Gener de 1287. Conquista i repoblament de Menorca.
Pel que ens conta Muntaner, la família regnant (des de feia mil anys segons ens diu) és embarcada cap al nord d'Àfrica en una nau genovesa però embarranquen i moren tots. Quant a la resta de la població són venuts com a esclaus.
I és que en aquells temps deixar de pagar els impostos no estava molt ben vist.
L'almirall Roger de Llòria, amb les seues tropes, torna cap a Sicília.
Pel que ens conta Muntaner, la família regnant (des de feia mil anys segons ens diu) és embarcada cap al nord d'Àfrica en una nau genovesa però embarranquen i moren tots. Quant a la resta de la població són venuts com a esclaus.
I és que en aquells temps deixar de pagar els impostos no estava molt ben vist.
L'almirall Roger de Llòria, amb les seues tropes, torna cap a Sicília.
CLXXII
Cuando acabó la fiesta de Navidad, y el señor rey la hubo celebrado en la ciudad de Mallorca, hizo embarcar a todo el mundo, y puso rumbo a Menorca. Y cuando llegó a veinte millas de la isla de Menorca, se desató un gran temporal, y le dispersó la flota, de modo que tomó tierra en el puerto de Maó, sólo con veinte galeras. Y cuando llegó al puerto de Maó, le salió al encuentro con todo su ejército el almojarife de Menorca, quien se había preparado para defenderse, y además le había llegado gran ayuda de Barbaría, y se situó a popa de las galeras, y contaba con quinientos hombres a caballo y unos cuarenta mil de a pie. Y el señor rey, con las galeras, estaba escala en tierra en la isla dels Conills (763). Y la tempestad duró ocho días, en los que ninguno de sus hombres pudo acercarse; y luego calmó el temporal, y ahora llegaba una galera al puerto de Maó, y luego dos, y luego tres, unas veces una nave, otras dos, y todas se acercaban en cuanto podían. Y cuando el señor rey vio que ya habían llegado unos doscientos caballos armados empezó a desembarcarlos y a hacer salir a toda su gente a tierra. Y el almojarife, que vio con qué ejército llegaba, se retiró al castillo de Maó, y allí reunió todo su ejército.
Y cuando el señor rey vio que ya disponía de cuatrocientos caballos armados y parte de los almogávares, dijo al almirante y a los otros ricoshombre que iría, que ya no quería esperar a más gente. Y el almirante y los otros le rogaron encarecidamente que no fuera, sino que esperase a toda la flota y todos sus caballeros; y él dijo que era un invierno muy duro, y que las gentes sufrían grandes privaciones, y que él no quería soportarlo. Y así, fue a donde se encontraba el almojarife, con todo su ejército, y desembarcó en orden de batalla en una hermosa llanura que hay cerca del mencionado castillo de Maó; y cuando las huestes se encontraron cerca la una de la otra, el señor rey atacó ordenadamente con toda su gente, y el almojarife igualmente contra el señor rey. Y la batalla fue muy cruel, ya que los hombres de la isla eran buenos hombres de armas, y había buenos caballeros turcos, que el almojarife tenía a sueldo. Y la batalla fue tan cruel y fiera, que todos tenían mucho que hacer; pero el señor rey, que era uno de los mejores caballeros del mundo, espoleaba hacia aquí y hacia allá, y no se le escapaba caballero a quien él pudiese herir de un golpe; así que rompió todas sus armas, excepto la maza, de la que hacía tal uso, que nadie se atrevía a ponérsele delante. Y así, con la gracia de Dios y gracias a sus proezas y a las de sus gentes, venció en la batalla; y el almojarife huyó, y entró en el castillo con veinte de sus parientes; que todos los otros habían muerto. Y el señor rey hizo levantar el campo a sus gentes, y luego fue a sitiar el castillo donde el almojarife se había encerrado.
