Primer destí, Collo, port de la ciutat de Constantina en Algèria. Per fi sabran on van. Realment ho sabran? És el nord d'Àfrica el veritable destí pensat pel rei Pere? Ara que, com diuen al meu poble "Lo que va davant, va davant"
LI
Cuando el señor rey hubo refrescado a su gente, partió de Maó, y cuando estuvieron diez millas en alta mar cada uno abrió su albarán, y todos recibieron la orden de dirigirse al puerto de Alcoll. Y así lo hicieron. Y hubo tal calma y bonanza que tardaron siete jornadas en ir del puerto de Maon al puerto de Alcoll (385).
Y cuando arribaron a la villa de Alcoll, tomaron inmediatamente tierra. Y los de Alcoll decidieron huir, aunque pocos lo consiguieron. Y desembarcaron los caballos y salió todo el mundo a tierra; y cuando todos estuvieron en tierra, el señor rey pidió a los sarracenos que habían capturado en Alcoll, noticias de En Boqueró, y le contaron lo que había sucedido, de lo que el señor rey quedó muy apenado. Sin embargo, ya que había llegado hasta allí, decidió que siguiese adelante la expedición a placer de Dios y de la santa Fe católica. E inmediatamente ordenó construir un muro de palos con el que cercó toda la villa y la hueste, y él había hecho traer dichos palos en las naves, todos con sus puntas de hierro y con anillas de hierro en cada palo. Y así, con dichos palos y con cuerdas que entraban en las anillas, hizo un muro con el que rodeó toda la hueste y la villa. E hizo desembarcar a los tapiadores que llevaba, e hicieron barreras con tapias en los caminos por donde la hueste debía salir fuera de aquel muro.
Y mientras que hacía fortificar su hueste, se reunieron a su alrededor más de treinta mil hombres de a caballo, sarracenos, y tanta gente de a pie, que la tierra y las montañas veríais completamente cubiertas. ¿Qué os diré? Que los alhigs (386) y los morabitos (387) fueron predicando y gritando por toda la Barbaría concediendo indulgencias para su impía alianza. De modo que antes de que hubiese transcurrido un mes habían acudido más de cien mil hombres a caballo, y de a pie una infinidad. Y el buen conde de Pallars, que vio aquella tan gran congregación, había hecho una bastida (388), de tapias y de madera, en un montículo cerca de la villa de Alcoll. Y desde aquel lugar el conde de Pallars con muchos otros embestía contra ellos. De modo que había una montaña de la bastida que recibió el nombre de la montaña de Picabaralla (389). Y en aquella montaña cada día habían tan grandes hazañas de armas que no era posible describirlo. Y quien quisiera ver valentía y bondad de señor, la podría ver en aquel lugar, que cuando el torneo estaba mezclado y el señor rey observaba que los cristianos llevaban la peor parte, espoleaba hacia el grupo en apuros y atacaba entre ellos. Y no creáis que ningún Rotlan, ni Oliver, ni Tristany, Llancelot, ni Galeàs, ni Perceval, ni Palamides, ni Borus, ni Estors de Marès, ni el Morat de Gaunes, ni cualquier otro (390) pudiesen hacer todos los días lo que ejecutaba el rey En Pere; y con él, todos los ricoshombre,caballeros, almogávares y marinos que allá había. Y todos podríais creer que el señor rey y sus gentes se encontraban obligados a ello, ya que se encontraban en un lugar donde no tenían ninguna fuerza, ya que estaban en un sitio sin foso y sin muralla, salvo la empalizada que os he explicado; y enfrente había reyes, e hijos de reyes, y barones y moats (391) sarracenos los cuales eran la flor de todos los sarracenos del mundo, que se encontraban allí para derrotar a los cristianos. Por lo que, si se hubiesen dormido en su vigilancia, podéis suponer que hubieran despertado en una pesadilla, por lo que les era totalmente necesario no descuidar la vigilancia. Y por cierto, cuanto mayores y más peligrosos eran los lances, más contento estaban el señor rey y sus gentes; que nunca hubo ejército más dotado de toda perfección como aquel, y cada día mejoraba aún más.
Y cuando supieron en Catalunya que el señor rey estaba en Alcoll, todo el mundo, como los que pretenden ganar indulgencias, empezó a cargar naves y leños de gente, y viandas y armas y cualquier clase de ayuda; y todos acudían allí, de modo que había día que entraban en Alcoll veinte o treinta barcos cargados con todo lo mencionado; de modo que había más mercado de cualquier cosa que en Catalunya.
