Hivern de 1303 - 1304. La Companyia passa l'hivern a Khios, tot preparant la invasió de la banda dreta del Màrmara i la guerra contra els turcs. El megaduc Roger de Flor, mentrestant, novençà com és passa el temps amb la dona a Constantinopla.
A notar la importància que dóna Muntaner a la intendència com a font de pacificació o al menys d'evitar conflictes. Anirem veient-ho en aquesta crònica.
Veiem també que l'amic Muntaner, el nostre cronista, no té gaire bona opinió dels grecs. En molt pocs capítols veurem clarament el motiu.
A notar la importància que dóna Muntaner a la intendència com a font de pacificació o al menys d'evitar conflictes. Anirem veient-ho en aquesta crònica.
Veiem també que l'amic Muntaner, el nostre cronista, no té gaire bona opinió dels grecs. En molt pocs capítols veurem clarament el motiu.
CCIII
Y mirad qué clase de gente son los griegos, y por qué Dios los aborrece, que Xor Miqueli, hijo mayor del emperador, pasó al Artaquí (886), con doce mil hombres a caballo y con cien mil hombres de a pie, y a pesar de su número nunca se atrevieron a pelear con los turcos, de modo que tuvieron que regresar con gran vergüenza. Y el emperador envió al megaduque con su compañía a aquel lugar del Artaqui allí donde su hijo había estado y del que tuvo que regresar, solo con sus mil quinientos hombres a caballo y los cuatro mil de a pie.
Y antes de que partiesen de Contastinoble, el megaduque ordenó que el emperador entregase a una pariente suya por esposa a En Ferran d'Aunés, y lo hizo almirante del imperio. Y el megaduque dispuso todo esto con el fin de que sus galeras se mantuviesen con los marineros que él había traído, y que ni los genoveses ni otras gentes se atreviesen a mover batalla contra los catalanes en todo el imperio; y asimismo, para que cuando él se adentrara con la hueste tierra adentro, que las galeras pudiesen acudir al lugar y en la fecha acordados, con víveres y con toda clase de refresco. Así que lo dispuso todo tan bien, que nadie podría mejorarlo en nada; y así mismo con las galeras podía obtener todo lo que necesitara para sí y sus gentes, de las islas, las tierras, y las costas.
Y cuando todo esto hubo sido dispuesto, se despidieron del emperador, y embarcaron, y fueron al cabo de l'Artaqui, puesto que los turcos pretendía por todos los medios capturar este cabo, que era un sitio muy gracioso. Y todo aquel cabo se defiende con una muralla que hay desde el cabo de l'Artaqui hasta tierra firme, y que no tiene de largo media milla entre un mar y otro; y, a partir de este estrecho, el cabo es muy grande, y hay más de veinte mil fuegos entre alquerías y masías y casonas. Y los turcos habían venido muchas veces para abatir esta muralla, ya que si la hubiesen podido derribar, hubieran saqueado toda la península.
Y así el megaduque, con toda su gente, tomó tierra allí, sin que se enteraran los turcos. Y cuando hubieron tomado tierra, supieron que los turcos habían combatido aquel mismo día; así que el megaduque preguntó si se encontraban lejos de allí, y le dijeron que a unas dos leguas, y que se encontraban entre dos ríos. Y enseguida el megaduque hizo pregonar que todo el mundo se preparara para seguir la señera a la mañana siguiente. Y es cierto que llevaba su señera y la del emperador con la caballería, y los almogávares llevaban un pendón con la enseña del señor rey Frederic, rey de Sicília. Y así lo habían acordado entre ellos cuando hicieron el homenaje al megaduque.