Y mientras tanto llegó la flota del señor rey; y cuando el almojarife vio el gran ejército del señor rey, le envió sus mensajeros, y le rogó que le concediera su gracia y merced para que a él, con veinte de sus parientes que con él estaban, y a sus esposas y a sus hijos, les dejara ir a Barbaría, únicamente con sus ropas y comida para llegar; y él le rendiría el castillo de Maó y la villa de Ciutadella (764). Y el señor rey, a fin de poder tomar toda la isla sin más problemas, se lo otorgó; y el almojarife le rindió el castillo (765), y la villa de Ciutadella y todos los otros lugares de la isla, y le dio todo el tesoro que poseía. Y el señor rey fletó (766) una nave tripulada de genoveses que había atracado en el puerto de Maó por casualidad, ya que iba a Ivissa a cargar sal; y el señor rey hizo embarcar al almojarife en aquella nave, acompañado de cien personas, entre hombres, mujeres y niños, y pagó la nave, y les entregó mucha comida. Y zarparon del puerto con tan mala fortuna que sufrieron una tempestad y embarrancaron en Barbaría, y no se pudo salvar nadie. Y así podéis ver como nuestro Señor, cuando quiere destruir una nación de gentes, cuan fácilmente lo hace; por lo que todos debemos protegernos de su ira. Que la rueda de la fortuna veis como cambió de golpe contra el almojarife y su linaje, siendo así que tenían señoría de aquella isla desde hacía más de mil años.
Y cuando el señor rey hubo enviado al almojarife, fuese a Ciutadella, e hizo prender a todas las mujeres y los niños de toda la isla, y a los hombres que habían quedado vivos, que eran muy pocos, ya que en la batalla habían muerto todos. Y cuando las mujeres y los niños y los hombres de la isla fueron apresados, eran entre todos unas cuarenta mil personas y las hizo entregar a todas a En Ramon Calvet, un hombre honrado de Lleida, al que nombró jefe y mayor para venderlos. Y este tomó otros oficiales a su mando; y envió la mayor parte de prisioneros a Mallorca, y luego también envió otros a Sicília, y a Catalunya, y a otras partes; y en cada uno de estos lugares se celebró mercado público, tanto de las personas como de las ropas que les fueron encontradas. Y cuando esto fue dispuesto, el señor rey ordenó que en el puerto de Maó se construyese una villa muy bien amurallada, y nombró procurador de la isla a En Pere de Llibià, un honrado ciudadano de Valencia, y le dio todo el poder para que pudiese conceder toda la isla a pobladores, y que repoblase la isla con buena gente. Y seguro que lo hizo así, ya que la isla de Menorca está poblada de buena gente catalana de tal forma, como ningún otro lugar lo pueda estar.
Y cuando el señor rey hubo dispuesto en la isla a todos los oficiales, y hubo ordenado la repoblación, de la que fue jefe y capitán el mencionado Pere de Llibià, que era un prohombre muy sabio, partió de Menorca, y regresó a Mallorca, donde se le hizo gran fiesta a su llegada. Y visitó toda la isla de Mallorca, con el almirante, y con En Guillem d'Anglerola y otros ricoshombre que con él iban. Y luego partió de Mallorca, y envió toda la flota a Catalunya, con el almirante; y el señor rey, con cuatro galeras, puso rumbo a Ivissa para visitarla; donde igualmente se le hizo gran fiesta, y donde permaneció cuatro días. Y luego fue a Catalunya, y tomó tierra en Salou; y de Salou fue a Barcelona donde se encontró con el almirante que ya había tomado tierra con toda su flota.
Y el almirante se despidió de él y regresó a Sicília; y en el viaje de regreso, le asaltó una gran tempestad en el golfo del Lleó, que hizo que todas sus galeras se dispersaran, y hubo quienes aparecieron en Barbaría, y otros en Sardenya, y otros en Principat. Y el mismo almirante se encontró en grandes dificultades, sin embargo con la ayuda de Dios, que muchas otras veces le había ayudado, lo protegió y lo condujo a Tràpena sano y salvo, y luego al cabo de pocos días, recobró todas sus galeras. Y cuando todas estuvieron reunidas en Tràpena, fueron a Messina, en donde encontró al señor rey y a toda la gente, quienes le hicieron gran fiesta en Messina; y desarmó, y siguió a la corte del señor rey, de forma que el señor rey de Sicília no hacía nada que él no supiese. Y vivieron en gran alegría y solaz, visitando y costeando toda Calabria, y el Principat de Tàranto, y la tierra de Otrento y los lugares que tenían en Principat.