Y cuando el señor rey hubo visto y reconocido todo aquel país y visto el poder de los sarracenos, se convenció de que fácilmente podría conquistar toda la Barbaría solo con que el papa le quisiera ayudar con dinero e indulgencias; y que nunca los cristianos tendrían tan a mano la victoria, que nunca había se había conocido expedición iniciada por ningún rey de cristianos, ni el rey de França, ni el rey de Anglaterra, ni el rey Carles, todos los cuales pasaron a Tunis con cruzada y con el tesoro de la Iglesia, en la que se hubiera conquistado tanta tierra de la Barbaría como la que él ya poseía. Que de Ciger (392) hasta la ciudad de Bona (393), no se atrevía a aparecer ningún sarraceno, sino que por toda aquella costa iban los cristianos recogiendo leña para la hueste, y pastoreando los rebaños, y ningún sarraceno se atrevía a acercarse. Y entre los cristianos había quienes hacían correrías de tres y cuatro jornadas en las que capturaban personas y ganado, de forma que los sarracenos no se atrevían a separarse de sus huestes, ya que tan pronto como se separaran de sus huestes temían ser apresados, y así era; que tantos cautivaban, que todos los días había mercado en Alcoll.
De modo que cuanto más duraba el sitio del señor rey, más seguro se tenían él y todo su ejército. Y algunas veces el señor rey espoleaba con quinientos caballos armados dejando los otros a resguardo tras las barricadas. Y cuando espoleaba con aquellos hacía sobresaltar de tal forma a los sarracenos, que no se entendían unos con otros, y hacían tanta mortandad que contarlo sería gran crueldad; y cautivaban a tantos, que se podía comprar a un sarraceno por una dobla. Así que todos los cristianos estaban ricos y contentos, y sobre todos ellos el señor rey.
Ahora dejaré de hablaros de los lances de armas, que había cada día, y hablaré de lo que decidió el rey.
NOTAS
Y cuando arribaron a la villa de Alcoll, tomaron inmediatamente tierra. Y los de Alcoll decidieron huir, aunque pocos lo consiguieron. Y desembarcaron los caballos y salió todo el mundo a tierra; y cuando todos estuvieron en tierra, el señor rey pidió a los sarracenos que habían capturado en Alcoll, noticias de En Boqueró, y le contaron lo que había sucedido, de lo que el señor rey quedó muy apenado. Sin embargo, ya que había llegado hasta allí, decidió que siguiese adelante la expedición a placer de Dios y de la santa Fe católica. E inmediatamente ordenó construir un muro de palos con el que cercó toda la villa y la hueste, y él había hecho traer dichos palos en las naves, todos con sus puntas de hierro y con anillas de hierro en cada palo. Y así, con dichos palos y con cuerdas que entraban en las anillas, hizo un muro con el que rodeó toda la hueste y la villa. E hizo desembarcar a los tapiadores que llevaba, e hicieron barreras con tapias en los caminos por donde la hueste debía salir fuera de aquel muro.
Y mientras que hacía fortificar su hueste, se reunieron a su alrededor más de treinta mil hombres de a caballo, sarracenos, y tanta gente de a pie, que la tierra y las montañas veríais completamente cubiertas. ¿Qué os diré? Que los alhigs (386) y los morabitos (387) fueron predicando y gritando por toda la Barbaría concediendo indulgencias para su impía alianza. De modo que antes de que hubiese transcurrido un mes habían acudido más de cien mil hombres a caballo, y de a pie una infinidad. Y el buen conde de Pallars, que vio aquella tan gran congregación, había hecho una bastida (388), de tapias y de madera, en un montículo cerca de la villa de Alcoll. Y desde aquel lugar el conde de Pallars con muchos otros embestía contra ellos. De modo que había una montaña de la bastida que recibió el nombre de la montaña de Picabaralla (389). Y en aquella montaña cada día habían tan grandes hazañas de armas que no era posible describirlo. Y quien quisiera ver valentía y bondad de señor, la podría ver en aquel lugar, que cuando el torneo estaba mezclado y el señor rey observaba que los cristianos llevaban la peor parte, espoleaba hacia el grupo en apuros y atacaba entre ellos. Y no creáis que ningún Rotlan, ni Oliver, ni Tristany, Llancelot, ni Galeàs, ni Perceval, ni Palamides, ni Borus, ni Estors de Marès, ni el Morat de Gaunes, ni cualquier otro (390) pudiesen hacer todos los días lo que ejecutaba el rey En Pere; y con él, todos los ricoshombre,caballeros, almogávares y marinos que allá había. Y todos podríais creer que el señor rey y sus gentes se encontraban obligados a ello, ya que se encontraban en un lugar donde no tenían ninguna fuerza, ya que estaban en un sitio sin foso y sin muralla, salvo la empalizada que os he explicado; y enfrente había reyes, e hijos de reyes, y barones y moats (391) sarracenos los cuales eran la flor de todos los sarracenos del mundo, que se encontraban allí para derrotar a los cristianos. Por lo que, si se hubiesen dormido en su vigilancia, podéis suponer que hubieran despertado en una pesadilla, por lo que les era totalmente necesario no descuidar la vigilancia. Y por cierto, cuanto mayores y más peligrosos eran los lances, más contento estaban el señor rey y sus gentes; que nunca hubo ejército más dotado de toda perfección como aquel, y cada día mejoraba aún más.
