Continua Muntaner narrant-nos la història recent del Peloponès i l'Àtica. Com bé us podeu imaginar la seua clara intenció és demostrar que els angevins (el príncep Felip de Tarento i el seu germà el rei Robert) no tenen cap dret al senyoriu d'aquelles terres, o al menys que no tenen més dret que el seus senyors i amics, el rei Frederic i l'infant Ferran de Mallorca.
CCLXII
Y cierto es que de aquel señor duque de Bergunya que era nieto del rey de França, tal como antes os he contado, descendían los príncipes de la Morea que hubo tras él, hasta el príncipe Lluís, que fue el quinto príncipe descendiente de aquel señor duque de Bergunya y nieto del rey de França. Y este príncipe Lluís murió sin descendencia masculina, aunque dejó dos hijas: una que tenía catorce años cuando él murió, y la otra doce años. Y el príncipe dejó el principado a la mayor, y la baronía de Matagrifó a la menor; y dejó vinculado el principado a que si la mayor moría sin legítima descendencia masculina, el principado pasaría a la menor; y del mismo modo vinculó la baronía de Matagrifó a la mayor. Y así cuando los barones del principado hubieron perdido al príncipe Lluís, que había sido un buen señor, pensaron a quien podrían entregar su hija que fuese señor poderoso, y que les pudiese defender del déspota del Arta, y del emperador, y del señor de la Blaquia, ya que con todos ellos mantiene fronteras el principado. Y el ducado de Atenes se encuentra dentro del principado, al que antiguamente pertenecía; pero, debido a la petición de los dos hermanos que lo conquistaron, el duque, esto es, el conde de la Marxa (1043), lo tuvo de franco.
¿Qué os diré? Que en aquellos tiempos el rey Carles (1044) había conquistado el reino de Sicília, tal como ya habéis oído, y fue el mayor señor y el más poderoso que hubo en aquel tiempo en levante. Y este señor rey Carles tenía un hijo llamado Felip, que era segundón; y los barones de la Morea pensaron que a ningún otro podrían entregar mejor la doncella princesa, que a monsèñer En Felip, hijo del rey Carles, quien era muy sabio, joven y bueno. De modo que eligieron a un arzobispo, y a un obispo, y a dos ricoshombre, y a dos caballeros y a dos ciudadanos y los enviaron al rey Carles, a Nàpols, donde se encontraron con él. Estos mensajeros trataron sobre el matrimonio, lo que plugo mucho al rey Carles, ya que conocía que aquella doncella descendía de su linaje, y al tiempo bien sabía que el principado de la Morea es una de las riquezas más honradas del mundo, después de la del rey; y así concedió el matrimonio de madona la princesa con monsèñer En Felip. Y antes de pasar adelante hizo acudir ante su presencia a su hijo, y le explicó como firmaría aquel matrimonio, si él estaba de acuerdo. Monsèñer En Felip le respondió que mucho le placía, pero con una condición que le rogaba pluguiese concederle. Y el rey Carles le dijo que pidiese cuanto quisiese que todo le sería concedido. Y tras esto él le besó la mano y le dijo:
- Señor, el regalo que os pido es este: vos sabéis que cuando niño me disteis por compañero al hijo del conde de Ària, que tiene mi edad; y si nunca nadie pudo sentirse satisfecho de servidor y compañero, yo lo estoy con él. Por lo que os ruego, padre y señor, que os plazca que tenga por esposa a la hermana de la princesa, con su baronía de Matagrifó, y que ambas hermanas se desposen en la misma misa y el mismo día.
Y el rey Carles, muy contento, se lo otorgó; de modo que hizo acudir a los embajadores de la Morea, y firmó este matrimonio. Y enseguida ordenó que fuesen armadas en Brandis diez galeras, para que condujesen a ambas doncellas al mencionado lugar de Brandis, donde las esperarían el rey Carles y sus hijos, y allá se celebrarían los esponsales. Y de Brandis al principado no hay más que doscientas millas, por lo que este lugar resultaba de lo más conveniente.
