Les tropes catalanes comencen el seu replegament cap al sud, per tal de defensar Girona.
Els almogàvers, que han quedat encarregats de la defensa de Peralada, -i no és la primera vegada que ho fan en aquesta crònica- senten enveja dels guanys que altres rebran i ells no. De manera que cremen Peralada i la saquegen. Peralada, com Roses, caurà en mans franceses.
Amb amics així, qui necessita enemics?
Temps de necessitat, segons Muntaner, que tot ho excusen. Clar que hi ha que dubtar de la imparcialitat de l'amic cronista. Ell, durant gran part de la seua vida, va ser un dels almogàvers, a qui ara denúncia (després de tot ell era nascut a Peralada), però sense fer massa sang.
Els almogàvers, que han quedat encarregats de la defensa de Peralada, -i no és la primera vegada que ho fan en aquesta crònica- senten enveja dels guanys que altres rebran i ells no. De manera que cremen Peralada i la saquegen. Peralada, com Roses, caurà en mans franceses.
Amb amics així, qui necessita enemics?
Temps de necessitat, segons Muntaner, que tot ho excusen. Clar que hi ha que dubtar de la imparcialitat de l'amic cronista. Ell, durant gran part de la seua vida, va ser un dels almogàvers, a qui ara denúncia (després de tot ell era nascut a Peralada), però sense fer massa sang.
CXXV
Y habiendo transcurrido cinco días, todos los condes y ricoshombre y barones dijeron al señor rey que no era bueno que ni él ni el infante N'Anfòs permaneciesen en Peralada, y que era mejor que salieran de allí para dar ánimos a sus tierras; de igual modo, el conde de Empúries y el vizconde de Rocabertí, era conveniente que fueran a fortalecer sus castillos, ya que desde los mismos podrían causar gran daño a sus enemigos; y que En Ramon Folc, vizconde de Cardona, quien se había ofrecido para guardar y defender la ciudad de Gerona, que fuese allí para ordenar y fortificar dicha ciudad; ya que era suficiente con que en Peralada quedasen dos ricoshombre con sus compañías. ¿Qué os diré? Que se dispuso de este modo, y el señor rey quiso que el conde de Pallars y En Guillem d'Anglerola y N'Arnau de Cortsaví y En Dalmau de Castellnou se quedasen en Peralada, mientras que En Gilabert de Castellnou, que era muy joven todavía, no se separó del señor rey. Y bien se pudo decir que en Peralada permanecían cuatro ricoshombre de los mejores caballeros del mundo; y se dispuso después que N'Arnau de Cortsaví y En Dalmau de Castellnou partiesen a fortalecer sus lugares, que bastante había en Peralada con el conde de Pallars y con En Guillem d'Angleola (632). Y así, de madrugada, al clarear el día, el conde de Empuries partió hacia su condado para fortalecer Castelló y otros lugares. Y el vizconde de Cardona fue a Gerona donde entró, desalojando la ciudad de mujeres y de niños; y tomó en su compañía a muchos honrados caballeros que lo estimaban de verdad, y a muchos honrados ciudadanos; y fortificó muy bien la torre de Geronella y toda la ciudad. Y el vizconde de Rocabertí fue a sus castillos para fortificarlos; y el vizconde de Castellnou y en Dalmau de Castellnou otro tanto, y N'Arnau de Cortsaví.
Y cuando todo esto se hubo dispuesto, y todos se hubieron despedido, llorando, del señor rey, el señor rey se preparó para salir al día siguiente, e hizo reunir consejo general en Peralada; y les predicó y les dijo muy buenas palabras, y los reconfortó, y los alegró, y los requirió a obrar bien, y se despidió, y dijo que por la mañana se irían el señor infante, y todos; así que los prohombres de Peralada le dijeron:
- Señor, no temáis por este lugar, ya que el lugar es fuerte y bueno, y bien surtido de provisiones y de gentes, y con la ayuda de Dios haremos todo lo que esté en nuestras manos, de modo que tendremos inmovilizado al rey de França que no podrá seguir adelante; y si lo hace, le destrozaremos los caminos y le quitaremos las recuas de aprovisionamiento.
Y el señor rey les agradeció mucho lo que le habían dicho.
