Ja a casa, Pere convoca corts a Saragossa i a Barcelona, i envia la dona i els fills a Sicília, on, encara que en guerra, es trobaran més segurs que no a Catalunya. Recordem que el papa Martí ha declarat creuada contra el regne d'Aragó, cosa que vol dir que una invasió francesa és imminent. Només conserva amb ell, el major, Alfons, que ja té 26 anys.
Comença el ball de la diplomàcia, ambaixadors al papa i al rei de França, intentant aturar una guerra que sembla inevitable.
Comença el ball de la diplomàcia, ambaixadors al papa i al rei de França, intentant aturar una guerra que sembla inevitable.
XCIV
Cuando el señor infante N'Anfòs, y los ricoshombre, caballeros y prelados se reunieron con el señor rey en Calataiú, sintieron gran placer unos y otros. Y En Domingo de la Figuera y En Bernat de Peratallada les narraron todo lo acaecido; y todos lo tuvieron por un milagro, y alabaron a Dios, que los había salvado. Y así el señor rey, acompañado de todos, acudió a Saragossa; y fue muy grande la fiesta que hicieron madona la reina y los infantes, y toda la gente. De modo que la fiesta fue muy grande, y duró cuatro días, en los que nadie trabajó.
Y cuando acabó la fiesta, ordenó que al segundo día todo el mundo acudiese a parlamento. Y aquel día llegó el noble En Gilabert de Cruïlles desde Bordeu, y trajo todas las cartas que se habían escrito en el campo, selladas por el senescal; y el señor rey y todo el mundo sintieron gran placer de ello. Y les contó lo que el rey de França y el rey Carles habían hecho, cuando supieron como había ocurrido; y como vigilaron durante la noche y se marcharon a la mañana siguiente. Y el señor rey y todos los otros, se rieron bastante.
Y el día que el señor rey había dispuesto, todo el mundo acudió al parlamento. Y cuando estuvieron todos reunidos, el señor rey les predicó, y les dijo muy buenas palabras, y les narró todo lo que había sucedido desde que partió de Port Fangós. Y dijo cómo había venido para celebrar la batalla, y como le habían fallado; y dio muchas gracias a todos los que en el campo tenían que entrar con él, ya que de tan buen grado habían acudido. Y luego les dijo como pensaba enviar a Sicília a la reina, y al infante En Jacme (489) y al infante En Frederic (49) con ella, por dos motivos. El primero, para que todas las gentes de Sicília sintieran gran alegría, y se mantuvieran todavía más firmes, y por otra parte, estaba seguro que la reina se alegraría mucho; y por tanto, les rogaba que le aconsejaran sobre este tema. Por otra parte, había oído que el papa había emitido sentencia de cruzada contra él; y que el rey de França le había prometido ayuda al rey Carles, cosa de la que él se extrañaba mucho:
- Por las alianzas tan fuertes que hay entre nos y él; por lo que estamos convencidos de que por nada del mundo lo hará. Así que os pido, también, consejo en estos asuntos.
Y luego, el señor rey se sentó.
Y se levantó el arzobispo de Tarragona, y respondió a todo lo que el señor había dicho; y alabó y dio gracias a Dios, que le había salvado de tantos peligros. Y así mismo, respondió respecto al tema de madona la reina que tenía por bueno lo que el señor rey había dicho, sobre que fuese a Sicília con los dos infantes; y expuso muy buenos motivos por lo que esto era conveniente. Y por otra parte, en cuanto al hecho del papa y del rey de França, consideró necesario que se enviaran embajadores sabios y honrados al papa y a todos los cardenales, y otros embajadores al rey de França.
- Y a cada cual les ordenaréis que digan, en vuestro nombre, lo que acordéis con vuestro consejo.
Y cuando hubo terminado el arzobispo, se levantaron ricoshombre de Aragón y de Catalunya, y otros prelados, y caballeros y ciudadanos, y síndicos de las villas y aldeas; y todos abundaron en lo que el arzobispo había dicho, y lo corroboraron. Y después de esto la corte se disolvió con gran alegría y concordia; y el señor rey dio grandes regalos a todos los ciento cincuenta caballeros que habían acudido a Jaca para entrar en la batalla; y les resarció de todo cuanto habían gastado, tanto en caballos, como en arneses, como en el gasto en la ida y el regreso a sus tierras. Así que cada cual se marchó a su tierra contento y alegre del señor rey; y bien debían, que nunca hubo señor que mejor se comportase con sus vasallos como él hizo con todos, de acuerdo con su valor. Asimismo, En Domingo de la Figuera hizo devolver los veintisiete caballos al palafrenero del señor rey. Y el señor rey los regaló aquellos y otros, en total más de doscientos, al resto de ricoshombre y caballeros que habían acudido de Catalunya y Aragón y del reino de Valencia en su honor, aunque no hubieran recibido albarán para entrar en el campo. Así que, ¿qué os diré? Que jamás ningún hombre bueno, que viniese a Jaca, se tuvo por tan contento del señor rey; que a todos dio ricos regalos, y principalmente a los ciento cincuenta caballeros. Y así todos se marcharon contentos y alegres, y cada cual de esta guisa regresó a su tierra.