¿Qué os diré? Que las doncellas fueron conducidas a Brandis, donde se encontraban el rey Carles, y el caballero su hijo, y también su camarada; y monsèñer En Felip aquel día ordenó a cien caballeros, por su propia mano, y su compañero, otros veinte. Y ambas hermanas fueron desposadas a un tiempo; y la fiesta fue grande aquel día, y duró hasta las octavas, que gran fiesta se celebró en aquel lugar. Y luego, con las diez galeras, pasaron al principado, y monsèñer En Felip fue príncipe de la Morea, y su camarada, señor de la baronía de Matagrifó. ¿Qué os diré? Monsèñer En Felip no vivió mucho tiempo con la princesa, puesto que murió sin descendencia; y tras esto la princesa tomó por marido a un gran barón de França, del linaje del conde de Nivers (1045), y de éste concibió una hija. Y luego murió aquel príncipe; y la princesa, una vez su hija alcanzó los doce años, la entregó por esposa al buen duque de Atenes (1046), aquel duque que legó el ducado al conde de Brenda, primo hermano suyo, ya que no tuvo ningún hijo de la hija de la princesa.
Y tras haber desposado la princesa a su hija, se marchó a França donde tomó por marido a monsèñer En Felip de Savoia (1047), hermano del conde de Savoia, y ambos regresaron juntos al principado; y al cabo de poco tiempo la princesa murió de enfermedad, sin haber logrado descendencia de su marido; y legó en su testamento, que su marido fuese príncipe de por vida, y que luego, tras su muerte, heredase su hija el principado; cosa que no podía hacer, ya que el principado debía ser legado a su hermana, que todavía vivía, tal como su padre lo había dispuesto y vinculado. Y cuando la princesa murió, el príncipe se encontraba en França, y en aquel momento el príncipe de Tàranto (1048), hermano del rey Robert había pasado a la Morea para ir contra su cuñado el déspota del Arta, y viendo que el principado se encontraba huérfano de señor y de señora lo tomó, ya que no había nadie que se opusiera. De modo que monsèñer En Felip de Savoia, príncipe de la Morea, cuando lo supo, quedó muy decepcionado; y no pasó mucho tiempo sin que el príncipe de Tàranto fuese a França, y entonces el príncipe de la Morea protestó ante el rey de França contra el príncipe de Tàranto que le había arrebatado su principado, y se lo había tomado sin haberle desafiado previamente. Y finalmente se dictó sentencia de que se lo devolviera; y así se hizo, de modo que el príncipe de la Morea envió a sus procuradores, quienes en su nombre recibieron el principado. Y en aquella misma época coincidió que murió el duque de Atenes sin descendencia, dejando el ducado al conde de Brenda, primo hermano suyo, tal como antes os he narrado; de modo que la duquesa, hija de la princesa, quedó viuda.
Ahora dejaré de hablaros de la princesa, y volveré a hablaros de su hermana.
NOTAS
¿Qué os diré? Que en aquellos tiempos el rey Carles (1044) había conquistado el reino de Sicília, tal como ya habéis oído, y fue el mayor señor y el más poderoso que hubo en aquel tiempo en levante. Y este señor rey Carles tenía un hijo llamado Felip, que era segundón; y los barones de la Morea pensaron que a ningún otro podrían entregar mejor la doncella princesa, que a monsèñer En Felip, hijo del rey Carles, quien era muy sabio, joven y bueno. De modo que eligieron a un arzobispo, y a un obispo, y a dos ricoshombre, y a dos caballeros y a dos ciudadanos y los enviaron al rey Carles, a Nàpols, donde se encontraron con él. Estos mensajeros trataron sobre el matrimonio, lo que plugo mucho al rey Carles, ya que conocía que aquella doncella descendía de su linaje, y al tiempo bien sabía que el principado de la Morea es una de las riquezas más honradas del mundo, después de la del rey; y así concedió el matrimonio de madona la princesa con monsèñer En Felip. Y antes de pasar adelante hizo acudir ante su presencia a su hijo, y le explicó como firmaría aquel matrimonio, si él estaba de acuerdo. Monsèñer En Felip le respondió que mucho le placía, pero con una condición que le rogaba pluguiese concederle. Y el rey Carles le dijo que pidiese cuanto quisiese que todo le sería concedido. Y tras esto él le besó la mano y le dijo:
- Señor, el regalo que os pido es este: vos sabéis que cuando niño me disteis por compañero al hijo del conde de Ària, que tiene mi edad; y si nunca nadie pudo sentirse satisfecho de servidor y compañero, yo lo estoy con él. Por lo que os ruego, padre y señor, que os plazca que tenga por esposa a la hermana de la princesa, con su baronía de Matagrifó, y que ambas hermanas se desposen en la misma misa y el mismo día.
Y el rey Carles, muy contento, se lo otorgó; de modo que hizo acudir a los embajadores de la Morea, y firmó este matrimonio. Y enseguida ordenó que fuesen armadas en Brandis diez galeras, para que condujesen a ambas doncellas al mencionado lugar de Brandis, donde las esperarían el rey Carles y sus hijos, y allá se celebrarían los esponsales. Y de Brandis al principado no hay más que doscientas millas, por lo que este lugar resultaba de lo más conveniente.