Y ahora dejaré de hablaros del señor rey de Sicília, y volveré a hablaros del señor rey de Aragón.
NOTAS
Y cuando el señor rey vio que ya disponía de cuatrocientos caballos armados y parte de los almogávares, dijo al almirante y a los otros ricoshombre que iría, que ya no quería esperar a más gente. Y el almirante y los otros le rogaron encarecidamente que no fuera, sino que esperase a toda la flota y todos sus caballeros; y él dijo que era un invierno muy duro, y que las gentes sufrían grandes privaciones, y que él no quería soportarlo. Y así, fue a donde se encontraba el almojarife, con todo su ejército, y desembarcó en orden de batalla en una hermosa llanura que hay cerca del mencionado castillo de Maó; y cuando las huestes se encontraron cerca la una de la otra, el señor rey atacó ordenadamente con toda su gente, y el almojarife igualmente contra el señor rey. Y la batalla fue muy cruel, ya que los hombres de la isla eran buenos hombres de armas, y había buenos caballeros turcos, que el almojarife tenía a sueldo. Y la batalla fue tan cruel y fiera, que todos tenían mucho que hacer; pero el señor rey, que era uno de los mejores caballeros del mundo, espoleaba hacia aquí y hacia allá, y no se le escapaba caballero a quien él pudiese herir de un golpe; así que rompió todas sus armas, excepto la maza, de la que hacía tal uso, que nadie se atrevía a ponérsele delante. Y así, con la gracia de Dios y gracias a sus proezas y a las de sus gentes, venció en la batalla; y el almojarife huyó, y entró en el castillo con veinte de sus parientes; que todos los otros habían muerto. Y el señor rey hizo levantar el campo a sus gentes, y luego fue a sitiar el castillo donde el almojarife se había encerrado.
Y mientras tanto llegó la flota del señor rey; y cuando el almojarife vio el gran ejército del señor rey, le envió sus mensajeros, y le rogó que le concediera su gracia y merced para que a él, con veinte de sus parientes que con él estaban, y a sus esposas y a sus hijos, les dejara ir a Barbaría, únicamente con sus ropas y comida para llegar; y él le rendiría el castillo de Maó y la villa de Ciutadella (764). Y el señor rey, a fin de poder tomar toda la isla sin más problemas, se lo otorgó; y el almojarife le rindió el castillo (765), y la villa de Ciutadella y todos los otros lugares de la isla, y le dio todo el tesoro que poseía. Y el señor rey fletó (766) una nave tripulada de genoveses que había atracado en el puerto de Maó por casualidad, ya que iba a Ivissa a cargar sal; y el señor rey hizo embarcar al almojarife en aquella nave, acompañado de cien personas, entre hombres, mujeres y niños, y pagó la nave, y les entregó mucha comida. Y zarparon del puerto con tan mala fortuna que sufrieron una tempestad y embarrancaron en Barbaría, y no se pudo salvar nadie. Y así podéis ver como nuestro Señor, cuando quiere destruir una nación de gentes, cuan fácilmente lo hace; por lo que todos debemos protegernos de su ira. Que la rueda de la fortuna veis como cambió de golpe contra el almojarife y su linaje, siendo así que tenían señoría de aquella isla desde hacía más de mil años.