Y a la mañana siguiente, con muchas ganas y gran alegría, se levantaron tan de madrugada que al amanecer ya se encontraban en el río donde los turcos estaban acampados con sus mujeres y sus hijos. Y empezaron a atacar entre ellos de tal modo, que los turcos estaban asombrados de estas gentes que con los dardos daban tales golpes que nada se les resistía. ¿Qué os diré? La batalla fue muy dura cuando los turcos tomaron las armas. Pero, ¿de qué les sirvió? Que el megaduque con su compañía de a caballo y los de a pie se mezclaron de tal modo entre ellos, que los turcos no se les pudieron resistir. Y no querían huir, a causa de las mujeres y los niños que tenían, lo que les apenaba grandemente, sino que querían morir; y nunca hombres vencidos se defendieron tan bravamente; pero al final todos murieron, y sus mujeres y sus niños fueron cautivados. Y entre los turcos murieron aquel día más de treinta mil hombres de a caballo y más de diez mil de a pie.
Y de este modo levantaron el campo el megaduque y sus gentes, y no dejaron con vida a ningún hombre que tuviese más de diez años. Y regresaron al Artaquí con gran gozo y alegría; y enseguida subieron a los esclavos y esclavas en las galeras, y muchas joyas hermosas, y el megaduque envió la mayor parte al emperador, y las esclavas a la emperatriz y al hijo del emperador. Y a madona la esposa del megaduque le envió el megaduque esclavas y muchas joyas, y a madona la suegra del megaduque otro tanto. Y esto ocurrió al octavo día que habían partido del emperador; así que el gozo y la alegría fue tanta para el imperio, y fundamentalmente para el emperador, y para madona su hermana, suegra del megaduque, y para madona su hija, que hicieron tanta fiesta que todo el mundo se debió alegrar.
Pero, si todo el mundo se alegró, los genoveses sintieron gran dolor; y asimismo tuvo gran contrariedad Xor Miqueli, el hijo primogénito del emperador, y gran envidia; así que desde aquel día en adelante depositó su ira sobre el megaduque y su compañía, ya que más se hubiera estimado perder el imperio, que no la victoria que habían obtenido; ya que aunque él había ido con tanta gente, dos veces había sido derrotado, aunque él, personalmente, era uno de los buenos caballeros del mundo. Pero sobre los griegos Dios ha enviado tal pestilencia que cualquiera los puede confundir; y esto es así por dos pecados principales que reinan entre ellos, uno que son las gentes más orgullosas del mundo, ya que no hay persona en el mundo que ellos aprecien en lo más mínimo sino a ellos mismos, cuando nada valen; otra, que no tienen la más mínima caridad con su prójimo menos que nadie en el mundo. Que cuando nosotros estábamos en Contastinoble, las gentes que huían del Natolí (887) a causa de los turcos gritaban "Hambre!", y mendigaban pan por el amor de Dios, y se acostaban en los basureros, y ningún griego les quería dar nada; aunque había gran mercado de toda clase de víveres. Y los almogávares, por piedad, compartían con ellos lo que tenían para comer; así que, gracias a esta caridad que nuestra gente hacía, cuando se instalaban en cualquier lugar, más de dos mil pobres griegos a los que los turcos habían desposeído, les iban detrás, y todos vivían con nosotros. Y así podéis comprender por qué Dios ha aborrecido a los griegos, que dice el refrán del sabio que "cuando Dios quiere mal al hombre, lo primero que le arrebata es la sensatez". Y así los griegos tienen la ira de Dios sobre ellos, porque ellos, que nada valen, piensan valer más que el resto de gente; y además, porque no tienen caridad con su prójimo, por lo que parece que Dios les haya arrebatado todo el sentido común.
Y cuando todo esto acabó, el megaduque con toda su compañía, se preparó para entrar contra los turcos por el Natolí, y rescatar de su cautividad las ciudades, y los castillos y las villas que los turcos habían subyugado. Y cuando el megaduque y sus gentes estuvieron listos para partir del Artaqui, y era el primer día de noviembre, comenzó a hacer el más crudo invierno del mundo, con lluvia, y nieve, y frío, y mal tiempo; de modo que los ríos venían tan crecidos, que nadie los hubiera podido pasar. Y así celebró consejo y decidió pasar el invierno en aquel lugar de l'Artaquí, que es un lugar gracioso entre todos. Que en aquella tierra hace el mayor frío del mundo, y caen las mayores nevadas; y desde que comienza a nevar hasta abril no hace otra cosa.