Y cuando supieron en Catalunya que el señor rey estaba en Alcoll, todo el mundo, como los que pretenden ganar indulgencias, empezó a cargar naves y leños de gente, y viandas y armas y cualquier clase de ayuda; y todos acudían allí, de modo que había día que entraban en Alcoll veinte o treinta barcos cargados con todo lo mencionado; de modo que había más mercado de cualquier cosa que en Catalunya.
Y cuando el señor rey hubo visto y reconocido todo aquel país y visto el poder de los sarracenos, se convenció de que fácilmente podría conquistar toda la Barbaría solo con que el papa le quisiera ayudar con dinero e indulgencias; y que nunca los cristianos tendrían tan a mano la victoria, que nunca había se había conocido expedición iniciada por ningún rey de cristianos, ni el rey de França, ni el rey de Anglaterra, ni el rey Carles, todos los cuales pasaron a Tunis con cruzada y con el tesoro de la Iglesia, en la que se hubiera conquistado tanta tierra de la Barbaría como la que él ya poseía. Que de Ciger (392) hasta la ciudad de Bona (393), no se atrevía a aparecer ningún sarraceno, sino que por toda aquella costa iban los cristianos recogiendo leña para la hueste, y pastoreando los rebaños, y ningún sarraceno se atrevía a acercarse. Y entre los cristianos había quienes hacían correrías de tres y cuatro jornadas en las que capturaban personas y ganado, de forma que los sarracenos no se atrevían a separarse de sus huestes, ya que tan pronto como se separaran de sus huestes temían ser apresados, y así era; que tantos cautivaban, que todos los días había mercado en Alcoll.
De modo que cuanto más duraba el sitio del señor rey, más seguro se tenían él y todo su ejército. Y algunas veces el señor rey espoleaba con quinientos caballos armados dejando los otros a resguardo tras las barricadas. Y cuando espoleaba con aquellos hacía sobresaltar de tal forma a los sarracenos, que no se entendían unos con otros, y hacían tanta mortandad que contarlo sería gran crueldad; y cautivaban a tantos, que se podía comprar a un sarraceno por una dobla. Así que todos los cristianos estaban ricos y contentos, y sobre todos ellos el señor rey.
Ahora dejaré de hablaros de los lances de armas, que había cada día, y hablaré de lo que decidió el rey.
NOTAS
385. Collo. Puerto de Constantina, en Argelia.
386. La palabra más similar encontrada para alhig es alijar, con el significado de aduar de beduinos. Quizá se esté refiriendo a ciertos beduinos.
387. Morabito. Musulmán que profesa cierto estado religioso parecido en su forma exterior al de los anacoretas o ermitaños cristianos.
388. Bastida. Máquina militar que se usaba antiguamente para batir los castillos y plazas fuertes.
389. Picabaralla tiene el sentido de disputa, contienda. Montaña de la contienda.
390. Caballeros famosos de los romances y libros de caballería.
391. Almohades. Dícese de los seguidores de Aben Tumart, jefe musulmán que en el s. XII fanatizó a las tribus occidentales de África y dio ocasión a que se fundase un nuevo imperio con ruina del de los almorávides.
392. Jijel. Ciudad de Argelia, en la costa, al oeste de Collo.
393. Annaba, antigua Hipona. Ciudad de Argelia, en la costa al este de Collo.
3 comentaris:
con el tesoro de la iglesia...ya éstaban bien equipados...
Me ha hecho gracia lo de de "leños de hombres"....,sin diferenciar que eran seres humnas...
La verdad es que esta historia es muy buena, y de amena lectura..me faltaban algunos capítulos pero le he tomado el hilo de nuevo...
Yo me rio mucho...
Lola, los leños era un tipo de barco
DRAE 3. m. Embarcación medieval, de vela y remo, semejante a las galeotas.
Besos
Con la crónica de hoy, amigo Julio, aunque me ha sonado un tanto a bolo de aula de colegio, me he reído bastante.
Paz y gracias por este precioso documento.
Sahha.
Daniel.
p.d. Aunque supongo que ya las tendrás, déjame que te cuente que acabo de subir a mi blog de la COmuna dos auténtica joyas cinematográficas: La Batalla de Argel y el Acorazado Potemkin.
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