Y cuando el señor rey hubo enviado al almojarife, fuese a Ciutadella, e hizo prender a todas las mujeres y los niños de toda la isla, y a los hombres que habían quedado vivos, que eran muy pocos, ya que en la batalla habían muerto todos. Y cuando las mujeres y los niños y los hombres de la isla fueron apresados, eran entre todos unas cuarenta mil personas y las hizo entregar a todas a En Ramon Calvet, un hombre honrado de Lleida, al que nombró jefe y mayor para venderlos. Y este tomó otros oficiales a su mando; y envió la mayor parte de prisioneros a Mallorca, y luego también envió otros a Sicília, y a Catalunya, y a otras partes; y en cada uno de estos lugares se celebró mercado público, tanto de las personas como de las ropas que les fueron encontradas. Y cuando esto fue dispuesto, el señor rey ordenó que en el puerto de Maó se construyese una villa muy bien amurallada, y nombró procurador de la isla a En Pere de Llibià, un honrado ciudadano de Valencia, y le dio todo el poder para que pudiese conceder toda la isla a pobladores, y que repoblase la isla con buena gente. Y seguro que lo hizo así, ya que la isla de Menorca está poblada de buena gente catalana de tal forma, como ningún otro lugar lo pueda estar.
Y cuando el señor rey hubo dispuesto en la isla a todos los oficiales, y hubo ordenado la repoblación, de la que fue jefe y capitán el mencionado Pere de Llibià, que era un prohombre muy sabio, partió de Menorca, y regresó a Mallorca, donde se le hizo gran fiesta a su llegada. Y visitó toda la isla de Mallorca, con el almirante, y con En Guillem d'Anglerola y otros ricoshombre que con él iban. Y luego partió de Mallorca, y envió toda la flota a Catalunya, con el almirante; y el señor rey, con cuatro galeras, puso rumbo a Ivissa para visitarla; donde igualmente se le hizo gran fiesta, y donde permaneció cuatro días. Y luego fue a Catalunya, y tomó tierra en Salou; y de Salou fue a Barcelona donde se encontró con el almirante que ya había tomado tierra con toda su flota.
Y el almirante se despidió de él y regresó a Sicília; y en el viaje de regreso, le asaltó una gran tempestad en el golfo del Lleó, que hizo que todas sus galeras se dispersaran, y hubo quienes aparecieron en Barbaría, y otros en Sardenya, y otros en Principat. Y el mismo almirante se encontró en grandes dificultades, sin embargo con la ayuda de Dios, que muchas otras veces le había ayudado, lo protegió y lo condujo a Tràpena sano y salvo, y luego al cabo de pocos días, recobró todas sus galeras. Y cuando todas estuvieron reunidas en Tràpena, fueron a Messina, en donde encontró al señor rey y a toda la gente, quienes le hicieron gran fiesta en Messina; y desarmó, y siguió a la corte del señor rey, de forma que el señor rey de Sicília no hacía nada que él no supiese. Y vivieron en gran alegría y solaz, visitando y costeando toda Calabria, y el Principat de Tàranto, y la tierra de Otrento y los lugares que tenían en Principat.
Y ahora dejaré de hablaros del señor rey de Sicília, y volveré a hablaros del señor rey de Aragón.
NOTAS
763. Illa dels Conills o del Hospital o del Rei. Islote dentro del puerto de Maó.
764. Ciudad de Menorca. En castellano Ciudadela.
765. Curiosamente Muntaner no cita la festividad en que el rey Alfons toma posesión de Menorca. Fue el 17 de enero, día de San Antonio Abad, de 1287.
766. Fletar. Tomar a flete. Alquilar una nave.
1 comentari:
Lo que nos cuenta hoy el amigo Ramón sí que nos hace dudar de las buenas intenciones divinas. ¿Estará el Sumo Arquitecto Universal del lado del temible monarca?, je, je...
En cuanto a lo de la esclavitud de los isleños... ¡el viejo tema de siempre! Aquí, en esta otra isla, otro tipo de esclavitud -"mercantil" y camuflada- esta causando el crecimiento a marchas forzadas de la extrema derecha inglesa. ¡Qué pena, leche! ¡Menos mal que en Brighton estamos a salvo!
Sahha, Julio, y gracias nuevamente.
Daniel.
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