¿Qué os diré? Los almogávares que estaban con el señor rey eran unos cinco mil, y el señor rey había dispuesto que mil de entre ellos permaneciesen en Peralada; de lo cual los almogávares que habían sido elegidos para quedarse se sintieron muy descontentos; ya que pensaban en el botín que los otros conseguirían en los ataques nocturnos contra los franceses, de modo que planearon otra cosa. Y oiréis la gran maldad que hicieron, que cuando llegó la medianoche, y el señor rey y el señor infante habían salido de Peralada y ya se podían encontrar en Vilabertran (633) o en Figueres (634), prendieron fuego a cien casas de Peralada, y gritaron: - Salir! Salir!
¿Qué os diré? Las buenas gentes, hombres y mujeres, que dormían en sus camas, oyeron los vía-fora (635), y vieron arder la villa, cada cual pensó en salvar a su hijo o su hija, y los hombres a su esposa, y a sus hijos. Y los almogávares, empezaron a robar y a saquear. ¿Qué os diré? Toda la villa se quemó y fue saqueada, de tal forma que salvo los muros, no quedaron diez casas en pie. Y fue un gran desastre, ya que Peralada era una villa muy antigua, que, desde que Carles Maines (636) y Rol·lan (637) la conquistasen, nunca había caído en poder de sarracenos; y es cierto que el monasterio de Sent Quirc fue fundado por Carles Maines, y dotado, además de con Peralada, con otras tierras del Peraladès (638), y con el condado de Empúries.
Y mientras el fuego se extendía por la villa, salió toda la gente, sin que quedara nadie, salvo una buena mujer que se llamaba Na (639) Palomera, que acudió ante el altar de santa María, a la que tenía gran devoción, y dijo que allá quería morir; y si tal dijo, bien encontró a quien tanto hizo por su amor. Y aquella noche el rey de França, y todo su ejército, viendo el gran fuego, se asombraron sobre manera, y toda la noche estuvieron sobre sus caballos, alerta. Y cuando llegó el día, vieron quemarse toda la villa, y comprendieron que había sido abandonada, y entraron en ella y apagaron el fuego tal como pudieron. Y las buenas gentes, se lamentaban de cómo tan hermoso lugar había sido quemado; de modo que había dos bandos; los buenos que apagaban el fuego, y los malvados que lo alimentaban. Y llegaron a la iglesia y encontraron aquella buena mujer que tenía abrazada la imagen de madona santa María; y llegaron los malvados picardos (640), que eran la peor gente de la hueste, y despedazaron a la buena mujer sobre el altar; y luego ataron los caballos a los altares, y allí hacían todas sus necesidades, actos por los que Dios los recompensó muy bien, tal como más adelante oiréis.
Y cuando el señor rey de Aragón y el señor infante, y todos los caporales supieron esto, que de esta forma había sido destruida y quemada Peralada, quedaron muy apenados, pero eran tiempos en que otra cosa no se podía hacer. Por lo que, por siempre, sea quien sea el rey de Aragó, se encuentra muy obligado a hacer bien a la villa de Peralada en general, y especialmente a todo el que provenga de ella, y asimismo al señor de Peralada, porque bien sabemos que perdieron todo cuanto tenían en servicio del señor rey de Aragón. Que yo y otros que en aquel momento perdimos gran parte de lo que teníamos, ya no hemos vuelto a habitar allí, sino que hemos ido por el mundo buscando fortuna y sufriendo muchas penalidades y afanes y peligros, y la mayor parte han muerto en las guerras que la casa de Aragón ha entablado.
NOTAS
Y cuando todo esto se hubo dispuesto, y todos se hubieron despedido, llorando, del señor rey, el señor rey se preparó para salir al día siguiente, e hizo reunir consejo general en Peralada; y les predicó y les dijo muy buenas palabras, y los reconfortó, y los alegró, y los requirió a obrar bien, y se despidió, y dijo que por la mañana se irían el señor infante, y todos; así que los prohombres de Peralada le dijeron:
- Señor, no temáis por este lugar, ya que el lugar es fuerte y bueno, y bien surtido de provisiones y de gentes, y con la ayuda de Dios haremos todo lo que esté en nuestras manos, de modo que tendremos inmovilizado al rey de França que no podrá seguir adelante; y si lo hace, le destrozaremos los caminos y le quitaremos las recuas de aprovisionamiento.
Y el señor rey les agradeció mucho lo que le habían dicho.