¿Qué os diré? Que las doncellas fueron conducidas a Brandis, donde se encontraban el rey Carles, y el caballero su hijo, y también su camarada; y monsèñer En Felip aquel día ordenó a cien caballeros, por su propia mano, y su compañero, otros veinte. Y ambas hermanas fueron desposadas a un tiempo; y la fiesta fue grande aquel día, y duró hasta las octavas, que gran fiesta se celebró en aquel lugar. Y luego, con las diez galeras, pasaron al principado, y monsèñer En Felip fue príncipe de la Morea, y su camarada, señor de la baronía de Matagrifó. ¿Qué os diré? Monsèñer En Felip no vivió mucho tiempo con la princesa, puesto que murió sin descendencia; y tras esto la princesa tomó por marido a un gran barón de França, del linaje del conde de Nivers (1045), y de éste concibió una hija. Y luego murió aquel príncipe; y la princesa, una vez su hija alcanzó los doce años, la entregó por esposa al buen duque de Atenes (1046), aquel duque que legó el ducado al conde de Brenda, primo hermano suyo, ya que no tuvo ningún hijo de la hija de la princesa.
Y tras haber desposado la princesa a su hija, se marchó a França donde tomó por marido a monsèñer En Felip de Savoia (1047), hermano del conde de Savoia, y ambos regresaron juntos al principado; y al cabo de poco tiempo la princesa murió de enfermedad, sin haber logrado descendencia de su marido; y legó en su testamento, que su marido fuese príncipe de por vida, y que luego, tras su muerte, heredase su hija el principado; cosa que no podía hacer, ya que el principado debía ser legado a su hermana, que todavía vivía, tal como su padre lo había dispuesto y vinculado. Y cuando la princesa murió, el príncipe se encontraba en França, y en aquel momento el príncipe de Tàranto (1048), hermano del rey Robert había pasado a la Morea para ir contra su cuñado el déspota del Arta, y viendo que el principado se encontraba huérfano de señor y de señora lo tomó, ya que no había nadie que se opusiera. De modo que monsèñer En Felip de Savoia, príncipe de la Morea, cuando lo supo, quedó muy decepcionado; y no pasó mucho tiempo sin que el príncipe de Tàranto fuese a França, y entonces el príncipe de la Morea protestó ante el rey de França contra el príncipe de Tàranto que le había arrebatado su principado, y se lo había tomado sin haberle desafiado previamente. Y finalmente se dictó sentencia de que se lo devolviera; y así se hizo, de modo que el príncipe de la Morea envió a sus procuradores, quienes en su nombre recibieron el principado. Y en aquella misma época coincidió que murió el duque de Atenes sin descendencia, dejando el ducado al conde de Brenda, primo hermano suyo, tal como antes os he narrado; de modo que la duquesa, hija de la princesa, quedó viuda.
Ahora dejaré de hablaros de la princesa, y volveré a hablaros de su hermana.
NOTAS
1043. Se trata de Oton de la Roche, nombrado duque de Atenas por Bonifacio de Montferrato.
1044. Carlos I de Anjou, contra el que hemos visto pelear durante esta crónica a Pere el Gran, por la posesión de Sicilia.
1045. Nevers. Capital del departamento del Nièvre. Francia
1046. Guy II de la Roche
1047. Felipe I de Saboya
1048. Felipe I de Tarento. Hijo de Carlos II de Sicilia, el Cojo
2 comentaris:
Aquí hay mucha muerte precipitada, je, je. Huele a envenenamiento. Claro, esto pasa por andar casando a las hijas así por así, como quien negocia con caballos y burros. Y, como siempre, los galos metiendo sus narices en asuntos dinásticos. ¡Qué oportunistas eran!
Sahha, Julio.
HOLA DESEARÍA SABER CUAL ERA EL NOMBRE DEL CONDE DE NEVERS EN LA BATALLA DEL COLL DE PANISSARS ???
EN LAS CRÒNICAS DE RAMON MUNTANER NO SE CITA, BUSCO POR LA RED Y TAMPOCO ! DICE QUE GUILLEM ESCRIVÁ DE XÀTIVA LE DÁ LA MUERTE.... BAJO EL MANDANTO DEL REY PERE III EL GRANDE.
ATENTAMENTE JMBM
Publica un comentari a l'entrada