Invasió de Castella per part de les tropes catalanes, amb l'excusa de destituir Sanxo el Bravo i nomenar nou rei el seu nebot Alfons.
Fem una mica d'història. Als últims anys d'Alfons X el savi, els nobles castellans juren com a futur rei el primogènit Fernando de la Cerda. Però aquest mor abans de ser coronat, i les lleis castellanes regides encara pels còdex visigots, estableixen que ha de ser coronat el següent germà, Sanxo, i no el primogènit del mort. Això implica l'existència de dos bàndols dinàstics. Alfons intentarà, per tant, posar com a rei de Castella aquell que més convindrà els seus interessos. Possiblement, si no hagués tingut tants fronts oberts, se n'hagués sortit. Però no era el cas.
Sanxo el Bravo prefereix no fer front a l'exèrcit invasor i retirar-se. Alfons el Franc conquista Serón, prop de Sòria. Nous preparatius francesos per tornar a creuar els Pirineus. Replegament català per acudir al nou front.
Fem una mica d'història. Als últims anys d'Alfons X el savi, els nobles castellans juren com a futur rei el primogènit Fernando de la Cerda. Però aquest mor abans de ser coronat, i les lleis castellanes regides encara pels còdex visigots, estableixen que ha de ser coronat el següent germà, Sanxo, i no el primogènit del mort. Això implica l'existència de dos bàndols dinàstics. Alfons intentarà, per tant, posar com a rei de Castella aquell que més convindrà els seus interessos. Possiblement, si no hagués tingut tants fronts oberts, se n'hagués sortit. Però no era el cas.
Sanxo el Bravo prefereix no fer front a l'exèrcit invasor i retirar-se. Alfons el Franc conquista Serón, prop de Sòria. Nous preparatius francesos per tornar a creuar els Pirineus. Replegament català per acudir al nou front.
CLVIII
Cuando el señor rey lo hubo dispuesto todo, tanto la entrada del señor infante En Pere, como el envío de sus mensajeros al rey de Castilla, para desafiarlo, acudió al reino de Valencia. Y cuando entró en la ciudad, le fue hecha gran fiesta; y a día fijado acudieron todos los barones del reino, y caballeros y villanos; y cuando todos estuvieron reunidos, prelados y otras muchas gentes, con gran solemnidad recibió la corona del reino de Valencia. Y en cuanto acabó la fiesta, fue a Xàtiva, y sacó del castillo de Xàtiva a don Alfonso y a don Ferrando, hijos del infante En Ferrando de Castilla, e hizo preparar muchas gentes de a caballo y de a pie con las que pudiese entrar él, por una parte, a Castilla con don Alfonso, y por otra parte entrase el infante En Pere.
Y estando en estos grandes preparativos, plugo a Dios que el señor infante En Pere enfermara muy gravemente. Y el señor rey recibió correo urgente, por el que los ricoshombre y los caballeros le hacían saber, que ya estaban todos en Calataiú, y que estaban a la espera de sus órdenes. Y cuando el señor rey supo esto, se apenó mucho, y decidió que era preferible acudir personalmente a Calataiú, y enviar allá a don Alfonso y a don Ferrando, de modo que entrasen todos juntos en Castilla. De modo que les envió a decir que se esperasen; y partió inmediatamente hacia Calataiú con toda la gente a la que había ordenado que le acompañasen; y en pocos días llegó allí con gran cortejo, y se encontró con que el señor infante todavía no se encontraba repuesto, sino que estaba muy grave; y sin más demora decidió entrar, y eran unos dos mil caballeros armados, y quinientos hombres de caballería ligera, y unos cien mil peones. Y ordenó que tomase la delantera don Alfonso de Castilla, y que su señera se situase a la vanguardia; e hizo esto porque todos los barones de Castilla, y las ciudades y las villas, habían jurado como señor al infante En Ferrando, su padre, tras la muerte de don Alfonso, rey de Castilla. Y este era el motivo de que Felip, rey de França, hubiese otorgado a su hermana, madona Blanca, como esposa del infante En Ferrando; y no se la hubiese otorgado, si hubiese sabido que los hijos que tuviesen no serían reyes de Castilla.
