Acomiadat de l'infant Ferran, Muntaner torna a Sicília.
CCXXXVIII
Y cuando hube permanecido dos días con él, me despedí de él con gran dolor, que por poco el corazón no me estalló. Y le dejé una parte del poco dinero que traía; e incluso me despojé de unas vestiduras que llevaba, y se las di al cocinero que el duque le había asignado. Y hable aparte con él, para que vigilase que no le dieran en la comida nada que le pudiera hacer daño; y que si vigilaba bien, de mí y de otros obtendría grandes beneficios. Así que él puso las manos sobre los Evangelios, y juró que antes se dejaría cortar la cabeza, que permitir que le alcanzase ningún mal por la comida que él le preparaba. Y así lo dejé, y me despedí del señor infante y de su compañía, y fui a despedirme del duque; y él, por su merced, me dio muchas ricas y buenas joyas, y muy satisfecho me partí de él.
Y regresé a Negrepont, y encontré las galeras que me estaban esperando; y enseguida embarqué. Y zarpamos de Negrepont, y fuimos a refrescar a la isla de Setepose (963), y luego a la Sidra (964), y luego a Malvasía (965), y a Malea (966), y a Sant Ángel (967), y al puerto de las Guatlles (968), y luego a Corron (969). Y de Corró fuimos a la isla de Sapiència (970), y aquella noche dormimos en dicha isla.
Y en cuanto llegó la mañana, a la salida del sol, oteamos el horizonte y vimos venir cuatro galeras y un leño por donde nosotros habíamos venido. Y enseguida nos levantamos y pusimos proa a ellos. Y ellos que nos vieron empezaron a armarse. Y yo miré y vi relucir los cascos de hierro y las azconas monteras; y enseguida imaginé que eran las galeras de En Riambau des Far, del que yo había tenido noticias, y así se lo dije a nuestro capitán; y los venecianos empezaron a armarse. Y al cabo de un rato el leño armado de En Riambau des Far vino con En Pere de Ribalta, que se encontraba a popa, y enseguida lo reconocí; y al acercarse y verme, tuvo gran alegría, y subió a la galera y me dijo que eran las galeras de En Riambau des Far. Y los capitanes de los venecianos me rogaron en un aparte que les informara sobre este caballero, si era hombre malvado, o si había hecho mal a los venecianos. Y yo les aseguré que era prohombre y hombre que no haría daño a nadie que fuese amigo del señor rey de Aragó; y les rogué que lo amasen y lo honrasen al menos mientras estuviésemos juntos. Y así ellos hicieron desarmar a sus gentes, y me dijeron que yo los protegiese en su nombre, y que viniesen en buena hora. Y así subí en el leño con En Pere de Ribalta, y fui hasta En Riambau e hice desarmar a todo el mundo; y asimismo, juntos, vinimos a las galeras. Y aquí nos saludamos unos a otros, y todos juntos fuimos a la isla de Sapiència, y pusimos todas las escalas de desembarco en tierra. Y nuestros capitanes invitaron a En Riambau des Far y a todos los jefes, y aquel día estuvimos allí hasta la madrugada. Y por la mañana nos levantamos todos juntos, y fuimos a Metó (971) y allí refrescamos todas las galeras y cargamos agua. Y a la mañana siguiente fuimos a la playa de Matagrifó (972), y volvimos a cargar agua, y luego fuimos a Clarença (973). Y en Clarença las galeras de los venecianos se tenían que detener para disponer cuatro galeras que tenían que dejar de guardia; y así yo me trasladé con En Riambau des Far, que me hizo librar una galera para mi compañía. Y ser Joan Corí, el capitán de los venecianos, me dio dos toneles de vino, y bastante pan recocido, y tocino, y de todo lo que tenía en su compañía. Y yo hice comprar en Clarença todo lo que necesitaba.
Y así me despedí de ellos, y con En Riambau des Far, zarpamos hacia Curfó (974). Y luego atravesamos Curfó, y tomamos tierra en el golfo de Tàranto, a la salida del cabo de las Leuques; y luego costeamos la Calàbria y arribamos a Messina. Y en Messina En Riambau des Far desarmó, y él y yo fuimos a ver al señor rey, al que encontramos en Castronou (975). Y aquí el señor rey acogió bien a En Riambau y le dio joyas; y luego En Riambau se marchó y yo me quedé con el rey, y le entregué la carta del señor infante y le recité todo el mensaje.
