Cinc d'Abril de 1305. El primogènit i hereu de l'emperador Andrònic Paleòleg, xor Miqueli, invita el cèsar Roger de Flor i la seua plana major d'oficials a un banquet.
Mentre mengen, o ja de sobretaula, tropes pagades pel grec, entren i els assassinen a tots. Igualment fan a la ciutat de Adrianòpolis, l'actual Edirne, on es troben, amb les tropes que els han acompanyat.
Immediatament es preparen per atacar les tropes restants, que es troben a la ciutat costera de Galípoli, sota el comandament de l'acabat d'anomenar megaduc, en Berenguer d'Entença, i on també es troba, afortunadament per nosaltres, el nostre cronista, en Ramon Muntaner, capità de la ciutat.
Mentre mengen, o ja de sobretaula, tropes pagades pel grec, entren i els assassinen a tots. Igualment fan a la ciutat de Adrianòpolis, l'actual Edirne, on es troben, amb les tropes que els han acompanyat.
Immediatament es preparen per atacar les tropes restants, que es troben a la ciutat costera de Galípoli, sota el comandament de l'acabat d'anomenar megaduc, en Berenguer d'Entença, i on també es troba, afortunadament per nosaltres, el nostre cronista, en Ramon Muntaner, capità de la ciutat.
CCXV
Ahora volveré a hablar del césar, quien se preparó con trescientos hombres a caballo y con mil hombres de a pie para ir a Andrinòpol a visitar a Xor Miqueli, hijo mayor del emperador, contra la opinión de todos sus amigos y sus vasallos. Y esto lo hacía él por la gran lealtad que residía en su corazón y por el fino amor de recta razón que tenía al emperador y a su hijo; y pensaba que al igual que él estaba rebosante de toda lealtad, el emperador y sus hijos también lo estarían; y era todo lo contrario, como se demostrará más adelante.
Cuando el césar partió de Gal·lípol, y dejó sus tropas, les dejó como jefe y mayor al megaduque En Berenguer d'Entença, y por senescal de la hueste a En Bernat de Rocafort; y así, por sus pasos, llegó a la ciudad de Andrinòpol. Y el hijo del emperador, Xor Miqueli, le salió al encuentro y lo recibió con gran honor; y esto hizo el malvado para observar con cuanta compañía llegaba. Y cuando hubo entrado en Andrinòpol, el hijo del emperador estuvo con él, con gran gozo y gran alegría que el césar demostraba; y Xor Miqueli hacía otro tanto.
Y cuando hubieron estado juntos seis días, al séptimo día Xor Miqueli había hecho acudir a Andrinòpol a Girgon, jefe de los alanos (915), a Melic, jefe de los turcoples (916), de forma que entre todos había ocho mil hombres a caballo. Y aquel día invitó al césar (917) y una vez hubieron comido, aquel Girgon, jefe de los alanos, entró en el palacio donde estaba Xor Miqueli con su esposa y el césar, y sacaron las espadas y despedazaron totalmente al césar y a todos los que con él se encontraban; y tras esto se esparcieron por la ciudad matando a todos los que habían venido con el césar, y no lograron escapar sino tres que se subieron a un campanario. Y de aquellos tres uno era En Ramon Alquer, hijo de En Gisbert Alquer, caballero de Castelló d'Empúries; y otro, hijo de un caballero de Catalunya, llamado Ramon de Tous; y otro, Bernat de Roudor, de Llobregat. Y aunque estos fueron atacados en el campanario se defendieron tan bien, que el hijo del emperador dijo que sería gran pecado que murieran, y los protegió. Y solo estos tres escaparon.
Y todavía hizo más maldad el mencionado Xor Miqueli: ya que ordenó que los turcoples, con parte de los alanos, fueran a Gal·lípol, y que el mismo día que el césar moría, atacasen Gal·lípol y todas sus casas. Y nosotros habíamos dejado los caballos en los pastos, y la gente se encontraba en las casas. ¿Qué os diré? Que nos vieron tan descuidados, que nos arrebataron todos los caballos, y nos mataron a más de mil personas; de forma que no conseguimos quedarnos más que con doscientos seis caballos, y en cuanto a nosotros quedamos tres mil trescientos siete hombres de armas, entre de a caballo y de a pie, tanto de mar como de tierra. Y acto seguido nos sitiaron, y vino tanta gente contra nosotros, que eran más de diez mil hombres a caballo, entre turcoples y alanos y griegos, y unos treinta mil hombres de a pie. Y el megaduque, esto es, En Berenguer d'Entença, dispuso que caváramos una trinchera, de forma que todo el arrabal de Gal·lípol quedara defendido dentro de la trinchera; y así lo hicimos. ¿Qué os diré? Más de quince días estuvimos así, que todos los días había escaramuzas contra ellos dos veces al día; y cada día era un desastre para nosotros, ya que siempre perdíamos contra ellos.