Y así, en buen orden, entraron en Castilla hasta siete jornadas, y fueron directamente donde sabían que se encontraba su tío el rey don Sanxo. Y podéis estar seguros que el rey don Sanxo también se había preparado, puesto que acudió con doce mil caballos armados, y todo un mundo de gente de a pie. Y el señor rey de Aragó cuando supo que él contaba con tanta caballería y que ambos ejércitos se encontraban a distancia no mayor de una legua, le envió mensaje de que él se encontraba allí para vengar la falta que don Sanxo había cometido contra el buen rey su padre, y con la intención de nombrar rey a su sobrino don Alfonso, que era quien tenía derecho; por lo que, si tenía lo que debía tener un hijo de rey, le emplazaba a que saliese a batallar con él.
Y cuando el rey En Sanxo oyó esto, se dolió mucho; pero sin embargo pensó que era cierto todo lo que le enviaba a decir el señor rey de Aragón, y que nadie debía entrar en el campo de batalla para mantener entuertos. Y por eso respondió a los mensajeros que regresasen, y que no quería entrar en batalla contra él ni contra su sobrino, sino que se comprometía a defenderlos contra cualquier hombre. De modo que el señor rey de Aragón lo esperó en aquel lugar cuatro días, y no quiso marcharse hasta que el rey En Sanxo hubo partido; y entonces, tomando villas y aldeas, y quemando y saqueando aquellos lugares que no querían someterse a don Alfonso de Castilla, regresó. Sin embargo conquistó un bello lugar llamado Saeron (711), que se encuentra cerca de Soria, y otros muchos lugares, que se rindieron a él, y a los que inmediatamente les hacía jurar a don Alfonso como rey de Castilla; y dejó a don Alfonso en aquellos lugares que se le habían sometido, y le dejó unos mil hombres a caballo y muchos de a pie, entre almogávares y hombres de armas; y les dotó de todo lo necesario; y dispuso además que, si fuese necesario, todas las fronteras de Aragó les prestasen ayuda. Y posiblemente en aquella expedición él podría haber conquistado toda la tierra al rey don Sanxo, pero le llegó mensaje del Empordà, del conde de Empuries y del vizconde de Rocabertí, comunicándole que un gran gentío de la Llenguadoc se preparaban para entrar en el Empordà con las tropas del rey de França, y le solicitaban la merced de que acudiese a socorrerlos. Y por este motivo el señor rey, hubo de abandonar Castilla, y dejó al mencionado don Alfonso de Castilla y a don Ferrando en aquellos lugares de Castilla que se les habían sometido, con la preparación y refuerzos que ya habéis oído.
¿Qué os diré? Que el señor rey de Aragó permaneció en Castilla tres meses cumplidos, hasta que regresó a Calataiú. Y pensad qué rey hay en el mundo que, por su bondad, hubiese hecho tanto por otro como él hizo por aquellos dos infantes. Y cuando llegó a Calataiú se encontró con que el señor infante En Pere había mejorado, y lo llevó a Catalunya, y le delegó todo el poder en sus tierras, el mismo que él tenía, ya que lo amaba más que nada en el mundo; y hacía muy bien, puesto que era muy sabio y bueno en cualquier cosa.
Ahora dejaré de hablaros del señor rey y del señor infante En Pere, quienes se encuentran en Catalunya, y volveré a hablar del almirante.
NOTAS
Y estando en estos grandes preparativos, plugo a Dios que el señor infante En Pere enfermara muy gravemente. Y el señor rey recibió correo urgente, por el que los ricoshombre y los caballeros le hacían saber, que ya estaban todos en Calataiú, y que estaban a la espera de sus órdenes. Y cuando el señor rey supo esto, se apenó mucho, y decidió que era preferible acudir personalmente a Calataiú, y enviar allá a don Alfonso y a don Ferrando, de modo que entrasen todos juntos en Castilla. De modo que les envió a decir que se esperasen; y partió inmediatamente hacia Calataiú con toda la gente a la que había ordenado que le acompañasen; y en pocos días llegó allí con gran cortejo, y se encontró con que el señor infante todavía no se encontraba repuesto, sino que estaba muy grave; y sin más demora decidió entrar, y eran unos dos mil caballeros armados, y quinientos hombres de caballería ligera, y unos cien mil peones. Y ordenó que tomase la delantera don Alfonso de Castilla, y que su señera se situase a la vanguardia; e hizo esto porque todos los barones de Castilla, y las ciudades y las villas, habían jurado como señor al infante En Ferrando, su padre, tras la muerte de don Alfonso, rey de Castilla. Y este era el motivo de que Felip, rey de França, hubiese otorgado a su hermana, madona Blanca, como esposa del infante En Ferrando; y no se la hubiese otorgado, si hubiese sabido que los hijos que tuviesen no serían reyes de Castilla.