¿Qué os diré? Los almogávares que estaban con el señor rey eran unos cinco mil, y el señor rey había dispuesto que mil de entre ellos permaneciesen en Peralada; de lo cual los almogávares que habían sido elegidos para quedarse se sintieron muy descontentos; ya que pensaban en el botín que los otros conseguirían en los ataques nocturnos contra los franceses, de modo que planearon otra cosa. Y oiréis la gran maldad que hicieron, que cuando llegó la medianoche, y el señor rey y el señor infante habían salido de Peralada y ya se podían encontrar en Vilabertran (633) o en Figueres (634), prendieron fuego a cien casas de Peralada, y gritaron: - Salir! Salir!
¿Qué os diré? Las buenas gentes, hombres y mujeres, que dormían en sus camas, oyeron los vía-fora (635), y vieron arder la villa, cada cual pensó en salvar a su hijo o su hija, y los hombres a su esposa, y a sus hijos. Y los almogávares, empezaron a robar y a saquear. ¿Qué os diré? Toda la villa se quemó y fue saqueada, de tal forma que salvo los muros, no quedaron diez casas en pie. Y fue un gran desastre, ya que Peralada era una villa muy antigua, que, desde que Carles Maines (636) y Rol·lan (637) la conquistasen, nunca había caído en poder de sarracenos; y es cierto que el monasterio de Sent Quirc fue fundado por Carles Maines, y dotado, además de con Peralada, con otras tierras del Peraladès (638), y con el condado de Empúries.
Y mientras el fuego se extendía por la villa, salió toda la gente, sin que quedara nadie, salvo una buena mujer que se llamaba Na (639) Palomera, que acudió ante el altar de santa María, a la que tenía gran devoción, y dijo que allá quería morir; y si tal dijo, bien encontró a quien tanto hizo por su amor. Y aquella noche el rey de França, y todo su ejército, viendo el gran fuego, se asombraron sobre manera, y toda la noche estuvieron sobre sus caballos, alerta. Y cuando llegó el día, vieron quemarse toda la villa, y comprendieron que había sido abandonada, y entraron en ella y apagaron el fuego tal como pudieron. Y las buenas gentes, se lamentaban de cómo tan hermoso lugar había sido quemado; de modo que había dos bandos; los buenos que apagaban el fuego, y los malvados que lo alimentaban. Y llegaron a la iglesia y encontraron aquella buena mujer que tenía abrazada la imagen de madona santa María; y llegaron los malvados picardos (640), que eran la peor gente de la hueste, y despedazaron a la buena mujer sobre el altar; y luego ataron los caballos a los altares, y allí hacían todas sus necesidades, actos por los que Dios los recompensó muy bien, tal como más adelante oiréis.
Y cuando el señor rey de Aragón y el señor infante, y todos los caporales supieron esto, que de esta forma había sido destruida y quemada Peralada, quedaron muy apenados, pero eran tiempos en que otra cosa no se podía hacer. Por lo que, por siempre, sea quien sea el rey de Aragó, se encuentra muy obligado a hacer bien a la villa de Peralada en general, y especialmente a todo el que provenga de ella, y asimismo al señor de Peralada, porque bien sabemos que perdieron todo cuanto tenían en servicio del señor rey de Aragón. Que yo y otros que en aquel momento perdimos gran parte de lo que teníamos, ya no hemos vuelto a habitar allí, sino que hemos ido por el mundo buscando fortuna y sufriendo muchas penalidades y afanes y peligros, y la mayor parte han muerto en las guerras que la casa de Aragón ha entablado.
NOTAS
632. Unas pocas líneas más arriba lo ha citado como Guillem d'Anglerola.
633. Pueblo incluido en el municipio de Figueres.
634. Municipio del Alt Empordà. Girona.
635. Vía fora. Grito de Alerta.
636. Carlomagno.
637. Roldan.
638. Alrededores de Peralada.
639. Se trata del equivalente femenino del tratamiento En. Parece que la etimología de dichas palabras provenga de MossEN y de DoNa. Señor y Señora, respectivamente.
640. Picardos. De la Picardía: región del norte de Francia con capital en Amiens.
1 comentari:
¡Jodé, qué saqueo, coño!
Un abrazo, amigo, y que disfrutes de un feliz fin de semana.
Sahha bin salam.
Daniel.
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