Y estando así asediados, En Berenguer d'Entença hizo preparar cinco galeras y dos leños, y a pesar de lo numerosos que eran, dijo que quería ir a hacer una correría para así poder traer provisión de víveres y dinero a la compañía. Y todos le dijeron que no debía hacerlo por nada del mundo, que más valía que combatiéramos todos juntos contra los que nos tenían cercados. Y él, como caballero sabio y bueno que era, veía el peligro de la batalla y no estaba de acuerdo con ellos, y pensaba que debía realizar una incursión en Contastinoble, y una vez realizado el ataque volver inmediatamente a Gal·lípol; de forma que al final se hizo lo que él quería. Y con él embarcaron tanta gente, que en Gal·lípol no quedamos más que En Bernat de Rocafort que era senescal de las tropas, y yo, Ramon Muntaner, que era capitán de Gal·lípol. Y con nosotros no quedaron más que cinco caballeros, a saber: En Guillemí de Siscar, caballero de Catalunya; y en Ferran Gorí, caballero de Aragó; y En Joan Peris, portugués; y En Guillem Peris de Caldes, de Catalunya, y N'Eixemèn d'Albero. Y cuando En Berenguer d'Entença partió de Gal·lípol pasamos revista para ver cuántos éramos y vimos que éramos, entre de a caballo y de a pie, mil cuatrocientos sesenta y dos hombres de armas; de los que doscientos seis eran de a caballo (pero no nos quedaban caballos) y mil doscientos cincuenta y seis hombres de a pie. Y así nos quedamos en tal aflicción, que cada día sufríamos de la mañana a la noche los ataques de los sitiadores contra nosotros.
Ahora dejaré de hablar de nosotros, en Gal·lípol, que ya sabré retomarlo, y os hablaré de En Berenguer d'Entença.
En Berenguer d'Entença tomó las cinco galeras y se fue hasta la ciudad de Recrea (918), que está a veinticuatro millas de Contastinoble, y allá ganó tanto botín que no se podía contar. Y aquella ciudad es donde vivía Herodes (919), el que hizo matar a los Inocentes; y os contaré un milagro que allí se realiza. Que en aquel lugar de Recrea hay un golfo que llega hasta la isla de Màrmora (920) y hasta el Artaqui; y es un hermoso golfo que mide de largo veinte millas, y otro tanto de ancho; y va desde el cabo de la ciudad de Recrea hasta el cabo del Gano (921) y hasta el Màrmora, que es una isla de donde se saca todo el mármol de Romanía. Y en aquel golfo hay dos buenas ciudades, una se llama Panido (922) y otra Rodistó (923).
Y en la ciudad de Rodistó se nos hizo la mayor maldad que nunca fuese hecha a ninguna persona, y para que sepáis de qué maldad os hablo, os la narraré.
NOTAS
Cuando el césar partió de Gal·lípol, y dejó sus tropas, les dejó como jefe y mayor al megaduque En Berenguer d'Entença, y por senescal de la hueste a En Bernat de Rocafort; y así, por sus pasos, llegó a la ciudad de Andrinòpol. Y el hijo del emperador, Xor Miqueli, le salió al encuentro y lo recibió con gran honor; y esto hizo el malvado para observar con cuanta compañía llegaba. Y cuando hubo entrado en Andrinòpol, el hijo del emperador estuvo con él, con gran gozo y gran alegría que el césar demostraba; y Xor Miqueli hacía otro tanto.
Y cuando hubieron estado juntos seis días, al séptimo día Xor Miqueli había hecho acudir a Andrinòpol a Girgon, jefe de los alanos (915), a Melic, jefe de los turcoples (916), de forma que entre todos había ocho mil hombres a caballo. Y aquel día invitó al césar (917) y una vez hubieron comido, aquel Girgon, jefe de los alanos, entró en el palacio donde estaba Xor Miqueli con su esposa y el césar, y sacaron las espadas y despedazaron totalmente al césar y a todos los que con él se encontraban; y tras esto se esparcieron por la ciudad matando a todos los que habían venido con el césar, y no lograron escapar sino tres que se subieron a un campanario. Y de aquellos tres uno era En Ramon Alquer, hijo de En Gisbert Alquer, caballero de Castelló d'Empúries; y otro, hijo de un caballero de Catalunya, llamado Ramon de Tous; y otro, Bernat de Roudor, de Llobregat. Y aunque estos fueron atacados en el campanario se defendieron tan bien, que el hijo del emperador dijo que sería gran pecado que murieran, y los protegió. Y solo estos tres escaparon.
Y todavía hizo más maldad el mencionado Xor Miqueli: ya que ordenó que los turcoples, con parte de los alanos, fueran a Gal·lípol, y que el mismo día que el césar moría, atacasen Gal·lípol y todas sus casas. Y nosotros habíamos dejado los caballos en los pastos, y la gente se encontraba en las casas. ¿Qué os diré? Que nos vieron tan descuidados, que nos arrebataron todos los caballos, y nos mataron a más de mil personas; de forma que no conseguimos quedarnos más que con doscientos seis caballos, y en cuanto a nosotros quedamos tres mil trescientos siete hombres de armas, entre de a caballo y de a pie, tanto de mar como de tierra. Y acto seguido nos sitiaron, y vino tanta gente contra nosotros, que eran más de diez mil hombres a caballo, entre turcoples y alanos y griegos, y unos treinta mil hombres de a pie. Y el megaduque, esto es, En Berenguer d'Entença, dispuso que caváramos una trinchera, de forma que todo el arrabal de Gal·lípol quedara defendido dentro de la trinchera; y así lo hicimos. ¿Qué os diré? Más de quince días estuvimos así, que todos los días había escaramuzas contra ellos dos veces al día; y cada día era un desastre para nosotros, ya que siempre perdíamos contra ellos.
