado. Y todos comenzaron a gritar:
- Señor, ¡Dios os de vida!
Y así todo el mundo bajó a tierra, de franco, y con todo lo que había ganado.
Y una vez acabado esto, En Ramon Marquet y En Berenguer Maiol acudieron ante el señor rey y le dijeron:
- Señor, si lo consideráis oportuno, sacaremos a tierra las veintidós galeras, y las repararemos, porque todas necesitan ser reparadas.
Dijo el señor rey:
- Bien pensado: y poned enseguida nuestro estandarte sobre la mesa (662), y empezad a pagar a todo el mundo paga de cuatro meses; de forma que en cuanto estén reparadas, tengáis armamento y tripulación, ya que en cuanto arribe el almirante, deseo que vayáis con él.
- Señor - dijeron ellos -; esto está hecho, y estad seguro que de ahora en adelante, aunque el almirante no arribara, nosotros, con la ayuda de Dios, los derrotaríamos con estas veintidós galeras.
Dijo el señor rey:
- Plazca a nuestro señor Dios que así sea.
Y así sacaron las galeras a dique seco, y las repararon; y emplazaron la mesa de enganche, y abonaron cuatro meses de sueldo.
Y una vez dispuesto esto, el señor rey partió de Barcelona y fue a donde se encontraban el señor infante N'Anfòs, y los caporales, y los caballeros, y el resto de buena gente que había dejado en la frontera. E iba de unos a otros, con poca gente de a caballo y de a pie, para revistar (663) lo que hacían.
NOTAS
660. Osta. Cabos o aparejos que mantienen firmes los picos cangrejos en los balances o cuando van orientadas sus velas, y que sirven también para guiarlos cuando se izan o arrían.
661. Ver nota en el capítulo LXXXI. Se refiere a hombres de armas embarcados pero que no participan en los trabajos de la tripulación.
662. Mesa de contratación con banderín de enganche.
663. Revistar. Ejercer un jefe las funciones de inspección.
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