Crònica de Ramon Muntaner (CCVI)

Després de la primera incursió fins a l'antiga Filadèlfia i els voltants d'Esmirna, reagrupament de les tropes a l'illa de Kyos, sortida cap a (segurament) l'illa de Samos, i nova correria per les rodalies d'Èfes.

Malgrat la modernitat del cronista que no sol contar-nos més miracles que les típiques exageracions de l'època, avui ens parla d'un miracle que es produeix a Èfes dues vegades l'any, als dos solsticis. Per Sant Esteve (solstici d'hivern) i Sant Joan (solstici de primavera)

CCVI

Y los turcos que habían logrado escapar de la batalla, con otros que se les unieron, que pertenecían a la tribu de Mendeixia, corrieron a la Tira hasta la iglesia donde yace el cuerpo de monsèñer sant Jordi, que es una de las más bellas iglesias que yo nunca viera, y se encuentra a dos millas de la Tira. Y al amanecer hicieron una incursión en la Tira, sin saber que los francos estaban allí. Y cuando comenzaron a atacar, se movió la alerta por la región, y el megaduque miró, y vio a los turcos, y todo el mundo podía divisarlos, ya que estaban en un llano, y la ciudad de la Tira se encuentra en un alto. Y ordenó a En Corberan d'Alet, que era senescal de la hueste, que fuese con los que quisieran seguirlo; y la compañía tomó las armas y se preparó. Y En Corberan d'Alet, con doscientos hombres a caballo y mil a pie, atacó entre ellos, de forma que enseguida los derrotó. Y mató a setecientos hombres a caballo y muchos de a pie; y a todos los hubiera matado, pero la montaña estaba cerca, y dejaron los caballos, y huyeron a pie hacia la montaña. Y En Corberan d'Alet era un caballero muy bravo, e imprudentemente, bajó del caballo, y decidió subir a pie por la montaña; y los turcos que vieron que subían detrás suyo, empezaron a lanzar saetas, y por desgracia una saeta hirió en la sien a En Corberan, quien se había despojado de la armadura a causa del calor. Y murió, lo que fue gran desgracia, de forma que los cristianos se detuvieron donde él, y los turcos se marcharon.

Y cuando el megaduque lo supo, quedó muy apenado, ya que él lo amaba mucho, y lo había hecho senescal, y le había otorgado por esposa a una hija que había tenido de una mujer de Xipre (894) que se había quedado con madona la megaduquesa en Costantinoble, y debían celebrar la boda cuando volviesen a Costantinoble. Y de esta forma, con gran honor, enterraron en la iglesia de Sant Jordi, al mencionado En Corberan, con otros diez cristianos que habían muerto con él. Y se les edificó hermosos túmulos; para lo que el megaduque y su hueste se detuvieron, ocho días, a fin de que la tumba de En Corberan fuese rica y bella.

Y el megaduque envió correos desde la Tira a Esmira (895), y de Esmira al Xiu (896), al almirante En Ferran d'Aunés, para que acudiese a la ciudad de Ània (897), con todas sus galeras y los hombres de mar; y así lo hizo el almirante. Y cuando el almirante estuvo listo para zarpar de Xiu, En Rocafort fue a Costantinoble con dos galeras, conduciendo doscientos hombres a caballo, con todo su equipo, y unos mil almogávares. Y se presentó ante el emperador, y el emperador le ordenó que acudiese allá donde se encontraba el megaduque. Y así se dirigió a la isla del Xiu, y junto con el almirante partió del Xiu y vinieron a la ciudad de Ània. Y cuando ya habían permanecido ocho días allí, recibieron noticias de que llegaba el megaduque, y se alegraron mucho; y enviaron dos mensajeros al megaduque, y encontraron al megaduque en la ciudad de la Tira; y el megaduque cuando lo supo se alegró mucho, y quiso que yo fuese a Ània, y que condujese a En Bernat de Rocafort hasta la ciudad de Altoloc (898), a la que las sagradas escrituras llaman Èfeso.

Y en dicho lugar de Èfeso está el sepulcro en el que monsèñer Sent Joan Evangelista se introdujo cuando se despidió del pueblo, y luego contemplaron una nube con apariencia de fuego, por lo que es opinión general que subió al cielo en cuerpo y alma, dentro de la misma. Y bien puede ser y lo demuestra el milagro que ocurre cada año en su sepulcro; que el día de sant Esteve (899), a hora de vísperas, comienza a salir (de aquel sepulcro, que tiene cuatro esquinas, y se encuentra al pie del altar, y hay una bella piedra de mármol encima, que tiene doce palmos de largo y cinco palmos de ancho, y en medio de la piedra hay nueve agujeros muy pequeños), y de aquellos nueve agujeros, cuando se empiezan a rezar las vísperas el día de Sent Esteve y de Sent Joan, sale maná de arena fina de cada agujero, que sube casi hasta un palmo por encima de la piedra, así como si de una fuente de agua se tratara. Y este maná de arena empieza a salir, tal como os he dicho, en cuanto empiezan a recitar las vísperas de Sent Joan, el día de Sent Esteve, y dura toda la noche, y luego todo el día de Sent Joan hasta que se pone el sol; de modo que hasta que se pone el sol y deja de manar, brota una cantidad de tres cuarteras (900) de Barcelona.

Y aquel maná es maravillosamente bueno para muchas cosas, a saber: quien lo toma cuando siente que le entra la fiebre, nunca más le vuelve a entrar la fiebre; por otra parte, si una mujer va de parto y no puede tener la criatura debe beberlo con vino, y enseguida parirá; más todavía, si hay gran tempestad en el mar y se echa tres veces en el mar en el nombre de la santa Trinidad y de madona santa María y del bienaventurado Sent Joan Evangelista, enseguida cesa la tempestad; y todavía más, quien está enfermo de la vejiga y bebe en nombre del citado santo, enseguida se cura.

NOTAS

894. Chipre.

895. Izmir.

896. Isla de Khios.

897. Topónimo desconocido. Probablemente se trate del actual puerto y ciudad de Kusadasi.

898. Las ruinas de Éfeso se encuentran junto a la actual Selçuk

899. Día de san Esteban, 26 de diciembre.

900. Cuartera. Medida para áridos usada en Cataluña, equivalente a unos 70 litros.