Amb Permís del Levante
Los premios recaen en cinco autores de la Comunitat por primera vez desde que se adoptó el actual formato. El abad de Poblet y el pintor Antoni Miró recibieron un homenaje
Ricardo Rodríguez, Valencia
"Es la primera vez, desde la edición inicial de los Octubre, que los premios recaen por completo en autores valencianos". Las palabras de Eliseu Climent resumen la excepcionalidad de una edición de los premios que ayer celebró su jornada de clausura y que se ha quedado íntegramente en tierras valencianas. "La vez anterior -recordó Climent- fue el año de Falles folles fetes foc, de Amadeu Fabregat, y País perplex, de Josep Vicent Marqués, que han guiado el pensamiento de este país durante décadas".
El listón queda pues, muy alto para los galardonados en esta XXXVII edición de los Premis Octubre. Antoni Defez (Joan Fuster d'Assaig); Xavier Aliaga (Andròmina de Narrativa); Josep Lluís Roig (Vicent Andrés Estellés de Poesia); Samuel Sebastián (Teatre); y Mario Reyes (Ramon Barnils de Periodisme) fueron ayer los protagonistas de la tradicional velada literaria celebrada en el Octubre Centre de Cultura Contemporània, y en la que estuvieron presentes políticos como Pasqual Maragall, Carme Alborch, Isaura Navarro o Enric Morera y representantes de la cultura como el escritor Joan Francesc Mira, el compositor Carles Santos o el pintor Antoni Miró, que recibió uno de los homenajes de la noche. El otro fue para el abad del monasterio de Poblet, Josep Alegre, también presente en la cena.
Nación e identidad
La identidad misma de nación, más allá de las nociones políticas, es el eje de Realisme i nació: un assaig de filosofia impura, de Antoni Defez. La conclusión del premiado, alabado por el jurado por tratarse de "un ensayo, y no una tesina reciclada o un blog", es que "una nación no existe si no hay suficiente masa crítica que piense en ella". Un acercamiento filosófico al nacionalismo que "es aplicable a Cataluña, pero también a España, Euskadi o Escocia. La única base de mi análisis es que una nación necesita conciencia para existir, no es un objeto que exista por sí mismo".
El sarcasmo y la ironía son el vehículo de Els neons de Sodoma, la obra de Xavier Aliaga a la que le fue concedido el Andròmina de Narrativa. Su autor la definió como "un retrato de diferentes realidades de la sociedad rural valenciana, algunas de las cuales se encuentran en proceso de desaparición, desde una óptica diferente".
El jurado valoró los logros de un trabajo que "utiliza el sarcasmo pero sin caer en los excesos que suelen derivarse de este tipo de enfoque". El uso del lenguaje ha supuesto la gran baza del autor de Xàtiva, que ya cuenta con dos novelas en su haber.
Dureza y esperanza
Un tono mucho más oscuro es el que acompaña a Les habitacions tancades, con el que el joven Samuel Sebastián se alzó con el Premi de Teatre en su primera incursión en el género. La "valentía para bordar un tema de extrema dureza como el del incesto y los abusos" le valió el reconocimiento del jurado, que también quiso destacar la cercanía de un texto construido alrededor de dos únicos personajes. Se trata de un padre que abusa sexualmente de su hija, y la obra se encarga de recorrer la conversación entre "una persona que comienza a ser consciente de lo que le está pasando pero que al mismo tiempo es esclava de su dependencia del monstruo que es su padre", según Sebastián, cuya carrera ha discurrido siempre tras la cámara, como autor de obras de ficción y documentales.
Finalmente, "la capacidad para convertir en imágenes brillantes la amargura de la supervivencia" decantó la balanza del jurado del Vicent Andrés Estellés de Poesia hacia Josep Lluís Roig. El autor de Oliva, que a lo largo de su trayectoria ha sido reconocido con numerosos premios, reconoció que Peixos d'un mar sec se convirtió "en una catarsis gestada a lo largo de un año, tras un periodo en el que me costaba escribir", y que con ella inicia una nueva etapa en su trayectoria.
Esvásticas en los Jardines de Viveros
Resulta un hecho poco investigado, pero Valencia, como otras muchas ciudades de España, vivió un singular fervor pronazi en los años que mediaron entre la victoria franquista en la Guerra Civil y el momento en el que Hitler fue derrotado en la Segunda Guerra Mundial.
Aquel periodo es la base de "La València de Hitler", el trabajo periodístico galardonado con el Ramon Barnils en el que Mario Reyes ha invertido varios años de trabajo para buscar "unos hechos que existieron, pero que posteriormente intentaron ser borrados con la misma intensidad con la que se habían promocionado tiempo antes". Reyes puso como ejemplo "la reunión celebrada en 1943 en Viveros y alentada por Falange. Todo el parque estuvo decorado con esvásticas, con todo tipo de símbolos nazis, y participaron miles de personas. Reto a cualquiera a que encuentra una foto de todo aquello".
Horas y horas de hemeroteca han servido para reconstruir una parte silenciada de una ciudad "que fue una de las que abrazó con más devoción el apoyo al nazismo", y en cuyos diarios y radios era habitual encontrar discursos de Hitler o Goebbels durante aquellos años. Una ciudad cuyos habitantes acudieron en masa a luchar con la División Azul o a trabajar en las fábricas alemanas durante la contienda mundial, que incluso fue campo de operaciones para la Gestapo, y que sigue siendo una gran desconocida.
1 comentari:
uffffff, que relato, me pregunto que pasaría si no hubieran apoyado, es tan fácil decir desde estos tiempos, tendríamos que ponernos en la piel de aquellos... BESINES
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