Frederic de Sicília assetja Salern i Gaeta i desembarca en Ischia, (recordeu aquella magnífica comèdia de Billy Wilder, Avanti?). La guerra va apropant-se a Nàpols.
CLXV
Y cuando hubo visitado Castellabat, puso rumbo a Salern; y entonces hubierais podido contemplar grandes gritos de alerta, que parecía que el mundo se viniese abajo. De modo que el almirante encaró a tierra la popa, junto a los escollos que hay frente al centro de la ciudad; y desde allí, con las ballestas, los ballesteros causaban gran daño. Y allí permanecieron todo aquel día y noche, y a la mañana siguiente, partiendo de Salern, navegaron toda la costa de Amalfa ; donde el almirante desembarcó almogávares que quemaron y saquearon muchos lugares que se habían reconstruido luego de haber sido arrasados por En Bernat de Sarrià. Y partiendo de allí puso rumbo a Nàpols.
Y en Nàpols hubierais visto repicar campanas, y salir caballería, y era una gran maravilla la cantidad de gente que salió a la mar. Sin embargo no había bastante gente, ni caballeros ni peones, para obligar al almirante a retirar las naves y taridas y galeras que tenía en el muelle. Y así permanecieron frente a la ciudad tres días; y luego hicieron la ruta de Iscle, y allí el rey bajó a tierra y pasó revista al castillo y a la villa, y una vez pasada revista quedó muy satisfecho. Y luego partió de Iscle, y puso rumbo a Gaieta; y en Gaieta sacó los caballos y toda la gente a tierra, y sitió la ciudad por mar y por tierra, y montó cuatro trabucos, que a todas horas disparaban contra la ciudad. Y probablemente la hubiera conquistado, pero dos días antes de llegar, habían entrado mil hombres del rey Carles a caballo, quienes defendieron bravamente la ciudad. ¿Qué os diré? El asedio se mantuvo muy duro, y apretaban de tal modo la ciudad, que los sitiados bastante mala ventura tenían. Y mientras, los del señor rey de Sicília corrían todo el país cada día, llegando incluso hasta cuatro jornadas tierra adentro, y hacían las más reales cabalgadas del mundo consiguiendo gran botín, tanto de prisioneros como de ropas, y de oro y de plata, que ganaban en las villas y caseríos que quemaban y saqueaban. Y conseguían tantos rebaños, que en la hueste se mataba un buey únicamente por su cuero, y un cordero sólo por su hígado; de modo que tanta abundancia había de todo tipo de carne, que cualquiera podría preguntarse qué tierra podría ser suficiente para tantos rebaños como consumía aquella hueste.
Y así dejaré de hablaros del señor rey de Sicília, que se encuentra asediando la ciudad de Gaieta, y volveré a hablaros del señor rey N'Anfòs de Aragón.
NOTAS
Y en Nàpols hubierais visto repicar campanas, y salir caballería, y era una gran maravilla la cantidad de gente que salió a la mar. Sin embargo no había bastante gente, ni caballeros ni peones, para obligar al almirante a retirar las naves y taridas y galeras que tenía en el muelle. Y así permanecieron frente a la ciudad tres días; y luego hicieron la ruta de Iscle, y allí el rey bajó a tierra y pasó revista al castillo y a la villa, y una vez pasada revista quedó muy satisfecho. Y luego partió de Iscle, y puso rumbo a Gaieta; y en Gaieta sacó los caballos y toda la gente a tierra, y sitió la ciudad por mar y por tierra, y montó cuatro trabucos, que a todas horas disparaban contra la ciudad. Y probablemente la hubiera conquistado, pero dos días antes de llegar, habían entrado mil hombres del rey Carles a caballo, quienes defendieron bravamente la ciudad. ¿Qué os diré? El asedio se mantuvo muy duro, y apretaban de tal modo la ciudad, que los sitiados bastante mala ventura tenían. Y mientras, los del señor rey de Sicília corrían todo el país cada día, llegando incluso hasta cuatro jornadas tierra adentro, y hacían las más reales cabalgadas del mundo consiguiendo gran botín, tanto de prisioneros como de ropas, y de oro y de plata, que ganaban en las villas y caseríos que quemaban y saqueaban. Y conseguían tantos rebaños, que en la hueste se mataba un buey únicamente por su cuero, y un cordero sólo por su hígado; de modo que tanta abundancia había de todo tipo de carne, que cualquiera podría preguntarse qué tierra podría ser suficiente para tantos rebaños como consumía aquella hueste.
Y así dejaré de hablaros del señor rey de Sicília, que se encuentra asediando la ciudad de Gaieta, y volveré a hablaros del señor rey N'Anfòs de Aragón.
NOTAS
748. Costa norte del golfo de Salerno, donde se encuentra la ciudad de Amalfi
2 comentaris:
Uuuummmm, una forma más de saqueo capitalista contemporáneo. Me recuerda al toque ladrón de ingleses y americanos en tierras donde no pintan nada, je, je.
¡Lo del buey y los corderos iene su gracia!
Sahha y Wilder, amigo.
Daniel.
Tienes razón, así acabamos en las grandes praderas con los bisontes.
Como nuevos ricos.
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