Y cuando hubo dispuesto esto, de hibernar en aquel lugar de l'Artaqui, tuvo el mejor pensamiento que nadie pudiese tener; que dispuso a seis buenos hombres del lugar, y a dos caballeros catalanes, y a dos adalides, y a dos jefes de almogávares, y estos doce dispusieron a cada ricohombre en su posada, y los caballeros otro tanto, y los adalides y los almogávares. Y dispusieron de la siguiente forma: que el huésped de cada cual le debía dar pan, vino, avena y tocino, y queso, y hortalizas, y cama, y todo lo que necesitara; sal, carne fresca, y salsa, y les deberían proveer de cualquier otra cosa. Y a cada cosa los doce le pusieron precio convenido, y dispusieron que el huésped llevara la cuenta de los gastos del que alojaría en su albergue, y que esto se cumpliese desde el primer día de noviembre hasta final de marzo, y cuando acabara, contarían con su huésped ante los doce o uno de ellos; y de acuerdo con lo que hubieran consumido, se les descontaría del sueldo, y al hombre, señor de la casa, se lo pagaría la corte. Y con esto quedaron muy satisfechos todos los de la hueste, e igualmente los griegos. Y así se dispusieron a pasar el invierno.
Y el megaduque envió mensajes a Costantinoble e hizo que la megaduquesa acudiera allí, y así hibernaron con gran gozo y alegría. Y el megaduque ordenó que el almirante, con todas sus galeras y con todos los marineros, fuesen a hibernar a la isla del Xiu (888), que es una isla muy graciosa, donde se obtiene la almáciga (889), que no se produce en ninguna otra parte del mundo. Y por esto les hizo ir allí, ya que los turcos, con barcas, recorrían todas aquellas islas, y así ellos podrían defender toda la región, e ir visitando todas las islas. Por lo que pasaron todo el invierno con buena vida, y con distracciones, y solaz, tanto los unos como los otros.
Y cuando terminó febrero, el megaduque hizo pregonar por todo el Artaqui que todo el mundo sacara cuentas con su huésped durante el mes de marzo, y que se preparara para seguir la señera el primer día del mes de abril.
NOTAS
Y antes de que partiesen de Contastinoble, el megaduque ordenó que el emperador entregase a una pariente suya por esposa a En Ferran d'Aunés, y lo hizo almirante del imperio. Y el megaduque dispuso todo esto con el fin de que sus galeras se mantuviesen con los marineros que él había traído, y que ni los genoveses ni otras gentes se atreviesen a mover batalla contra los catalanes en todo el imperio; y asimismo, para que cuando él se adentrara con la hueste tierra adentro, que las galeras pudiesen acudir al lugar y en la fecha acordados, con víveres y con toda clase de refresco. Así que lo dispuso todo tan bien, que nadie podría mejorarlo en nada; y así mismo con las galeras podía obtener todo lo que necesitara para sí y sus gentes, de las islas, las tierras, y las costas.
Y cuando todo esto hubo sido dispuesto, se despidieron del emperador, y embarcaron, y fueron al cabo de l'Artaqui, puesto que los turcos pretendía por todos los medios capturar este cabo, que era un sitio muy gracioso. Y todo aquel cabo se defiende con una muralla que hay desde el cabo de l'Artaqui hasta tierra firme, y que no tiene de largo media milla entre un mar y otro; y, a partir de este estrecho, el cabo es muy grande, y hay más de veinte mil fuegos entre alquerías y masías y casonas. Y los turcos habían venido muchas veces para abatir esta muralla, ya que si la hubiesen podido derribar, hubieran saqueado toda la península.