Y el señor rey quedó muy apenado por la prisión del señor infante, y enseguida envió mensajeros al señor rey de Mallorca y al señor rey de Aragón. Y mientras tanto, llegó embajador de misser Carles al duque de Atenes, para que enviase al señor infante al rey Robert y enseguida él lo envió a Brandis, y de Brandis por tierra a Nàpols. Y en Nàpols el señor infante estuvo en prisión atenuada, ya que era guardado y cabalgaba con el rey Robert. Y comía con él y con madona la reina (976), esposa del rey Robert (977), que era su hermana. ¿Qué os diré? Más de un año estuvo el señor infante preso; y luego el señor rey su padre consiguió del rey de França que se lo enviasen. Y así el rey de França y misser Carles enviaron embajadores al rey Carles, que todavía vivía, y al duque Robert, para que lo librasen al rey su padre. Y enseguida con dos galeras lo enviaron al rey su padre, y tomaron tierra en Coplliure; y el rey su padre celebró una gran fiesta, y madona la reina su madre, y todos los que vivían en las tierras del señor rey de Mallorques, por que todos lo amaban más que a ningún otro hijo de rey.
Y así dejaré de hablaros del señor infante, que se encuentra con el señor rey su padre, sano y alegre, y volveré a hablaros de la compañía hasta que los haya llevado al ducado de Atenas, donde hoy se encuentran. Y luego, de aquí en adelante no me ocuparé más de ellos, que si alguna cosa dijese, podría equivocarme, ya que de sus hechos de hoy en adelante no sé nada que pueda asegurar con certeza.
NOTAS
Y regresé a Negrepont, y encontré las galeras que me estaban esperando; y enseguida embarqué. Y zarpamos de Negrepont, y fuimos a refrescar a la isla de Setepose (963), y luego a la Sidra (964), y luego a Malvasía (965), y a Malea (966), y a Sant Ángel (967), y al puerto de las Guatlles (968), y luego a Corron (969). Y de Corró fuimos a la isla de Sapiència (970), y aquella noche dormimos en dicha isla.
Y en cuanto llegó la mañana, a la salida del sol, oteamos el horizonte y vimos venir cuatro galeras y un leño por donde nosotros habíamos venido. Y enseguida nos levantamos y pusimos proa a ellos. Y ellos que nos vieron empezaron a armarse. Y yo miré y vi relucir los cascos de hierro y las azconas monteras; y enseguida imaginé que eran las galeras de En Riambau des Far, del que yo había tenido noticias, y así se lo dije a nuestro capitán; y los venecianos empezaron a armarse. Y al cabo de un rato el leño armado de En Riambau des Far vino con En Pere de Ribalta, que se encontraba a popa, y enseguida lo reconocí; y al acercarse y verme, tuvo gran alegría, y subió a la galera y me dijo que eran las galeras de En Riambau des Far. Y los capitanes de los venecianos me rogaron en un aparte que les informara sobre este caballero, si era hombre malvado, o si había hecho mal a los venecianos. Y yo les aseguré que era prohombre y hombre que no haría daño a nadie que fuese amigo del señor rey de Aragó; y les rogué que lo amasen y lo honrasen al menos mientras estuviésemos juntos. Y así ellos hicieron desarmar a sus gentes, y me dijeron que yo los protegiese en su nombre, y que viniesen en buena hora. Y así subí en el leño con En Pere de Ribalta, y fui hasta En Riambau e hice desarmar a todo el mundo; y asimismo, juntos, vinimos a las galeras. Y aquí nos saludamos unos a otros, y todos juntos fuimos a la isla de Sapiència, y pusimos todas las escalas de desembarco en tierra. Y nuestros capitanes invitaron a En Riambau des Far y a todos los jefes, y aquel día estuvimos allí hasta la madrugada. Y por la mañana nos levantamos todos juntos, y fuimos a Metó (971) y allí refrescamos todas las galeras y cargamos agua. Y a la mañana siguiente fuimos a la playa de Matagrifó (972), y volvimos a cargar agua, y luego fuimos a Clarença (973). Y en Clarença las galeras de los venecianos se tenían que detener para disponer cuatro galeras que tenían que dejar de guardia; y así yo me trasladé con En Riambau des Far, que me hizo librar una galera para mi compañía. Y ser Joan Corí, el capitán de los venecianos, me dio dos toneles de vino, y bastante pan recocido, y tocino, y de todo lo que tenía en su compañía. Y yo hice comprar en Clarença todo lo que necesitaba.
