I del Magrib a València. Hi ha que continuar preparant el duel amb Carles d'Anjou.
Encara que els intervinents seran 100 en preselecciona 150, per si de cas (com fem ara en les seleccions d'equips esportius). Lloc de concentració: Jaca.
Encara que els intervinents seran 100 en preselecciona 150, per si de cas (com fem ara en les seleccions d'equips esportius). Lloc de concentració: Jaca.
LXXXVI
Y así el señor rey permaneció aquel día en Alcoll y refrescó a la gente; y de noche se puso en mar, y con la brisa tuvo buen tiempo. E hizo la ruta de Cabrera (460); y cuando llegó a Cabrera cargó agua. Y después hizo la ruta de Ivissa; y luego, de Ivissa, fue al puerto de Cullera, y allí desembarcó; y el gozo y la alegría se extendió por Cullera. Y de Cullera mandaron correos a madona la reina y a todos los infantes, que estaban en Saragossa; y por todas partes, en cuanto se conocían las noticias, hacían procesiones y luminarias, y alababan a Dios, que lo había retornado sano y alegre.
Y en cuanto llegó a Cullera, se acercó a Algesira (461), donde permaneció dos días; y después se vino a la ciudad de Valencia. Y no me preguntéis sobre la fiesta que allí se celebró; que de todas cuantas fiestas os haya contado que en Valencia hubiesen por cualquier motivo, no hubo ninguna que se le asemejara.
¿Qué os diré? Aunque hiciese fiesta, el señor pensaba en sus asuntos, especialmente en el de la batalla, que en ningún momento del día ni de la noche abandonaba. Y de inmediato ordenó que se enviasen cartas a los que él había dispuesto que con él entrasen en la batalla; que él los tenía por escrito, que durante la travesía los había pensado y escrito. Y dio aquella lista a sus escribanos para que hiciesen cartas a todos de su parte, que, a día cierto, estuviesen preparados en Jaca (462), tal como debían entrar en el campo. Y tal como él lo mandó, así se hizo; y los correos fueron a todas partes. Y había elegido, por cien que necesitaba, ciento cincuenta, para que si alguien enfermaba, en cualquier momento pudiera elegir los cien, y con los cien ir a Bordeu. Y así, cada cual se preparó tal como debía entrar en el campo, que nadie conocía que se habían escrito más de cien cartas, sino el señor rey y dos escribanos, que en secreto, escribieron las cartas con sus propias manos, a los que el señor rey mandó, bajo pena de su persona, que lo mantuvieran en secreto, y que nadie supiera que había más de cien. Y esto hizo el señor rey con gran sabiduría, que si fuese conocido que había escrito más cartas, cada uno dudaría si era él el que el señor rey quería que entrase en el campo, y de esta forma no se prepararía tan bien ni con tanto coraje como lo hiciera si estaba seguro que era uno de los cien.
NOTAS
Y en cuanto llegó a Cullera, se acercó a Algesira (461), donde permaneció dos días; y después se vino a la ciudad de Valencia. Y no me preguntéis sobre la fiesta que allí se celebró; que de todas cuantas fiestas os haya contado que en Valencia hubiesen por cualquier motivo, no hubo ninguna que se le asemejara.
¿Qué os diré? Aunque hiciese fiesta, el señor pensaba en sus asuntos, especialmente en el de la batalla, que en ningún momento del día ni de la noche abandonaba. Y de inmediato ordenó que se enviasen cartas a los que él había dispuesto que con él entrasen en la batalla; que él los tenía por escrito, que durante la travesía los había pensado y escrito. Y dio aquella lista a sus escribanos para que hiciesen cartas a todos de su parte, que, a día cierto, estuviesen preparados en Jaca (462), tal como debían entrar en el campo. Y tal como él lo mandó, así se hizo; y los correos fueron a todas partes. Y había elegido, por cien que necesitaba, ciento cincuenta, para que si alguien enfermaba, en cualquier momento pudiera elegir los cien, y con los cien ir a Bordeu. Y así, cada cual se preparó tal como debía entrar en el campo, que nadie conocía que se habían escrito más de cien cartas, sino el señor rey y dos escribanos, que en secreto, escribieron las cartas con sus propias manos, a los que el señor rey mandó, bajo pena de su persona, que lo mantuvieran en secreto, y que nadie supiera que había más de cien. Y esto hizo el señor rey con gran sabiduría, que si fuese conocido que había escrito más cartas, cada uno dudaría si era él el que el señor rey quería que entrase en el campo, y de esta forma no se prepararía tan bien ni con tanto coraje como lo hiciera si estaba seguro que era uno de los cien.
NOTAS
460. Isla de las Baleares.
461. Alzira. Ribera Alta. Valencia.
462. Ciudad de Huesca en los Pirineos.
2 comentaris:
Vivian obsesionados en sus batallas y ampliación de dominios...
Querida Lola, te olvidas de que esta narración lo que cuenta es un reto personal, un duelo en campo cerrado, Carles-Pere, con cien caballeros a cada lado. En teoría, quien gane este duelo gana la guerra, lo cual sería un adelanto. Imáginate que pudiéramos hacer esto en este momento. Y que sirviera para algo.
Eran los tiempos en que los caballeros tenían prestigio (bastante antes del momento en que Cervantes escribe su epílogo triste, El Quijote)
Pero también observamos que ya hacían trampa. Si la historia es cierta, y nada nos permite ponerla en duda, Pere, hizo honor a las reglas de caballería y se metió en la boca del lobo, para no ser tenido por felón (follón se dice en el Quijote) y cobarde.
Besos
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