Ens trobem a mitjans de l'any 1284. La guerra és imminent.
L'aliança dels regnes de França, Nàpols i els Estats Pontificis, la col·laboració del regne de Navarra, com veurem al pròxim capítol, del regne de Mallorca (segons Muntaner aconsellada pel mateix Pere per tal d'evitar una invasió francesa dels territoris catalans transpirenaics que seria irreversible) i de la república de Gènova, converteix la defensa del territori hispànic en una quimera.
Pere convoca corts a Saragossa i es prepara per a la batalla.
L'aliança dels regnes de França, Nàpols i els Estats Pontificis, la col·laboració del regne de Navarra, com veurem al pròxim capítol, del regne de Mallorca (segons Muntaner aconsellada pel mateix Pere per tal d'evitar una invasió francesa dels territoris catalans transpirenaics que seria irreversible) i de la república de Gènova, converteix la defensa del territori hispànic en una quimera.
Pere convoca corts a Saragossa i es prepara per a la batalla.
CX
Cuando el señor rey de Aragó hubo escuchado la gran victoria de la batalla de los condes (que así se llamó, y se llamará siempre, ya que participaron muchos condes en ella) y la de la batalla de Agosta, y lo que En Vilaragut había hecho, sintió gran alegría y satisfacción, y alabó y bendijo a Dios por la gracia que le concedía. Y empezó a ordenar sus asuntos; pero cuando hubo oído lo que los mensajeros que había enviado al papa y al rey de França, le comunicaron, pensó que no era ningún juego que dos ejércitos tan grandes se preparasen para venir contra su tierra, teniendo en cuenta además la cruzada que el papa había dictado para que otros ejércitos se les añadieran. De modo que hizo convocar cortes en Saragossa, con todos los aragoneses; y cuando estuvo reunida la corte, el señor rey les dijo muy buenas palabras, y les relató la gracia que Dios le había concedido en la batalla de los condes. Que la galera hacía días que estaba anclada en Barcelona, y le había traído tales nuevas; y enseguida el señor rey le ordenó que regresara, y le envió a decir al señor infante lo que debía hacer con los condes y los barones y los caballeros que mantenía presos. Y sobre esto no hace falta que me extienda, ya que el señor rey era tan sabio, que siempre eligió lo mejor entre lo que debía hacerse; y se hizo lo que él ordenó, y no otra cosa. Y le fue muy grato lo que madona la reina había hecho con la gente menuda.
Y una vez se lo hubo narrado todo, también les relató lo de Agosta, y lo que En Berenguer de Vilaragut había hecho. Y tras haberles contado todo esto y haberles dicho muy buenas palabras que hacían al caso, les contó lo que los mensajeros habían dicho ante el papa, y lo que los del rey de França le habían dicho, y cómo el papa había dictado sentencia contra él y sus aliados, y cómo había hecho donación de su tierra a su sobrino Carlot, hijo del rey de França; y también, cómo el rey de França se preparaba por mar y por tierra, y había jurado que a partir de un año contado desde aquel abril, entraría con todo su ejército en Catalunya. De modo que requería a ricoshombre, prelados, caballeros, ciudadanos, villas y castillos para que todo el mundo le proporcionase consejo y ayuda.
Y en cuanto les hubo dicho esto, se levantaron los que tenían que responder, y le dijeron que habían entendido perfectamente lo que había explicado, y que alababan y bendecían a Dios por el honor y la victoria que Dios les había concedido, y que se sentían muy disgustados de lo que el santo padre apostólico había decidido y hecho en su contra, e igualmente del rey de França. Sin embargo confiaban en Dios que los ayudaría, ya que él y sus gentes tenían pleno derecho, y por tanto Dios, que es verdadera verdad y rectitud y justicia, le sería su aliado, y confundiría a los que con tanta soberbia y orgullo contra él venían. Y que ellos se ofrecían a ayudarle y a valerle, mientras vida y dinero y hombres les quedara; y que se encontraban dispuestos a morir y matar a todos los que contra él viniesen; y le rogaban y le pedían la merced de que estuviese alegre y reconfortado, de modo que todas sus gentes se alegrasen y se reconfortasen; y que fortificase su tierra, especialmente las fronteras con el rey de França; y que mandase construir galeras y preparase todas las cosas que sirviesen para defensa de su reino; y que pensara en las otras fronteras.
- Que, en cuanto a las fronteras de Aragó con Navarra y con Gascunya, nosotros las vigilaremos y las defenderemos de tal modo, si a Dios place, que vos señor, nos lo habréis de agradecer, y los enemigos sabrán que se las tienen que ver con tales gentes, que en mala hora habrán venido.
Y cuando el señor rey oyó la excelente promesa que los barones de Aragó y los caballeros, ciudades, villas y lugares le habían hecho, quedó muy contento y se sintió muy satisfecho de ellos.
Y una vez se lo hubo narrado todo, también les relató lo de Agosta, y lo que En Berenguer de Vilaragut había hecho. Y tras haberles contado todo esto y haberles dicho muy buenas palabras que hacían al caso, les contó lo que los mensajeros habían dicho ante el papa, y lo que los del rey de França le habían dicho, y cómo el papa había dictado sentencia contra él y sus aliados, y cómo había hecho donación de su tierra a su sobrino Carlot, hijo del rey de França; y también, cómo el rey de França se preparaba por mar y por tierra, y había jurado que a partir de un año contado desde aquel abril, entraría con todo su ejército en Catalunya. De modo que requería a ricoshombre, prelados, caballeros, ciudadanos, villas y castillos para que todo el mundo le proporcionase consejo y ayuda.
Y en cuanto les hubo dicho esto, se levantaron los que tenían que responder, y le dijeron que habían entendido perfectamente lo que había explicado, y que alababan y bendecían a Dios por el honor y la victoria que Dios les había concedido, y que se sentían muy disgustados de lo que el santo padre apostólico había decidido y hecho en su contra, e igualmente del rey de França. Sin embargo confiaban en Dios que los ayudaría, ya que él y sus gentes tenían pleno derecho, y por tanto Dios, que es verdadera verdad y rectitud y justicia, le sería su aliado, y confundiría a los que con tanta soberbia y orgullo contra él venían. Y que ellos se ofrecían a ayudarle y a valerle, mientras vida y dinero y hombres les quedara; y que se encontraban dispuestos a morir y matar a todos los que contra él viniesen; y le rogaban y le pedían la merced de que estuviese alegre y reconfortado, de modo que todas sus gentes se alegrasen y se reconfortasen; y que fortificase su tierra, especialmente las fronteras con el rey de França; y que mandase construir galeras y preparase todas las cosas que sirviesen para defensa de su reino; y que pensara en las otras fronteras.
- Que, en cuanto a las fronteras de Aragó con Navarra y con Gascunya, nosotros las vigilaremos y las defenderemos de tal modo, si a Dios place, que vos señor, nos lo habréis de agradecer, y los enemigos sabrán que se las tienen que ver con tales gentes, que en mala hora habrán venido.
Y cuando el señor rey oyó la excelente promesa que los barones de Aragó y los caballeros, ciudades, villas y lugares le habían hecho, quedó muy contento y se sintió muy satisfecho de ellos.
1 comentari:
¡Pues a ver cómo se comportan esos barones!
Un abrazo, amigo, y que tú y tus seres queridos podáis disfrutar de un magnífico, sano y pacífico 2009.
Saha.
Daniel.
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