Y así me despedí de ellos, y con En Riambau des Far, zarpamos hacia Curfó (974). Y luego atravesamos Curfó, y tomamos tierra en el golfo de Tàranto, a la salida del cabo de las Leuques; y luego costeamos la Calàbria y arribamos a Messina. Y en Messina En Riambau des Far desarmó, y él y yo fuimos a ver al señor rey, al que encontramos en Castronou (975). Y aquí el señor rey acogió bien a En Riambau y le dio joyas; y luego En Riambau se marchó y yo me quedé con el rey, y le entregué la carta del señor infante y le recité todo el mensaje.
Y el señor rey quedó muy apenado por la prisión del señor infante, y enseguida envió mensajeros al señor rey de Mallorca y al señor rey de Aragón. Y mientras tanto, llegó embajador de misser Carles al duque de Atenes, para que enviase al señor infante al rey Robert y enseguida él lo envió a Brandis, y de Brandis por tierra a Nàpols. Y en Nàpols el señor infante estuvo en prisión atenuada, ya que era guardado y cabalgaba con el rey Robert. Y comía con él y con madona la reina (976), esposa del rey Robert (977), que era su hermana. ¿Qué os diré? Más de un año estuvo el señor infante preso; y luego el señor rey su padre consiguió del rey de França que se lo enviasen. Y así el rey de França y misser Carles enviaron embajadores al rey Carles, que todavía vivía, y al duque Robert, para que lo librasen al rey su padre. Y enseguida con dos galeras lo enviaron al rey su padre, y tomaron tierra en Coplliure; y el rey su padre celebró una gran fiesta, y madona la reina su madre, y todos los que vivían en las tierras del señor rey de Mallorques, por que todos lo amaban más que a ningún otro hijo de rey.
Y así dejaré de hablaros del señor infante, que se encuentra con el señor rey su padre, sano y alegre, y volveré a hablaros de la compañía hasta que los haya llevado al ducado de Atenas, donde hoy se encuentran. Y luego, de aquí en adelante no me ocuparé más de ellos, que si alguna cosa dijese, podría equivocarme, ya que de sus hechos de hoy en adelante no sé nada que pueda asegurar con certeza.
NOTAS
963. Sptesai. Isla en el golfo Argólico. Grecia.
964. Hydra. Isla en el golfo Argólico. Grecia.
965. Monenvasía. Ciudad al sur del Peloponeso. Grecia.
966. Malea. ¿Quizás Elea? Peloponeso. Grecia.
967. Aunque en la costa existen numerosos Aghios, no he sido capaz de localizar ningún Aghios Aggelos.
968. Quizá se trate de Kalamata que tiene un puerto importante al fondo del golfo que están cabotando.
969. Kóroni. Ciudad al sur del Peloponeso.
970. Sapientza.
971. Methóni. Frente a la isla de Sapientza.
972. Antigua fortaleza en el golfo de Kiparissia. Peloponeso.
973. Killini. Frente a la isla de Zakinthos.
974. Corfú.
975. Castronuovo de Sicilia. En el centro de la isla.
976. Se trata de Sancha de Mallorca, hija de Jaime II de Mallorca, y por tanto, hermana del infante Frederic
977. Roberto I de Anjou-Sicilia el Prudente, hijo de Carlos II de Anjou, el Cojo, ya relacionado en esta crónica.
3 comentaris:
Qué sincera su conclusión.
Querido Julio, muchas gracias por tu rápdia respuesta al correo de la barbarie Feroe.
Por cierto, desde Facebook te he enviado una invitación para que te unas al grupo Stop the Dolphin Massacre. Si te apetece, te apuntas.
Y, otra cosa, ¿tenéis planeado algún viaje? Se echa de uno de esos excelentes reportajes gráficos tuyos. ¡Con la cámara, siempre apuntando al punto relevante!
Espero que algún día hagas un video con todas esas fotografías. Sería "unmissable".
Sahha, buen amigo.
Daniel.
Como era de esperar, y en eso somos tan españoles como el que más,he leído más de un comentario en el que se tacha a Muntaner de mentiroso.
Exagerado, sí, por supuesto, y parcial, pero su relato es absolutamente verosímil y, dentro de lo que cabe, sincero.
Muntaner cuenta lo que ha vivido. Lo adorna, sí, pero su relato aunque novelado, se corresponde con la realidad.
Un abrazo
En otro orden de cosas, aunque el jueves me operan de los cornetes, espero estar lo suficientemente recuperado el domingo para subir a Ainsa y ver el descenso anual de los balseros (en Lleida les llaman raiers y bajan por el Noguera, y se emborrachan con un aguardiante (ratafia) de anís aromatizado con corteza de nuez verde (una maravilla).
Si, como espero, lo puedo hacer, subiré las fotos.
Un abrazo.
Publica un comentari a l'entrada