Assistim a la conquista de Múrcia pel rei en Jaume.
Torne a insistir que el nostre cronista duu l'aigua al seu molí (o com dirien en espanyol "arrima el ascua a su sardina", quan insisteix en una donació per part d'Alfons X, del nord de Múrcia: Alacant, Elx, Elda, Novelda, Oriola, a canvi de la pacificació i neutralització del regne de Múrcia, amb la fi de deixar-li les mans lliures en la seua guerra contra el regne de Granada, i el de Sevilla.
Torne a insistir que el nostre cronista duu l'aigua al seu molí (o com dirien en espanyol "arrima el ascua a su sardina", quan insisteix en una donació per part d'Alfons X, del nord de Múrcia: Alacant, Elx, Elda, Novelda, Oriola, a canvi de la pacificació i neutralització del regne de Múrcia, amb la fi de deixar-li les mans lliures en la seua guerra contra el regne de Granada, i el de Sevilla.
I una altra anotació: La ciutat rendida queda dividida en dos pel que actualment és la calle de la trapería. Però al poc temps, els propis musulmans demanen que els deixen anar-sen i fer el seu propi barri al raval de La Reixaca. I el rei ho accepta. Mireu si n'eren de bons els nostres reis.
Siga com siga, la conquista i la primera repoblació, corre a càrrec de la corona d'Aragó, fonamentalment de catalans, segons ens conta Muntaner, i de justícia era que el favor tingués alguna recompensa.
Siga com siga, la conquista i la primera repoblació, corre a càrrec de la corona d'Aragó, fonamentalment de catalans, segons ens conta Muntaner, i de justícia era que el favor tingués alguna recompensa.
XVI
Cuando llegó la hora, el señor rey volvió al reino de Valencia con un gran ejército y decidió entrar en el reino de Valencia, de tal forma aparejado y arreglado por mar y por tierra que ningún rey podría jactarse de ir mejor aparejado y ordenado que él. Y con gran alegría entró en el reino de Murcia por mar y por tierra; y aprovechó su flota, para que sus huestes estuvieran abastecidas de viandas. Y ocurrió tal como se había dispuesto: inmediatamente tomó el castillo de la villa de Alacant y Elx y todos los otros lugares que anteriormente os he contado que están entre el reino de Valencia y el reino de Murcia. Y puso sitio a la ciudad de Murcia, que es ciudad muy noble y honrada y muy fuerte y mejor amurallada que cualquier otra ciudad que haya en el mundo. Y tan pronto como llegó frente a dicha ciudad, dispuso su asedio de tal manera que nadie pudiera entrar desde ningún lugar. Y no me extenderé: el sitio duró hasta que alcanzó la paz, y los sarracenos le rindieron la mitad de su ciudad reteniendo la otra mitad bajo su señoría. De modo que por medio de la ciudad pasa una calle que en este momento es una de las más bellas calles no sólo de esta ciudad sino de cualquier otra ciudad; y dicha calle es grande y ancha, empezando donde se celebra el mercado, que se encuentra delante de los Predicadores, y alcanza hasta la iglesia mayor de madona Santa María (201); y allí se encuentran la Peletería, y los Cambios, y la Sastrería y otros muchos oficios.
Y cuando esta ciudad fue dividida en esta forma, el señor rey la pobló con sus gentes. Y a los pocos días los sarracenos comprobaron que no podía haber buena concordia entre ellos y los cristianos en la ciudad; y rogaron y suplicaron al señor rey que si le parecía bien aceptase su parte de la ciudad, y la repoblase con los que tuviese a bien, y que les diese un arrabal en el que se pudieran amurallar y estar a salvo. Y el señor rey, obedeció con gran placer sus plegarias y les dio un arrabal fuera de la ciudad, que amurallaron, y al que llamaron la Reixaca, y allí se mudaron. Y de este modo fue conquistada la ciudad de Murcia por el señor rey En Jacme de Aragón en el mes de mayo del año mil doscientos sesenta y seis.
Y cuando esta ciudad fue dividida en esta forma, el señor rey la pobló con sus gentes. Y a los pocos días los sarracenos comprobaron que no podía haber buena concordia entre ellos y los cristianos en la ciudad; y rogaron y suplicaron al señor rey que si le parecía bien aceptase su parte de la ciudad, y la repoblase con los que tuviese a bien, y que les diese un arrabal en el que se pudieran amurallar y estar a salvo. Y el señor rey, obedeció con gran placer sus plegarias y les dio un arrabal fuera de la ciudad, que amurallaron, y al que llamaron la Reixaca, y allí se mudaron. Y de este modo fue conquistada la ciudad de Murcia por el señor rey En Jacme de Aragón en el mes de mayo del año mil doscientos sesenta y seis.
NOTA
201. Se trata de la actual calle de la Trapería, que va de la plaza de Santo Domingo hasta la Catedral
1 comentari:
jaja...me imagino al rey con los peones del ajedrez ..colocándolos de aquí para allá...
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