Muntaner ens continua narrant les aventures de la Companyia Catalana d'Orient en aquest Regne de Macdedònia.
Però, d'alguna manera, el relat fa la impressió de trist. L'èpica anterior queda substituïda per unes apreciacions ambivalents. Són victoriosos, però estan asolant el país. Ells la part occidental dels Dardanels i la Macedònia grega, i els turcs la part oriental dels Dardanels que ja havien conquistat en temps de l'assassinat Roger de Flor.
I l'aliança amb turcs i turcoples contra l'emperador. Però no havien anat a defensar l'imperi contra els turcs, precisament?
Però, d'alguna manera, el relat fa la impressió de trist. L'èpica anterior queda substituïda per unes apreciacions ambivalents. Són victoriosos, però estan asolant el país. Ells la part occidental dels Dardanels i la Macedònia grega, i els turcs la part oriental dels Dardanels que ja havien conquistat en temps de l'assassinat Roger de Flor.
I l'aliança amb turcs i turcoples contra l'emperador. Però no havien anat a defensar l'imperi contra els turcs, precisament?
CCXXVIII
Y cuando todo esto acabó, los turcos, a los que nosotros habíamos expulsado del Natolí, se enteraron de la muerte del césar y de la captura de En Berenguer d'Entença, y tuvieron noticia de las victorias que Dios nos había concedido y viendo que éramos tan poca gente, regresaron al Natolí, y sometieron a todas las ciudades y villas y castillos griegos y los tiranizaron todavía más que antes, mucho más que cuando nosotros estuvimos. Ved qué bien sucedió por las malas obras del emperador y por la traición que nos hicieron; que se perdió todo el Natolí, tras haber sido recuperado, ya que regresaron los turcos, y además nosotros asolamos toda la Romanía; ya que salvando la ciudad de Contastinoble, y la de Andrinòpol, y la de Cristòfol (945) y la de Salònic, no hubo villa ni ciudad que no fuese saqueada y quemada por nosotros, ni ningún otro lugar, excepto los castillos en la montaña.
Así que los turcos vinieron frente a Gal·lípol; y un jefe, llamado Xemelic, vino y pidió parlamentar, y dijo que si estábamos de acuerdo, él quería pasar a Gal·lípol para hablar con nosotros. Y yo le envié un leño armado, y vino con diez caballeros, todos parientes suyos. Y se presentó ante En Rocafort, y En Ferran Xemenis y yo, diciendo que estaba listo con su compañía, y con sus mujeres y sus hijos, para aliarse con nosotros, y que nos haría juramento y homenaje de que estarían con nosotros como hermanos, él y toda su compañía, y que nos ayudarían contra cualquier gente en el mundo, y que pondrían en nuestro poder sus mujeres y sus hijos, y que querían estar en todo y por todo bajo nuestro mando, tal como la más preparada de las compañías, y que nos entregarían la quinta de todo lo que ganaran.
Y celebramos consejo con toda la compañía, y unánimemente acordamos recibirlos. Y así recibimos a este Xemelic, que se pasó a nuestro bando con ochocientos hombres a caballo, y luego vino un hermano suyo con cuatrocientos hombres a caballo y con doscientos a pie, y del mismo modo lo acogimos. Y si nunca hubo gente obediente a su señor, así lo fueron ellos con nosotros; y si nunca hubo hombres leales y verdaderos; ellos lo fueron con nosotros en todo momento. Y fueron muy buenos hombres de armas y de cualquier hecho; y así permanecieron con nosotros como hermanos, y siempre estaban, listos para la batalla, cerca de nosotros.
Y cuando estas tropas se nos juntaron, al emperador le habían quedado mil turcoples a caballo, que estaban a sueldo suyo, y normalmente eran unos cuatro mil hombres a caballo, pero en la primera batalla habíamos matado a tres mil; y así habían quedado aquellos mil, que del mismo modo, se pusieron bajo nuestro poder, con sus mujeres y sus hijos, tal como habían hecho los turcos, y del mismo modo fueron buenos y leales en todo momento y obedientes a nuestras necesidades. Y así habíamos incrementado nuestras tropas en dos mil doscientos hombres a caballo, y habíamos matado y arrebatado al emperador cuantos soldados tenía. Y señoreábamos y cabalgábamos por el imperio a nuestro placer, que cuando los turcos y los turcoples iban de incursión, con ellos iban los que de nosotros querían ir, y les hacían mucho honor, y hacían de forma que siempre regresaban con el doble de botín que ellos. Y así nunca se pudo encontrar que entre nosotros y ellos hubiera ninguna disputa.
NOTAS
Así que los turcos vinieron frente a Gal·lípol; y un jefe, llamado Xemelic, vino y pidió parlamentar, y dijo que si estábamos de acuerdo, él quería pasar a Gal·lípol para hablar con nosotros. Y yo le envié un leño armado, y vino con diez caballeros, todos parientes suyos. Y se presentó ante En Rocafort, y En Ferran Xemenis y yo, diciendo que estaba listo con su compañía, y con sus mujeres y sus hijos, para aliarse con nosotros, y que nos haría juramento y homenaje de que estarían con nosotros como hermanos, él y toda su compañía, y que nos ayudarían contra cualquier gente en el mundo, y que pondrían en nuestro poder sus mujeres y sus hijos, y que querían estar en todo y por todo bajo nuestro mando, tal como la más preparada de las compañías, y que nos entregarían la quinta de todo lo que ganaran.
Y celebramos consejo con toda la compañía, y unánimemente acordamos recibirlos. Y así recibimos a este Xemelic, que se pasó a nuestro bando con ochocientos hombres a caballo, y luego vino un hermano suyo con cuatrocientos hombres a caballo y con doscientos a pie, y del mismo modo lo acogimos. Y si nunca hubo gente obediente a su señor, así lo fueron ellos con nosotros; y si nunca hubo hombres leales y verdaderos; ellos lo fueron con nosotros en todo momento. Y fueron muy buenos hombres de armas y de cualquier hecho; y así permanecieron con nosotros como hermanos, y siempre estaban, listos para la batalla, cerca de nosotros.
Y cuando estas tropas se nos juntaron, al emperador le habían quedado mil turcoples a caballo, que estaban a sueldo suyo, y normalmente eran unos cuatro mil hombres a caballo, pero en la primera batalla habíamos matado a tres mil; y así habían quedado aquellos mil, que del mismo modo, se pusieron bajo nuestro poder, con sus mujeres y sus hijos, tal como habían hecho los turcos, y del mismo modo fueron buenos y leales en todo momento y obedientes a nuestras necesidades. Y así habíamos incrementado nuestras tropas en dos mil doscientos hombres a caballo, y habíamos matado y arrebatado al emperador cuantos soldados tenía. Y señoreábamos y cabalgábamos por el imperio a nuestro placer, que cuando los turcos y los turcoples iban de incursión, con ellos iban los que de nosotros querían ir, y les hacían mucho honor, y hacían de forma que siempre regresaban con el doble de botín que ellos. Y así nunca se pudo encontrar que entre nosotros y ellos hubiera ninguna disputa.
NOTAS
945. Khristopolis. La actual Kavala.
1 comentari:
¡Amiguetes de los turcos... y de sus señoras esposas! ¿Pero no tenían orgullo o qué?
Qué bueno...
Sahha, Julio, y gracias por el aviso, ¡y perdona si me notas ausente!
Daniel.
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