1libro1euro

1 Libro = 1 Euro ~ Save The Children

traductor

Charles Darwin quotation

Ignorance more frequently begets confidence than does knowledge: it is those who know little, and not those who know much, who so positively assert that this or that problem will never be solved by science

Jean-Baptiste Colbert quotation

L'art de l'imposition consiste à plumer l'oie pour obtenir le plus possible de plumes avec le moins possible de cris

Somebody quotation

El miedo es la via perfecta hacia el lado oscuro. El miedo lleva a Windows, Windows a la desesperacion, esta al odio hacia Bill Gates y ese odio lleva a LINUX

Vares Velles

Vares Velles
Al Tall

Això és Espanya (vara seguidilla) per Al Tall

dijous, 5 de març del 2009

Crònica de Ramon Muntaner (CLXXIII)

En aquest capítol Muntaner ens narra la tornada d'Alfons a Barcelona i les negociacions amb el rei d'Anglaterra per casar el rei aragonès amb la filla del rei anglès Eduard, Leonor.

Ja ho sé que aquestes negociacions sempre resulten complicades, però... hi han uns quants anys que se m'escapen.

Si la conquista de Menorca ha estat a principis del 1287, i Alfons cau malalt i mor en juny de 1291, abans de poder celebrar el matrimoni convingut, significa que les negociacions han durat aproximadament quatre anys.

A tot això, continua la guerra interna a Castella, entre els partidaris dels infants de la Cerda i els de Sanxo el Bravo, auspiciada pel rei d'Aragó.

En fi, aquesta és la narració.


CLXXIII


Cuando el señor rey de Aragó llegó a Barcelona, se le hizo gran fiesta, y fue visitando todos sus reinos. Y cuando llegó a Aragón, se entrevistó con don Alfonso de Castilla y con don Ferrando, su hermano; y les concedió muchos dones, y comprobó que estaban muy bien, y que llevaban sin problemas la guerra contra su tío el rey don Sanxo, y cada día ganaban nuevas tierras. Y así fue visitando todas las fronteras. Y llegaron embajadores expresamente del papa, y del rey de França, y del rey de Anglaterra, para negociar la paz entre ellos; y el rey de Anglaterra pilotaba estas negociaciones, porque pretendía que el matrimonio entre el rey de Aragón y su hija se celebrase al año siguiente; por lo que hacía toda la presión que podía. Y en verdad, lo mismo hacía el rey Carles, porque lo había prometido y jurado. De forma que tanto insistieron el rey Carles y el rey de Anglaterra, que el papa envió un cardenal a Proença, a Tarascó, a la presencia del rey Carles, para negociar la paz con el señor rey de Aragó; y una vez se encontraron en Tarascó enviaron sus emisarios al señor rey de Aragó, para que les enviase embajadores con los que negociar la paz.

Y el señor rey, con el ánimo de preparar dichas negociaciones, acudió a Barcelona; y en cuanto llegó a Barcelona, convocó cortes, para que todos acudieran a fecha cierta en Barcelona. Tal como lo ordenó, así se cumplió; y la corte fue convocada, y se reunieron en el palacio real. Entonces él les explicó como el rey Carles y el cardenal se encontraban en Tarascó, y que lo requerían para que enviase embajadores que negociasen la paz con ellos; y él no quería hacer nada contra el consejo de sus barones, y caballeros, y ciudadanos, y prohombres de las villas; y así, que acordasen entre ellos, los ricoshombre, y caballeros, y ciudadanos, y villanos qué era lo que debían negociar los embajadores cuando llegaran; y qué poderes llevarían; y así lo que ellos decidieran, lo tendrían por firme el señor rey y todo el mundo. Y antes de que partiesen, se acordó que los embajadores fueran doce, a saber, dos ricoshombre, y cuatro caballeros, y dos sabios, y dos ciudadanos y dos villanos; y se dispuso cuantos compañeros y escuderos debía llevar cada uno. Y tal como se acordó así se cumplió y se realizó; y después de esto, dieron poder a cuarenta, entre ricoshombre, caballeros, ciudadanos y villanos, para que pudieran negociar y disponer estos asuntos; y además se ordenó que no partiese ningún hombre de Barcelona hasta que los mensajeros hubieran ido y regresado de Tarascó, para que todos supiesen lo que se había acordado; y así se otorgó. Y una vez otorgado esto, los cuarenta se reunían dos veces cada día, en la casa de los Predicadores , y discutían y acordaban sobre todos los asuntos; y tal como lo iban acordando, lo presentaban al señor rey, y él corregía aquello que podía mejorarse, demostrando lo muy buen y sabio caballero que era, y que tenía la voluntad rebosante de verdadera caridad, justicia y toda otra sabiduría.