Y estando así asediados, En Berenguer d'Entença hizo preparar cinco galeras y dos leños, y a pesar de lo numerosos que eran, dijo que quería ir a hacer una correría para así poder traer provisión de víveres y dinero a la compañía. Y todos le dijeron que no debía hacerlo por nada del mundo, que más valía que combatiéramos todos juntos contra los que nos tenían cercados. Y él, como caballero sabio y bueno que era, veía el peligro de la batalla y no estaba de acuerdo con ellos, y pensaba que debía realizar una incursión en Contastinoble, y una vez realizado el ataque volver inmediatamente a Gal·lípol; de forma que al final se hizo lo que él quería. Y con él embarcaron tanta gente, que en Gal·lípol no quedamos más que En Bernat de Rocafort que era senescal de las tropas, y yo, Ramon Muntaner, que era capitán de Gal·lípol. Y con nosotros no quedaron más que cinco caballeros, a saber: En Guillemí de Siscar, caballero de Catalunya; y en Ferran Gorí, caballero de Aragó; y En Joan Peris, portugués; y En Guillem Peris de Caldes, de Catalunya, y N'Eixemèn d'Albero. Y cuando En Berenguer d'Entença partió de Gal·lípol pasamos revista para ver cuántos éramos y vimos que éramos, entre de a caballo y de a pie, mil cuatrocientos sesenta y dos hombres de armas; de los que doscientos seis eran de a caballo (pero no nos quedaban caballos) y mil doscientos cincuenta y seis hombres de a pie. Y así nos quedamos en tal aflicción, que cada día sufríamos de la mañana a la noche los ataques de los sitiadores contra nosotros.
Ahora dejaré de hablar de nosotros, en Gal·lípol, que ya sabré retomarlo, y os hablaré de En Berenguer d'Entença.
En Berenguer d'Entença tomó las cinco galeras y se fue hasta la ciudad de Recrea (918), que está a veinticuatro millas de Contastinoble, y allá ganó tanto botín que no se podía contar. Y aquella ciudad es donde vivía Herodes (919), el que hizo matar a los Inocentes; y os contaré un milagro que allí se realiza. Que en aquel lugar de Recrea hay un golfo que llega hasta la isla de Màrmora (920) y hasta el Artaqui; y es un hermoso golfo que mide de largo veinte millas, y otro tanto de ancho; y va desde el cabo de la ciudad de Recrea hasta el cabo del Gano (921) y hasta el Màrmora, que es una isla de donde se saca todo el mármol de Romanía. Y en aquel golfo hay dos buenas ciudades, una se llama Panido (922) y otra Rodistó (923).
Y en la ciudad de Rodistó se nos hizo la mayor maldad que nunca fuese hecha a ninguna persona, y para que sepáis de qué maldad os hablo, os la narraré.
NOTAS
915. Alanos. Pueblo iranio procedente del norte del cáucaso, cristianizado por los bizantinos, y que estuvo a sueldo del emperador Miguel IX Paleólogo.
916. Turcople. Aplicáse a la persona nacida de padre turco y madre griega. Los turcoples formaban un cuerpo de caballería ligera y estaban al servicio sobretodo de los diversos órdenes militares establecidos en Chipre, Jerusalén, Rodas, etc.
917. Cinco de Abril de 1305. En el banquete-trampa fueron asesinados, junto con Roger de Flor, más de cien jefes de la Companyia, quedando ésta prácticamente descabezada. Lo extraordinario del caso es que en vez de rendirse, resistieron, contraatacaron (venganza catalana) y se establecieron en el ducado de Atenas, y en la Tesália (ducado de Neopatria) durante prácticamente un siglo (hasta el 1390). Los capítulos siguientes narran algunos de sus hechos de armas en los años inmediatamente posteriores a esta traición.
918. Recrea. Topónimo no localizado. Debe quedar cerca de Tekirdag
919. Herodes el Grande. Rey de Judea.
920. Marmara Adasi. Isla junto a la península de Erdek.
921. En toda la costa, alrededor de Tekirdag se localizan múltiples Ganos.
922. Panido. Debe corresponder a la actual Hürriyet, ya que en capítulos posteriores la sitúa a media legua de Rodistó.
923. Rodistó o Rodistró, la antigua Rhaedestos, actualmente Tekirdag
1 comentari:
¡Ay, coño, nos hemos quedado sin esa "maldad"! Habrá que esperar...
¡Y vaya emboscada! Lo dicho, el Capitán Trueno.
Sahha, buen amigo.
Daniel.
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