Y así el megaduque, con toda su gente, tomó tierra allí, sin que se enteraran los turcos. Y cuando hubieron tomado tierra, supieron que los turcos habían combatido aquel mismo día; así que el megaduque preguntó si se encontraban lejos de allí, y le dijeron que a unas dos leguas, y que se encontraban entre dos ríos. Y enseguida el megaduque hizo pregonar que todo el mundo se preparara para seguir la señera a la mañana siguiente. Y es cierto que llevaba su señera y la del emperador con la caballería, y los almogávares llevaban un pendón con la enseña del señor rey Frederic, rey de Sicília. Y así lo habían acordado entre ellos cuando hicieron el homenaje al megaduque.
Y a la mañana siguiente, con muchas ganas y gran alegría, se levantaron tan de madrugada que al amanecer ya se encontraban en el río donde los turcos estaban acampados con sus mujeres y sus hijos. Y empezaron a atacar entre ellos de tal modo, que los turcos estaban asombrados de estas gentes que con los dardos daban tales golpes que nada se les resistía. ¿Qué os diré? La batalla fue muy dura cuando los turcos tomaron las armas. Pero, ¿de qué les sirvió? Que el megaduque con su compañía de a caballo y los de a pie se mezclaron de tal modo entre ellos, que los turcos no se les pudieron resistir. Y no querían huir, a causa de las mujeres y los niños que tenían, lo que les apenaba grandemente, sino que querían morir; y nunca hombres vencidos se defendieron tan bravamente; pero al final todos murieron, y sus mujeres y sus niños fueron cautivados. Y entre los turcos murieron aquel día más de treinta mil hombres de a caballo y más de diez mil de a pie.
Y de este modo levantaron el campo el megaduque y sus gentes, y no dejaron con vida a ningún hombre que tuviese más de diez años. Y regresaron al Artaquí con gran gozo y alegría; y enseguida subieron a los esclavos y esclavas en las galeras, y muchas joyas hermosas, y el megaduque envió la mayor parte al emperador, y las esclavas a la emperatriz y al hijo del emperador. Y a madona la esposa del megaduque le envió el megaduque esclavas y muchas joyas, y a madona la suegra del megaduque otro tanto. Y esto ocurrió al octavo día que habían partido del emperador; así que el gozo y la alegría fue tanta para el imperio, y fundamentalmente para el emperador, y para madona su hermana, suegra del megaduque, y para madona su hija, que hicieron tanta fiesta que todo el mundo se debió alegrar.
Pero, si todo el mundo se alegró, los genoveses sintieron gran dolor; y asimismo tuvo gran contrariedad Xor Miqueli, el hijo primogénito del emperador, y gran envidia; así que desde aquel día en adelante depositó su ira sobre el megaduque y su compañía, ya que más se hubiera estimado perder el imperio, que no la victoria que habían obtenido; ya que aunque él había ido con tanta gente, dos veces había sido derrotado, aunque él, personalmente, era uno de los buenos caballeros del mundo. Pero sobre los griegos Dios ha enviado tal pestilencia que cualquiera los puede confundir; y esto es así por dos pecados principales que reinan entre ellos, uno que son las gentes más orgullosas del mundo, ya que no hay persona en el mundo que ellos aprecien en lo más mínimo sino a ellos mismos, cuando nada valen; otra, que no tienen la más mínima caridad con su prójimo menos que nadie en el mundo. Que cuando nosotros estábamos en Contastinoble, las gentes que huían del Natolí (887) a causa de los turcos gritaban "Hambre!", y mendigaban pan por el amor de Dios, y se acostaban en los basureros, y ningún griego les quería dar nada; aunque había gran mercado de toda clase de víveres. Y los almogávares, por piedad, compartían con ellos lo que tenían para comer; así que, gracias a esta caridad que nuestra gente hacía, cuando se instalaban en cualquier lugar, más de dos mil pobres griegos a los que los turcos habían desposeído, les iban detrás, y todos vivían con nosotros. Y así podéis comprender por qué Dios ha aborrecido a los griegos, que dice el refrán del sabio que "cuando Dios quiere mal al hombre, lo primero que le arrebata es la sensatez". Y así los griegos tienen la ira de Dios sobre ellos, porque ellos, que nada valen, piensan valer más que el resto de gente; y además, porque no tienen caridad con su prójimo, por lo que parece que Dios les haya arrebatado todo el sentido común.