Y el señor rey se quedó con madona la reina y los infantes en Saragossa. Y después de ocho días, dispuso con madona la reina que acompañada de los infantes, salvo el infante N'Anfòs (491), "que vendrá con nos", partiese hacia Barcelona, y que allá embarcasen. De lo cual madona la reina se alegró mucho por una parte, pero por la otra estaba triste puesto que se alejaba del señor rey. Pero el señor rey le prometió que acudiría tan pronto como pudiera; y esto la consoló. Y así el señor rey partió para Barcelona, y el señor infante N'Anfòs iba con él. Y pasaron por Lleida. Y en todos los sitios era grande la fiesta que se le hacía; y principalmente fue grande la de Barcelona, la mayor que nunca se hiciese; que durante ocho días, a todas horas, todo fueron juegos y bailes.
Y tan pronto como el señor rey llegó a Barcelona, envió mensajeros a todos los barones de Catalunya, y a caballeros, ciudades, y villas para que en el plazo de quince días desde la fecha de las cartas, acudiesen a Barcelona. Y se cumplió como dispuso. Y cuando el señor rey de Mallorca supo que el señor rey estaba en Barcelona, acudió a verlo; y la fiesta que se hicieron ambos hermanos fue muy grande. Y el día que se había fijado la corte, el señor rey hizo reunir la corte general en el palacio real de Barcelona; y dijo todo lo que había dicho en la corte de Saragossa, punto por punto, y se le respondió del mismo modo que en la corte de Saragossa, y así se acordó. Y del mismo modo el señor rey dio muchos regalos y muchas gracias a ricoshombre, caballeros y ciudadanos y villanos; y todos se marcharon muy alegres y satisfechos.
Y el señor rey escogió a mensajeros muy honrados y sabios, y los envió al papa. Y del mismo modo eligió a los que envió al rey de França. Y cuando habían sido elegidos, les hizo dar dinero suficiente para gastos, y les hizo preparar honradamente con todo lo que necesitaban; y les especificó los capítulos y todo lo que debían llevar. Y se despidieron del señor y marcharon en hora buena.
NOTAS
Y cuando acabó la fiesta, ordenó que al segundo día todo el mundo acudiese a parlamento. Y aquel día llegó el noble En Gilabert de Cruïlles desde Bordeu, y trajo todas las cartas que se habían escrito en el campo, selladas por el senescal; y el señor rey y todo el mundo sintieron gran placer de ello. Y les contó lo que el rey de França y el rey Carles habían hecho, cuando supieron como había ocurrido; y como vigilaron durante la noche y se marcharon a la mañana siguiente. Y el señor rey y todos los otros, se rieron bastante.
Y el día que el señor rey había dispuesto, todo el mundo acudió al parlamento. Y cuando estuvieron todos reunidos, el señor rey les predicó, y les dijo muy buenas palabras, y les narró todo lo que había sucedido desde que partió de Port Fangós. Y dijo cómo había venido para celebrar la batalla, y como le habían fallado; y dio muchas gracias a todos los que en el campo tenían que entrar con él, ya que de tan buen grado habían acudido. Y luego les dijo como pensaba enviar a Sicília a la reina, y al infante En Jacme (489) y al infante En Frederic (49) con ella, por dos motivos. El primero, para que todas las gentes de Sicília sintieran gran alegría, y se mantuvieran todavía más firmes, y por otra parte, estaba seguro que la reina se alegraría mucho; y por tanto, les rogaba que le aconsejaran sobre este tema. Por otra parte, había oído que el papa había emitido sentencia de cruzada contra él; y que el rey de França le había prometido ayuda al rey Carles, cosa de la que él se extrañaba mucho:
- Por las alianzas tan fuertes que hay entre nos y él; por lo que estamos convencidos de que por nada del mundo lo hará. Así que os pido, también, consejo en estos asuntos.
Y luego, el señor rey se sentó.
