A la vista dels preparatius, tant Jaume II de Mallorca germà de Pere, com el seu gendre Alfons X el savi, senten curiositat per l'expedició que es prepara i li ofereixen acompanyar-lo.
Pere, no solta prenda i, tot i que agraïnt-los l'oferiment, el rebutja.
Dos anys després, a principis d'abril de 1284 morirà Alfons de Castella. Immediatament el succeirà Sanxo IV, els nebots del qual, fills del seu germà Fernando de la Cerda, recordem que continuen "custodiats" al castell de Xàtiva.
Pere, no solta prenda i, tot i que agraïnt-los l'oferiment, el rebutja.
Dos anys després, a principis d'abril de 1284 morirà Alfons de Castella. Immediatament el succeirà Sanxo IV, els nebots del qual, fills del seu germà Fernando de la Cerda, recordem que continuen "custodiats" al castell de Xàtiva.
XLV
Y el señor rey de Mallorca acudió al señor rey de Aragó y le rogó que le dijese lo que pensaba hacer y que, si le placía, iría con él a cualquier parte con todo su ejército. Y él le respondió:
- Hermano, yo no quiero que vos vengáis en este viaje, sino que os quedéis, y que cuidéis y defendáis nuestra tierra; y asimismo os ruego que no os sepa mal que no os revele lo que pretendo hacer, que por cierto, hermano, si existe alguien en el mundo a quien yo pudiese descubrir mi corazón, a vos os lo descubriría, pero es mi intención que, salvo Dios, nadie conozca el propósito de este viaje. Y os ruego que no os enojéis. Y no quiero ayuda ni socorro de nadie en el mundo salvo de mis vasallos y súbditos.
Y oído esto el rey de Mallorca, aunque le supo mal, no insistió.
Y de modo semejante el rey de Castilla y su sobrino el infante En Sanxo hicieron otro tanto, que exclusivamente por esta razón acudió a Aragó el infante En Sanxo y se entrevistó con él y se ofreció, en nombre del rey su padre y en el suyo propio, a seguirle personalmente con todo el ejército que tuviese, y a conseguir treinta o cuarenta galeras bien armadas y preparadas en Xibilia (375) y en otras costas suyas. ¿Qué os diré? La misma respuesta le dio que a su hermano el rey de Mallorca, salvando que le prometió que le encomendaría toda su tierra ya que lo consideraba como a un hijo. Y el señor infante respondió que aceptaba de buen grado dicho encargo y que ordenase a todos los que dejase como procuradores en sus reinos, que si tuvieren necesidad de cualquier cosa, se lo requiriesen inmediatamente, y que él personalmente lo dejaría todo y acudiría inmediatamente con todo su ejército. Y el señor rey de Aragó se alegró mucho de esto y lo abrazó y lo besó más de diez veces. Y así se despidieron uno del otro, y el señor infante se volvió a Castilla y contó al rey su padre lo que entre ellos había sucedido.
- Ah Dios! - dijo el rey de N'Anfòs de Castilla- ¿Y qué corazón de señor hay en el mundo que se le pueda comparar al de este señor?
Y no transcurrió mucho tiempo que el rey N'Anfòs de Castilla murió, y quedó rey de Castilla el infante En Sanxo.
NOTAS
- Hermano, yo no quiero que vos vengáis en este viaje, sino que os quedéis, y que cuidéis y defendáis nuestra tierra; y asimismo os ruego que no os sepa mal que no os revele lo que pretendo hacer, que por cierto, hermano, si existe alguien en el mundo a quien yo pudiese descubrir mi corazón, a vos os lo descubriría, pero es mi intención que, salvo Dios, nadie conozca el propósito de este viaje. Y os ruego que no os enojéis. Y no quiero ayuda ni socorro de nadie en el mundo salvo de mis vasallos y súbditos.
Y oído esto el rey de Mallorca, aunque le supo mal, no insistió.
Y de modo semejante el rey de Castilla y su sobrino el infante En Sanxo hicieron otro tanto, que exclusivamente por esta razón acudió a Aragó el infante En Sanxo y se entrevistó con él y se ofreció, en nombre del rey su padre y en el suyo propio, a seguirle personalmente con todo el ejército que tuviese, y a conseguir treinta o cuarenta galeras bien armadas y preparadas en Xibilia (375) y en otras costas suyas. ¿Qué os diré? La misma respuesta le dio que a su hermano el rey de Mallorca, salvando que le prometió que le encomendaría toda su tierra ya que lo consideraba como a un hijo. Y el señor infante respondió que aceptaba de buen grado dicho encargo y que ordenase a todos los que dejase como procuradores en sus reinos, que si tuvieren necesidad de cualquier cosa, se lo requiriesen inmediatamente, y que él personalmente lo dejaría todo y acudiría inmediatamente con todo su ejército. Y el señor rey de Aragó se alegró mucho de esto y lo abrazó y lo besó más de diez veces. Y así se despidieron uno del otro, y el señor infante se volvió a Castilla y contó al rey su padre lo que entre ellos había sucedido.
- Ah Dios! - dijo el rey de N'Anfòs de Castilla- ¿Y qué corazón de señor hay en el mundo que se le pueda comparar al de este señor?
Y no transcurrió mucho tiempo que el rey N'Anfòs de Castilla murió, y quedó rey de Castilla el infante En Sanxo.
NOTAS
375. Sevilla.
2 comentaris:
Un abrazo, amigo, y gracias otra vez por publicar estas crónicas.
Paz y diálogo.
Daniel.
Pregunta sin contestación...
BESINES
Publica un comentari a l'entrada