Y cuando todo esto acabó, el megaduque con toda su compañía, se preparó para entrar contra los turcos por el Natolí, y rescatar de su cautividad las ciudades, y los castillos y las villas que los turcos habían subyugado. Y cuando el megaduque y sus gentes estuvieron listos para partir del Artaqui, y era el primer día de noviembre, comenzó a hacer el más crudo invierno del mundo, con lluvia, y nieve, y frío, y mal tiempo; de modo que los ríos venían tan crecidos, que nadie los hubiera podido pasar. Y así celebró consejo y decidió pasar el invierno en aquel lugar de l'Artaquí, que es un lugar gracioso entre todos. Que en aquella tierra hace el mayor frío del mundo, y caen las mayores nevadas; y desde que comienza a nevar hasta abril no hace otra cosa.
Y cuando hubo dispuesto esto, de hibernar en aquel lugar de l'Artaqui, tuvo el mejor pensamiento que nadie pudiese tener; que dispuso a seis buenos hombres del lugar, y a dos caballeros catalanes, y a dos adalides, y a dos jefes de almogávares, y estos doce dispusieron a cada ricohombre en su posada, y los caballeros otro tanto, y los adalides y los almogávares. Y dispusieron de la siguiente forma: que el huésped de cada cual le debía dar pan, vino, avena y tocino, y queso, y hortalizas, y cama, y todo lo que necesitara; sal, carne fresca, y salsa, y les deberían proveer de cualquier otra cosa. Y a cada cosa los doce le pusieron precio convenido, y dispusieron que el huésped llevara la cuenta de los gastos del que alojaría en su albergue, y que esto se cumpliese desde el primer día de noviembre hasta final de marzo, y cuando acabara, contarían con su huésped ante los doce o uno de ellos; y de acuerdo con lo que hubieran consumido, se les descontaría del sueldo, y al hombre, señor de la casa, se lo pagaría la corte. Y con esto quedaron muy satisfechos todos los de la hueste, e igualmente los griegos. Y así se dispusieron a pasar el invierno.
Y el megaduque envió mensajes a Costantinoble e hizo que la megaduquesa acudiera allí, y así hibernaron con gran gozo y alegría. Y el megaduque ordenó que el almirante, con todas sus galeras y con todos los marineros, fuesen a hibernar a la isla del Xiu (888), que es una isla muy graciosa, donde se obtiene la almáciga (889), que no se produce en ninguna otra parte del mundo. Y por esto les hizo ir allí, ya que los turcos, con barcas, recorrían todas aquellas islas, y así ellos podrían defender toda la región, e ir visitando todas las islas. Por lo que pasaron todo el invierno con buena vida, y con distracciones, y solaz, tanto los unos como los otros.
Y cuando terminó febrero, el megaduque hizo pregonar por todo el Artaqui que todo el mundo sacara cuentas con su huésped durante el mes de marzo, y que se preparara para seguir la señera el primer día del mes de abril.
NOTAS
886. Erdek. Una península con forma casi de isla, junto a la isla de Marmara, al sur de Istanbul a la orilla derecha del Mármara. Seguramente se refiere a la región que dicho istmo controla.
887. Anatolia. Turquía.
888 Khíos. Isla en el mar Egeo.
889. Almáciga. Resina clara, translúcida, amarillenta y algo aromática que se extrae de una variedad de lentisco.
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