Y cuando los mensajeros fueron elegidos, y aleccionados en la forma en que debían acudir, en honor del señor rey y de todos sus reinos, les fueron entregados los capítulos y los poderes. Y fueron gentilmente ataviados y se les dio un mayordomo tal como correspondía a su rango; y partieron de Barcelona, y entre sus caballos, y los de sus acompañantes, y los de los escuderos, y las acémilas, conducían un centenar de caballos. Y todos los embajadores eran buenos y sabios. Y siguiendo su camino llegaron a Tarascó. Y el señor rey permaneció en Barcelona con toda la corte, y si nunca se vieron juegos y distracciones, tanto de tablas redondas, como de competiciones de tiro, como de cabalgatas con armas, y de justar, y danzas de caballeros, y de ciudadanos, y de villanos y de cada gremio de la ciudad (que se esforzaban en alegrar y llenar de gozo las fiestas) entonces lo hubieseis podido ver, ya que nadie pensaba más que en divertirse y alegrarse, y en hacer todo lo que contentase a Dios y al señor rey. Y cuando los embajadores llegaron a Tarascó, fueron bien recibidos por el rey Carles, y por el cardenal, y por los embajadores del rey de França, y especialmente por los embajadores del rey de Anglaterra.

Y quien quiera saber los nombres de los embajadores, y todo lo que el cardenal les dijo de parte del santo padre, e incluso más, lo que ellos le respondieron, y todo lo que sucedió desde su partida, pueden acudir a la gesta que escribió En Galceran de Vilanova, y allá lo encontrará todo por su orden, e incluso lo que entre otros respondió En Maimon de Castellaulí, que era uno de los embajadores del señor rey de Aragón. Y si alguien me pregunta por qué cito a En Maimon de Castellaulí, y no a los otros, os diré que hago esto, ya que respondió más varonilmente, y más caballerosamente que ningún otro; y si se consiguió alguna cosa fue por sus palabras. Y no necesito decir nada más; las negociaciones duraron mucho tiempo, y al fin se despidieron, y regresaron con lo que habían acordado. Y encontraron al señor rey en Barcelona, y allí, ante toda la corte, explicaron su embajada, que había sido tal que tanto el señor rey como todo su consejo quedaron muy satisfechos. De modo que la paz había sido por fin acordada, tan honrada y tan buena como necesitaba el señor rey y sus gentes, e incluso con gran honor del señor rey de Sicília; y así, el matrimonio entre la infanta hija del rey de Anglaterra y el citado señor rey de Aragó debía celebrarse en breves días.

Pero nuestro señor verdadero Dios quiso modificar todo cuanto se había acordado. Y ya podéis entender todos vosotros que nuestro señor verdadero Dios es verdadera rectitud y verdadera verdad; por lo que nadie sabe ni puede entender sus secretos, y aunque alguien piense, por sus flojas entendederas, que algunas cosas de las que Dios hace son para mal, puede estar convencido que siempre se trocarán en gran bien. Por lo que nadie se debe preocupar de nada de lo que Dios haga; de modo que es necesario que en este punto tomemos cada uno las cosas con gran calma, y alabemos y demos gracias a Dios por todo lo que nos concede.

Porque, cuando mayor era la fiesta en Barcelona, y más alegría, y más distracciones habían, plugo a Dios que el señor rey N'Anfòs enfermase de un bulto que le salió en el muslo, en la entrepierna. Y esto no le impidió tirar en competición, ni cabalgar con armas, pues era uno de los más valientes en cualquier lance de armas que hubiera en el mundo. Y así, despreciando aquel bulto, enfermó de fiebre; y ésta fue tan elevada durante diez días, que cualquier otro hombre hubiera muerto.


NOTAS


767. Predicadores. Dominicos.