Y así, en buen orden, entraron en Castilla hasta siete jornadas, y fueron directamente donde sabían que se encontraba su tío el rey don Sanxo. Y podéis estar seguros que el rey don Sanxo también se había preparado, puesto que acudió con doce mil caballos armados, y todo un mundo de gente de a pie. Y el señor rey de Aragó cuando supo que él contaba con tanta caballería y que ambos ejércitos se encontraban a distancia no mayor de una legua, le envió mensaje de que él se encontraba allí para vengar la falta que don Sanxo había cometido contra el buen rey su padre, y con la intención de nombrar rey a su sobrino don Alfonso, que era quien tenía derecho; por lo que, si tenía lo que debía tener un hijo de rey, le emplazaba a que saliese a batallar con él.
Y cuando el rey En Sanxo oyó esto, se dolió mucho; pero sin embargo pensó que era cierto todo lo que le enviaba a decir el señor rey de Aragón, y que nadie debía entrar en el campo de batalla para mantener entuertos. Y por eso respondió a los mensajeros que regresasen, y que no quería entrar en batalla contra él ni contra su sobrino, sino que se comprometía a defenderlos contra cualquier hombre. De modo que el señor rey de Aragón lo esperó en aquel lugar cuatro días, y no quiso marcharse hasta que el rey En Sanxo hubo partido; y entonces, tomando villas y aldeas, y quemando y saqueando aquellos lugares que no querían someterse a don Alfonso de Castilla, regresó. Sin embargo conquistó un bello lugar llamado Saeron (711), que se encuentra cerca de Soria, y otros muchos lugares, que se rindieron a él, y a los que inmediatamente les hacía jurar a don Alfonso como rey de Castilla; y dejó a don Alfonso en aquellos lugares que se le habían sometido, y le dejó unos mil hombres a caballo y muchos de a pie, entre almogávares y hombres de armas; y les dotó de todo lo necesario; y dispuso además que, si fuese necesario, todas las fronteras de Aragó les prestasen ayuda. Y posiblemente en aquella expedición él podría haber conquistado toda la tierra al rey don Sanxo, pero le llegó mensaje del Empordà, del conde de Empuries y del vizconde de Rocabertí, comunicándole que un gran gentío de la Llenguadoc se preparaban para entrar en el Empordà con las tropas del rey de França, y le solicitaban la merced de que acudiese a socorrerlos. Y por este motivo el señor rey, hubo de abandonar Castilla, y dejó al mencionado don Alfonso de Castilla y a don Ferrando en aquellos lugares de Castilla que se les habían sometido, con la preparación y refuerzos que ya habéis oído.
¿Qué os diré? Que el señor rey de Aragó permaneció en Castilla tres meses cumplidos, hasta que regresó a Calataiú. Y pensad qué rey hay en el mundo que, por su bondad, hubiese hecho tanto por otro como él hizo por aquellos dos infantes. Y cuando llegó a Calataiú se encontró con que el señor infante En Pere había mejorado, y lo llevó a Catalunya, y le delegó todo el poder en sus tierras, el mismo que él tenía, ya que lo amaba más que nada en el mundo; y hacía muy bien, puesto que era muy sabio y bueno en cualquier cosa.
Ahora dejaré de hablaros del señor rey y del señor infante En Pere, quienes se encuentran en Catalunya, y volveré a hablar del almirante.
NOTAS
711. Serón de Nájima. Soria.
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