Arribada a Palerm de la reina Constança i els infants Jaume (futur Jaume II el Just) i Frederic (futur Frederic II de Sicília). Curiosa, si més no, la comparació amb els tres reis mags.
XCVI
Cuando las naves y las galeras y los leños armados hubieron zarpado, aquel señor que guió a los tres Reyes y les envió la estrella a la que seguían, del mismo modo envió Dios a estas tres personas estrella de su gracia, esto es, a madona la reina, y al señor infante En Jacme y al señor infante En Frederic. Y así son tres personas que podéis comparar a los tres reyes que acudieron a adorar a Jesucristo, de los cuales uno se llamaba Baltasar, otro Melquior, y otro Gaspar. Que podríamos comparar a madona la reina con Baltasar, quien fue el más devoto hombre que jamás naciese, y el más gracioso a Dios y al mundo; que desde madona santa María a estos tiempos no nació más devota mujer, ni más santa, ni más graciosa que madona la reina. Y al señor infante En Jacme podéis comparar con Melquior, quien fue el más justo hombre de justicia, y de cortesía y de verdad que nunca naciese, salvo Jesucristo; y así el señor infante En Jacme se le puede comparar, que todas estas bondades, y muchas más posee. Y al infante En Frederic se le puede comparar a Gaspar, que era joven y mozo, y el más hermoso hombre del mundo, y sabio y recto. Así pues, tal como Dios quiso guiar a estos tres reyes, del mismo modo guiará a estas tres personas y a todos los que con ellos vayan, y a ellos están o estarán sometidos. Y en aquel momento, en vez de la estrella Dios les dio buen viento, tal como rogaban por su boca; y no les desamparó hasta que, sanos y salvos y alegres, entraron en el puerto de Palerm.
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