Y se levantó el arzobispo de Tarragona, y respondió a todo lo que el señor había dicho; y alabó y dio gracias a Dios, que le había salvado de tantos peligros. Y así mismo, respondió respecto al tema de madona la reina que tenía por bueno lo que el señor rey había dicho, sobre que fuese a Sicília con los dos infantes; y expuso muy buenos motivos por lo que esto era conveniente. Y por otra parte, en cuanto al hecho del papa y del rey de França, consideró necesario que se enviaran embajadores sabios y honrados al papa y a todos los cardenales, y otros embajadores al rey de França.
- Y a cada cual les ordenaréis que digan, en vuestro nombre, lo que acordéis con vuestro consejo.
Y cuando hubo terminado el arzobispo, se levantaron ricoshombre de Aragón y de Catalunya, y otros prelados, y caballeros y ciudadanos, y síndicos de las villas y aldeas; y todos abundaron en lo que el arzobispo había dicho, y lo corroboraron. Y después de esto la corte se disolvió con gran alegría y concordia; y el señor rey dio grandes regalos a todos los ciento cincuenta caballeros que habían acudido a Jaca para entrar en la batalla; y les resarció de todo cuanto habían gastado, tanto en caballos, como en arneses, como en el gasto en la ida y el regreso a sus tierras. Así que cada cual se marchó a su tierra contento y alegre del señor rey; y bien debían, que nunca hubo señor que mejor se comportase con sus vasallos como él hizo con todos, de acuerdo con su valor. Asimismo, En Domingo de la Figuera hizo devolver los veintisiete caballos al palafrenero del señor rey. Y el señor rey los regaló aquellos y otros, en total más de doscientos, al resto de ricoshombre y caballeros que habían acudido de Catalunya y Aragón y del reino de Valencia en su honor, aunque no hubieran recibido albarán para entrar en el campo. Así que, ¿qué os diré? Que jamás ningún hombre bueno, que viniese a Jaca, se tuvo por tan contento del señor rey; que a todos dio ricos regalos, y principalmente a los ciento cincuenta caballeros. Y así todos se marcharon contentos y alegres, y cada cual de esta guisa regresó a su tierra.
Y el señor rey se quedó con madona la reina y los infantes en Saragossa. Y después de ocho días, dispuso con madona la reina que acompañada de los infantes, salvo el infante N'Anfòs (491), "que vendrá con nos", partiese hacia Barcelona, y que allá embarcasen. De lo cual madona la reina se alegró mucho por una parte, pero por la otra estaba triste puesto que se alejaba del señor rey. Pero el señor rey le prometió que acudiría tan pronto como pudiera; y esto la consoló. Y así el señor rey partió para Barcelona, y el señor infante N'Anfòs iba con él. Y pasaron por Lleida. Y en todos los sitios era grande la fiesta que se le hacía; y principalmente fue grande la de Barcelona, la mayor que nunca se hiciese; que durante ocho días, a todas horas, todo fueron juegos y bailes.
Y tan pronto como el señor rey llegó a Barcelona, envió mensajeros a todos los barones de Catalunya, y a caballeros, ciudades, y villas para que en el plazo de quince días desde la fecha de las cartas, acudiesen a Barcelona. Y se cumplió como dispuso. Y cuando el señor rey de Mallorca supo que el señor rey estaba en Barcelona, acudió a verlo; y la fiesta que se hicieron ambos hermanos fue muy grande. Y el día que se había fijado la corte, el señor rey hizo reunir la corte general en el palacio real de Barcelona; y dijo todo lo que había dicho en la corte de Saragossa, punto por punto, y se le respondió del mismo modo que en la corte de Saragossa, y así se acordó. Y del mismo modo el señor rey dio muchos regalos y muchas gracias a ricoshombre, caballeros y ciudadanos y villanos; y todos se marcharon muy alegres y satisfechos.
Y el señor rey escogió a mensajeros muy honrados y sabios, y los envió al papa. Y del mismo modo eligió a los que envió al rey de França. Y cuando habían sido elegidos, les hizo dar dinero suficiente para gastos, y les hizo preparar honradamente con todo lo que necesitaban; y les especificó los capítulos y todo lo que debían llevar. Y se despidieron del señor y marcharon en hora buena.
NOTAS
489. Jaime II de Cataluña-Aragón, el Justo
490. Federico II de Sicilia
491. Alfonso II de Cataluña, III de Aragón y I de Valencia, llamado el Franco o el Liberal.
1 comentari:
Demos gracias al Bonaparte que liquidó de un plumazo esa alianza tradicional entre galos y Papas, metafóricamente, o no, hablando. :-)
Un abrazo, amigo.
Sahha.
Daniel.
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